DIA DE LOS Y LAS TRABAJADORAS DE LA CIENCIA Feria de ciencia en reclamo de mejores condiciones laborales
Con stands, exposiciones de grupos de trabajo y una radio abierta, los investigadores de la región reclaman por sus condiciones precarias de trabajo, la reducción de personal, la falta de recursos en sus espacios de investigación y desarrollo y los bajos salarios que perciben.
ANDAR en La Plata
(Agencia) Cada 10 de abril se conmemora el Día del Investigador Científico, fecha natalicia del médico y farmacéutico argentino Bernardo Houssay, quien recibió el premio Nobel de Medicina en 1947, presidió el CONICET y cuya trayectoria marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la ciencia en Argentina. Este año, los y las trabajadoras de la ciencia de la regional La Plata se reunieron en Plaza San Martín para difundir su trabajo y reclamar mejoras en el sector.
“La feria surge hace 3 años como respuesta al desprestigio de la ciencia en general, la idea es mostrar qué hacemos y para qué sirve la ciencia”, explica Nicolás Trivi, que es doctor de Geografía, investigador en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata, y participa de la Asamblea de Trabajadores de Ciencia y Técnica de La Plata que organiza la actividad. “Nosotros no somos considerados trabajadores, no tenemos aportes, obra social, tenemos un pago mensual que no tiene estabilidad, tenemos que sustentar las investigaciones muchas veces desde nuestro propio bolsillo. Por eso, el lema de esta tercera edición es Ciencia por debajo de la línea de la pobreza”, subraya.
“La ciencia afecta en todo: en lo que comemos, en el uso de agroquímicos, las vacunas, trasplantes, medicamentos, derechos de autor en los libros que leemos, las redes sociales que usamos y los datos que exponemos al sistema, en las comunicaciones y los satélites que las garantizan, lo cultural como por ejemplo la producción cinematográfica nacional. La ciencia está presente en nuestra cotidianidad y en la conformación de un pensamiento crítico”, destaca Agustina López Villar, trabajadora administrativa del Conicet y delegada de la junta interna de ATE de la institución. “Es por eso que el reclamo que traemos excede lo salarial porque entendemos que esa conflictividad la tienen hoy todos los trabajadores”, continúa.
La Feria de Ciencia fue montada sobre la Plaza San Martín con stands de diferentes institutos de investigación presentes en la región que dependen de organismos provinciales y nacionales, como la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, la Universidad Nacional de La Plata, el Conicet, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, entre otros. Los visitantes pueden conocer acerca de la composición de las rocas, obtener información sobre las investigaciones en genética, observar el cielo con un telescopio, informarse sobre compuestos químicos que se utilizan en medicamentos o aprender a realizar un compost propio para la huerta familiar.
Gabriel Merino es doctor en Ciencias Sociales, trabaja en el Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata y es investigador asistente del Conicet. En diálogo con ANDAR recuerda: “Cuando yo entré a Conicet en el 2016, de mi instituto entramos solamente 3 personas de 23. Tuve la suerte de entrar”. “En esta feria estamos mostrando lo que producimos para tratar de concientizar acerca de la importancia de la ciencia para un proyecto nacional de desarollo y soberanía, y para tener una sociedad que produzca más valor agregado y mejore su calidad de vida”, destaca Gabriel y explica que “todos los países desarrollados invierten en ciencia y tecnología por lo menos 2 puntos en su PBI”.
Actualmente en Argentina, solo el 0,5% del PBI es destinado al Ministerio de Ciencia, lo cual dificulta el sostenimiento de una política nacional destinada a la promoción de la investigación y el desarrollo. Además, según datos de Ciencia y Técnica Argentina, solo el 17% de quienes se presentan logran ingresar a la Carrera del Investigador Científico del Conicet. Por lo que actualmente en el país hay una cantidad considerable de recursos formados con posgrados que no tienen empleo.
“No tenemos recursos para investigar, para publicar, participar de congresos, ni siquiera para sostener el espacio de trabajo, pagar la luz, el personal de limpieza, mantener los equipos. No nos queremos resignar o ir al exterior a trabajar, queremos potenciar un proyecto de país con ciencia”, sostiene Gabriel.
Por su parte, Agustina indica: “Hoy no tenemos plata para comprar reactivos a Estados Unidos o arreglar un equipo para hacer mediciones. No podemos pagar la luz, comprar papel higiénico, los institutos disminuyeron el personal contratado para limpieza, seguridad, el mantenimiento de los equipos. En algunos casos, hasta hubo una subejecución del 40% del presupuesto de los institutos. En 2018 funcionamos con el presupuesto con el 2017, pero además se subejecutó, aumentó del dólar y la inflación. Todo eso hace que el acceso a los materiales de trabajo sea muy complejo”.
Si bien la situación afecta a todos los trabajadores de ciencia y técnica a nivel nacional, algunas instituciones se están dando otras estrategias para que el sector se mantenga en funcionamiento. “La UNLP se dio una política interna de retención de quienes habían quedado afuera del ingreso a la carrera de Conicet, que son personas doctoradas o con postdoctorados y con altas calificaciones y recomendaciones. Lo que está haciendo la UNLP es tratar de contribuir pagando una beca postdoctoral. No se sabe cuánto tiempo esto se podrá sostener y qué pasará con la infraestructura y los servicios de los espacios de investigación y de la educación pública. Hoy sabemos que nuestros salarios están completamente rezagados”, concluye Gabriel.
Esta situación se agrava aún más para las mujeres, mayoría en la composición de espacios de ciencia y técnica pero que muy esporádicamente ocupan altos escalafones de investigación o gestión, y por lo tanto gozan de sueldos menores. Según datos estadísticos proporcionados por la UNESCO en 2017, solo el 28% de los puestos científicos de investigación en el mundo son ocupados por mujeres.