Encuentros necesarios
ANDAR en las opiniones
(Por Pedro Tello) Emocionado, cansado pero tan lleno de energía que no puedo parar, alegre, esperanzado, movilizado, interpelado…
Luego de un mes y medio de haberme sumado al Colectivo de Varones Antipatriarcales de La Plata y de tres días de Encuentro Nacional de Colectivos de Varones me siento en ebullición.
Este fin de semana largo nos agarró la identidad, nos la sacó del cuerpo la trabajó, la pasó de mano en mano, por las cabezas de los compañeros, por su música, por sus incertidumbres, por sus necesidades de cambio y después nos la devolvió como una masa blanda apta para tomar cualquier forma que nuestro cuerpo estuviera dispuesto a acordarle.
El problema con la identidad es que es lo que nos define y por eso es aquello que cuesta más discutir, trabajar y sobre todo modificar. ¿Qué es ser varón? ¿Qué implica? ¿Qué nos permite y en qué nos limita? ¿Cuáles son los límites de la “varonidad”? ¿Siempre somos el mismo varón?
Estos días unos 150 compañeros se dieron el gusto y el difícil trabajo de mirarse a sí mismos y permitirse cuestionarse cómo son, qué vínculos que establecen con los demás, cómo es la sociedad en la que viven y qué desean hacer con todo eso.
Las discusiones se dieron en plenarios, en talleres, en grupitos de mate, de guitarra y de sol o en la bolsa de dormir. A lo largo de los tres días el clima fue convivial, amistoso, afectivo, cariñoso. Esa convivencia donde se compartieron fortalezas y debilidades, fuerza militante y gestos dulces, desacuerdos y puntos encuentro que nos acercan tanto que prácticamente nos obligan a construir unos con otros; fue generando decenas de amistades nuevas en todos los que participaron.
¿Los acuerdos? Muchos. Desde el plenario inicial cada colectivo planteó como metodología hacer talleres para trabajar con los propios integrantes de los colectivos y con todos aquellos varones que sienten que “algo no va”; articular con otros colectivos y agrupaciones que trabajan la cuestión de género y el feminismo como camino de transformación; darse espacios de formación y reflexión al interior del mismo colectivo; aprovechar de las actividades artísticas el lugar de cuestionadoras y de tranformadoras; estar atentos a la tensión que genera en toda agrupación mantener la cohesión y fuerza interna a la vez que se plantea acciones hacia afuera; hacernos protagonistas junto con nuestras compañeras en las luchas por la legalización del aborto y por construir una sociedad feminista.
También desde el inicio de nuestras charlas aparecieron temas que atravesaron todo el encuentro como pensar el cuerpo como un espacio político y por lo tanto un espacio de soberanía y de lucha; pensar la relación de los colectivos con el estado y su relación con la iglesia; entender que en la construcción de nuevas masculinidades el aporte de lxs compañerxs trans sería un aporte riquísimo y que necesitamos establecer un diálogo y una colaboración con ellxs.
Las conclusiones del encuentro vendrán con los días y a medida que vayamos pudiendo ordenar todo lo que generamos en nuestras cabezas y nuestros cuerpos.
Personalmente me llevé una parva de afectos nuevos, una alegría inmensa de ver una vez más que la mejor forma de generar un cambio es con otros y desde el afecto, feliz por haber podido recibir a compañeros de colectivos de nuestro país, uruguayos, venezolanos y catalanes. Y finalmente necesito resaltar la participación de compañeros de agrupaciones políticas que se plantean al feminismo como parte de la lucha por el cambio.
Este movimiento está embarazado de cambio, de herencia de movimientos hermanxs que nos sirven de referencia, de solidaridad y de trabajo colectivo y que permitirán juntos seguir haciendo de lo personal una lucha política.