ESMA: Apropiadores condenados
Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese recibieron 8 y 6 años y medio respectivamente por la apropiación de Florencia Laura Reinhold, la nieta restituida número 105. El Tribunal Oral Federal Nº5 condenó además al médico Francisco Vicente de Luca a 6 años por haber firmado el acta de nacimiento falsa.
ANDAR en los juicios
(Cecilia Litvin – Red Eco) Los padres de Laura eran militantes de Montoneros y fueron secuestrados en 1977. Susana Siver sigue desaparecida y Marcelo Reinhold fue sacado de la ESMA meses después y su cuerpo hallado calcinado en el kilómetro 34 de la Panamericana, acceso a Pilar.
Susana Siver estaba embaraza de 4 meses cuando fue secuestrada en un operativo realizado en la casa de los padres de Marcelo Reinhold. Horas más tarde, él también sería detenido junto a un amigo en la vía pública.
Permaneció en el centro clandestino que funcionaba en el predio de la ESMA, sometida a trabajo esclavo, hasta comienzos de 1978 cuando fue trasladada al Hospital Naval. Allí, el 16 de enero nació Florencia Laura. Madre e hija estuvieron juntas entre 10 y 15 días, lapso en el que Susana permaneció esposada a la cama, y llamó cariñosamente a su bebe “Lauchita”.
A Susana le dijeron que su hija sería dada a sus abuelos, cosa que no ocurrió ya que la beba fue entregada al matrimonio Lavia-Marchese por el médico de la Armada Aldo Clemente Chiappe (ya fallecido), quien actuaba en la ESMA y además era compañero de guardia del apropiador en el Sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica de Haedo.
Pocos días después del parto, el papá de Marcelo atendió un llamado en su casa en el que le decían “felicidades, abuelo”. Y a partir de testimonios de sobrevivientes recogidos por una Comisión de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en Ginebra en 1982, la familia Reinhold se enteró que Susana había parido una nena. Y desde entonces la buscaron.
Florencia Laura supo que era adoptada desde que era una nena, pero recién a los 21 años se enteró que podía ser hija de desaparecidos. Se lo dijo el propio Lavia al volver de una sesión de quimioterapia. Le recomendó además que si alguna vez quería conocer su historia debía empezar por ir a la sede de Abuelas, algo que la joven hizo poco después. Solo se acercó a averiguar, pero en 2011 la convocaron y ella aceptó hacerse el análisis de ADN. Así supo su verdadero origen y pudo conocer a parte de su familia.El juicio
Se desarrolló en 4 audiencias y la primera en declarar fue la propia Florencia Laura Reinhold. La mujer de 37 años contó que fue su primer embarazo lo que la hizo llenarse de preguntas. Relacionó cada momento de ese período con su mamá. Con su segundo embarazo volvieron los interrogantes, supo que debía comenzar a reconstruir el rompecabezas de su vida. En junio de 2011 recibió el llamado de Abuelas a partir de una serie de denuncias que habían llegado, se hizo el examen de ADN y así pudo conocer a parte de su familia biológica, entre las que se encontraba Luisa, su abuela paterna. A pesar de tener una buena relación con sus apropiadores y de haber querido protegerlos en un primer momento, Laura resolvió que debía ser la justicia la que determinara cómo sucedieron los hechos.
Durante el juicio, tanto Lavia como Marchese se negaron a testimoniar por lo que se tomó en cuenta sus declaraciones en las indagatorias de 2012. Allí Lavia relató que con su esposa tenían problemas para tener hijos, que se lo comentó a un compañero de trabajo, Chiappe, quien a los pocos días les trajo una beba que, según le dijo, había sido dejada en el Hospital Naval de La Plata. Lo cierto es que la beba fue anotada como propia a partir de un acta de nacimiento apócrifa firmada por el médico De Luca, también acusado en el juicio, quien en declaración indagatoria reconoció haber firmado el acta por la amistad que lo unía a Lavia.
En las audiencias también declararon tíos y tías de la joven, incluso una de ellas lo hizo vía teleconferencia ya que vive en Israel. Alicia Margulies de Siver relató que su suegra, la mamá de Susana, prácticamente no volvió a salir de la habitación de su casa donde se encontraba el teléfono, desde que un día su hija la llamó desde la ESMA. A su vez, se reprodujeron algunos de los testimonios del proceso en el que se juzgó el Plan Sistemático de Apropiación de Menores debido a que parte de la historia de Florencia Laura apareció en ese juicio, al igual que en la megacausa ESMA.
Durante su alegato, Miguel Palazzini, uno de los fiscales, aseguró que los acusados pusieron a la joven en el lugar de decidir qué hacer respecto de su origen cuando en realidad ella no estaba en condiciones de hacerlo. Señaló además que se cuidaron de no dejar rastros de lo sucedido, a pesar de que sabían perfectamente el origen de Florencia Laura.
Este lunes 8 de junio, el Tribunal Oral Federal Nº5 dio a conocer su sentencia. Por la apropiación condenó a Juan Carlos Lavia a 8 años, a Serafina Marchese a 6 años y medio de prisión, y a Francisco Vicente De Luca a 6 años además de inhabilitarlo por el mismo tiempo. A su vez, los jueces Oscar Hergott, Adriana Palliotti y Daniel Obligado calificaron a los delitos juzgados como crímenes de lesa humanidad. Algo que resaltó especialmente Alan Iud, abogado de la querella de Abuelas, en diálogo con Infojus: “el hecho de que se los haya calificado como delitos de lesa humanidad, que puede parecer trillada para los juicios a esta altura, en este no era menor. Porque los tres imputados eran civiles cuya relación con el Terrorismo de Estado es menor a otros imputados en casos similares, y de todas maneras se determinó la responsabilidad que tuvieron”.
Susana Siver estaba embaraza de 4 meses cuando fue secuestrada en un operativo realizado en la casa de los padres de Marcelo Reinhold. Horas más tarde, él también sería detenido junto a un amigo en la vía pública.
Permaneció en el centro clandestino que funcionaba en el predio de la ESMA, sometida a trabajo esclavo, hasta comienzos de 1978 cuando fue trasladada al Hospital Naval. Allí, el 16 de enero nació Florencia Laura. Madre e hija estuvieron juntas entre 10 y 15 días, lapso en el que Susana permaneció esposada a la cama, y llamó cariñosamente a su bebe “Lauchita”.
A Susana le dijeron que su hija sería dada a sus abuelos, cosa que no ocurrió ya que la beba fue entregada al matrimonio Lavia-Marchese por el médico de la Armada Aldo Clemente Chiappe (ya fallecido), quien actuaba en la ESMA y además era compañero de guardia del apropiador en el Sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica de Haedo.
Pocos días después del parto, el papá de Marcelo atendió un llamado en su casa en el que le decían “felicidades, abuelo”. Y a partir de testimonios de sobrevivientes recogidos por una Comisión de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en Ginebra en 1982, la familia Reinhold se enteró que Susana había parido una nena. Y desde entonces la buscaron.
Florencia Laura supo que era adoptada desde que era una nena, pero recién a los 21 años se enteró que podía ser hija de desaparecidos. Se lo dijo el propio Lavia al volver de una sesión de quimioterapia. Le recomendó además que si alguna vez quería conocer su historia debía empezar por ir a la sede de Abuelas, algo que la joven hizo poco después. Solo se acercó a averiguar, pero en 2011 la convocaron y ella aceptó hacerse el análisis de ADN. Así supo su verdadero origen y pudo conocer a parte de su familia.El juicio
Se desarrolló en 4 audiencias y la primera en declarar fue la propia Florencia Laura Reinhold. La mujer de 37 años contó que fue su primer embarazo lo que la hizo llenarse de preguntas. Relacionó cada momento de ese período con su mamá. Con su segundo embarazo volvieron los interrogantes, supo que debía comenzar a reconstruir el rompecabezas de su vida. En junio de 2011 recibió el llamado de Abuelas a partir de una serie de denuncias que habían llegado, se hizo el examen de ADN y así pudo conocer a parte de su familia biológica, entre las que se encontraba Luisa, su abuela paterna. A pesar de tener una buena relación con sus apropiadores y de haber querido protegerlos en un primer momento, Laura resolvió que debía ser la justicia la que determinara cómo sucedieron los hechos.
Durante el juicio, tanto Lavia como Marchese se negaron a testimoniar por lo que se tomó en cuenta sus declaraciones en las indagatorias de 2012. Allí Lavia relató que con su esposa tenían problemas para tener hijos, que se lo comentó a un compañero de trabajo, Chiappe, quien a los pocos días les trajo una beba que, según le dijo, había sido dejada en el Hospital Naval de La Plata. Lo cierto es que la beba fue anotada como propia a partir de un acta de nacimiento apócrifa firmada por el médico De Luca, también acusado en el juicio, quien en declaración indagatoria reconoció haber firmado el acta por la amistad que lo unía a Lavia.
En las audiencias también declararon tíos y tías de la joven, incluso una de ellas lo hizo vía teleconferencia ya que vive en Israel. Alicia Margulies de Siver relató que su suegra, la mamá de Susana, prácticamente no volvió a salir de la habitación de su casa donde se encontraba el teléfono, desde que un día su hija la llamó desde la ESMA. A su vez, se reprodujeron algunos de los testimonios del proceso en el que se juzgó el Plan Sistemático de Apropiación de Menores debido a que parte de la historia de Florencia Laura apareció en ese juicio, al igual que en la megacausa ESMA.
Durante su alegato, Miguel Palazzini, uno de los fiscales, aseguró que los acusados pusieron a la joven en el lugar de decidir qué hacer respecto de su origen cuando en realidad ella no estaba en condiciones de hacerlo. Señaló además que se cuidaron de no dejar rastros de lo sucedido, a pesar de que sabían perfectamente el origen de Florencia Laura.
Este lunes 8 de junio, el Tribunal Oral Federal Nº5 dio a conocer su sentencia. Por la apropiación condenó a Juan Carlos Lavia a 8 años, a Serafina Marchese a 6 años y medio de prisión, y a Francisco Vicente De Luca a 6 años además de inhabilitarlo por el mismo tiempo. A su vez, los jueces Oscar Hergott, Adriana Palliotti y Daniel Obligado calificaron a los delitos juzgados como crímenes de lesa humanidad. Algo que resaltó especialmente Alan Iud, abogado de la querella de Abuelas, en diálogo con Infojus: “el hecho de que se los haya calificado como delitos de lesa humanidad, que puede parecer trillada para los juicios a esta altura, en este no era menor. Porque los tres imputados eran civiles cuya relación con el Terrorismo de Estado es menor a otros imputados en casos similares, y de todas maneras se determinó la responsabilidad que tuvieron”.