GATILLO FÁCIL EN MERLO Enjuician a un gendarme acusado de asesinar a un joven en una fiesta
Felipe Villalba disparó en abril de 2016 contra Germán Gómez en una fiesta en el barrio Parque del Sol, Merlo. La familia buscó testigos y logró deshacer la versión de la legítima defensa ara llegar al juicio, pero aún queda justicia por buscar tras una instrucción deficiente y el miedo de quienes deben declarar sobre lo que vieron esa noche.
ANDAR en Merlo
(Agencia Andar) Durante dos años la familia Gómez junto a organizaciones y otras víctimas de violencia de las fuerzas de seguridad reclamaron justicia después de que la noche del 30 de abril del 2016 el gendarme Felipe Villalba disparó contra Germán Gómez. “Nosotros también creíamos que las fuerzas estaban para cuidarnos, pero si fuera así no estaríamos en esta situación”, dice Elsa Gómez, la hermana de un joven asesinado por el gendarme Felipe Villalba en el barrio Parque del Sol, Merlo. Ahora el caso llegó a juicio y al final de esta semana ya entraría en la instancia de alegatos.
Los hechos los fueron reconstruyendo las mismas víctimas. “Fue una pelea en una fiesta. Alguien fue a buscar a este hombre que era vecino y él, sin identificarse ni decir nada, llega y dispara. Eso dicen los otros chicos que son testigos presenciales: que mi hermano se estaba retirando y Villalba llegó sin decir nada, con ropa deportiva, parecía un pibe más, y disparó”, cuenta Elsa.
La familia fue también la que salió a buscar a los testigos del asesinato porque la causa en principio se caratuló como “homicidio en defensa propia y en servicio del deber” de acuerdo al relato de Villalba. “Nos pusieron un montón de trabas, los testigos tienen miedo. Después de 2 años de lucha, de buscar nosotros mismos pruebas, conseguimos el juicio y que se cambie la caratula de legítima defensa a exceso”, repasa Elsa.
Desde la dirección municipal de derechos humanos, desde donde acompañan a la familia, explicaron que fue un camino complejo porque no se realizó una investigación exhaustiva durante la instrucción de la causa ni se cuestionó la versión del acusado. “A los testigos nosotros mismos los buscamos, porque la fiscalía nunca se encargó y porque queríamos saber qué fue realmente lo que paso. Lo que buscamos es la verdad”, reclama Elsa.
Los Gómez dicen que entienden el miedo de quienes tienen que testimoniar ante el juez del TOC N°2, Humberto González, en una pequeña sala de los tribunales de Morón donde se cruzan directamente con el acusado, cuando además son vecinos de su familia, integrada por varios funcionarios policiales.