EL MIÉRCOLES 16, LOS ALEGATOS DE LA DEFENSA; EL 22, LA SENTENCIA Continúan los alegatos en el juicio por el homicidio de Emilio Blanco
Frente al tribunal de la Cámara Penal de Dolores, la fiscalía y la querella solicitaron la pena de prisión perpetua para el expolicía Fermín Basualdo por el asesinato de Emilio Blanco, en Chascomús en 1997. La víctima tenía 17 años cuando su cuerpo fue hallado sin vida junto a las vías del tren de esa localidad bonaerense.
ANDAR en los juicios
(Agencia) El juicio que comenzó el pasado 5 de agosto se acerca a la etapa final con los alegatos de las partes. En este sentido, el miércoles 10, desde las 9 en la sede judicial de Dolores, se realizó una extensa audiencia en la que la fiscalía y la querella expusieron sus alegatos.
Ambas coincidieron en pedir la pena de prisión perpetua contra el único imputado, el expolicía Fermín Basualdo, y ahora sólo restan la instancia de alegato de la defensa, que será el 16 de septiembre, y la sentencia, que se prevé que será el 22 del mismo mes. La solicitud la realizaron en función de los delitos de imposición de torturas seguidas de muerte en concurso ideal con el homicidio por alevosía.
En diálogo con ANDAR; el abogado Sebastián Vergara, integrante de la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación –que pertenece a una orden de Misioneros Claretianos de Chascomús-, relató que “el fiscal hizo especial mención a una prueba química que se realizó sobre muestras del zapato que Emilio llevaba aquella madrugada. De esa pericia surge que del único lugar del que podría haber surgido la huella de polen encontrada en el calzado es frente a la escuela a la que iba Emilio. Justo esa madrugada, el joven pasaba por allí, donde fue interceptado por el movil policial, lo que demuestra que Emilio nunca caminó por las vías del tren”.
“Es el polen de un paraíso, que sólo hay en esa cuadra. Por el contrario, el polen que hay en las vías no fue hallado en los zapatos de la víctima, por lo que se confirma que su cuerpo fue llevado a las vías una vez que había sido asesinado”, agregó Vergara.
También narró que el fiscal, en sus alegatos, destacó el testimonio de “una mujer que vivía en la zona de la escuela y que dijo haber visto a Basualdo en esa zona, horas después de que fuera hallado el cuerpo de Emilio en las vías ¿Qué hacía Basualdo allí? La mujer testificó que el polícía –quien afirmó haber estado de licencia en esa jornada- hablaba por teléfono, ofuscado, junto al movil policial estacionado frente a la escuela. Esa fue una testimonial muy importante y que se mantuvo en todo este tiempo”.
Acerca de las pericias técnicas que integran la causa, el fiscal recordó que hay una prueba clave que tiene que ver con una fibra que habría pertenecido al pulover que llevaba Emilio y que fue hallada, durante el allanamiento en la casa de Basualdo, en un puñal que tenía el policía guardado. Así, desde la perspectiva de la fiscalía, la suma de las pruebas indiciarias recolectadas durante la instrucción de la causa y en el propio juicio, confluyen en la identificación del imputado como responsable del crimen.
La querella, por su parte, acerca de la actitud de Basualdo y de los policías de Chascomús que intervinieron aquella madrugada, hizo hincapié en las respuestas evasivas de todo el personal y las maniobras posteriores para el entorpecimiento de la investigación. En este sentido, lo más evidente fue la destrucción del libro de guardia y la desaparición de las comunicaciones por radio de los efectivos de la comisaría.
[pullquote]a esta altura del juicio no quedan dudas de la responsabilidad penal de Basualdo[/pullquote]
El libro de guardia fue rehecho en su totalidad por el policía Durán, a raíz de la orden que le diera su superior jerárquico. Entre la 1 y las 4 de la madrugada –horario en el que habría sido secuestrado y luego asesinado Emilio- no ha quedado nada registrado en el libro de guardia fraguado. Esto también es una prueba clave.
Según Sebastián Vergara, de la Comisión de Justicia y Paz, a esta altura del juicio no quedan dudas de la responsabilidad penal de Basualdo, más allá de la estrategia que presente durante la próxima audiencia la defensa del imputado.
El largo camino hacia la justicia
El cuerpo sin vida de Emilio Blanco fue hallado en horas de la mañana del 28 de septiembre de 1997. Las primeras hipótesis apuntaban al circuito del narcotráfico de la zona y en ese sentido, el joven habría sido confundido con otra persona. A partir del crimen, familiares, amigos y vecinos de Emilio realizaron las “Marchas del silencio” en reclamo de justicia y memoria, al mismo tiempo que el expediente judicial ingresaba en la espiral burocrática del fuero penal.
Luego de la reautopsia, en marzo de 1998 se determinó que Emilio sufrió fuertes golpes que le provocaron la muerte. A partir de allí, en julio de aquél año se recaratuló la causa, pasando de “Muerte dudosa” a “Homicidio calificado”.
Durante 12 años la causa prácticamente no registró avances significativos, hasta que en 2009 pasó al juzgado de Garantías de Dolores a cargo de Laura Inés Elías, quien ordenó la detención del comisario Freites (quien finalmente sería absuelto por prescripción de la acción penal), y del sargento Basualdo, imputado por las torturas agravadas por la muerte resultante. Finalmente, en 2012 se pidió la elevación a juicio de la causa, proceso de debate oral que comenzó el 5 de agosto de 2014.