A 33 AÑOS DE LA MAYOR QUEMA DE LIBROS EN ARGENTINA Encuentro en Sarandí por “la memoria encendida”
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(Agencia) Se realizó en la localidad de Sarandí, partido de Avellaneda, el primer acto conmemorativo de uno de los episodios más representativos de la embestida militar contra la cultura en Argentina: la quema de 24 toneladas de libros de la editorial Centro Editor de América Latina.
El acto simbólico se realizó en el lugar de la quema, situado en la calle Ferré entre Crisólogo Larralde y Lucena. Allí, desde las 10:30, se presentó una muestra de “La nueva enciclopedia del mundo joven”, una de las colecciones que ardieron a causa de la censura y la represión cultural militar.
Asimismo, se desarrollaron intervenciones y reflexiones acerca del procedimiento ilegal del aparato policial en el ámbito de la cultura. La actividad fue convocada y organizada por el grupo cultural La Grieta.
La quema de libros en Sarandí se considera la más amplia de todas las realizadas por las dictaduras latinoamericanas. Los registros fotográficos que aún hoy se conservan sobre aquella jornada de junio de 1980 muestran la magnitud de la quema y los extremos de la persecución indiscriminada y sistemática, también desplegada en el mundo cultural.
Además del personal policial destinado a la ejecución de la orden judicial, en la quema estuvieron presentes el propio director del Centro Editor, Boris Spivacow, y los trabajadores de la editorial Ricardo Figueiras (fotógrafo), Amanda Toubes, Alejandro Nociletti y Hugo Corzo.
“El fuego ardió durante todo un día. El terreno baldío donde se llevó a cabo la quema estaba situado a cinco cuadras del depósito del Centro Editor. La particularidad de esa quema de libros, que se estima que fueron más de un millón y medio de ejemplares según el expediente judicial, es que fue ‘blanqueada’ mediante la intervención de un magistrado platense en 1978, proceso judicial que terminó en 1980 con la orden de la quema”, relató Florencia Bossie, integrante de Libros Animados, del espacio cultural platense La Grieta.
“Ideas subversivas”
El Centro Editor de América Latina se constituyó en 1966 y fue fundado por Boris Spivacow, quien hasta ese año se desempeñó como gerente general de Eudeba. A partir de los sucesos de la Noche de los Bastones Largos, Spivacow, junto a un grupo de compañeros, decidió fundar el Centro Editor.
En 1978 se inició un expediente judicial en el Departamento Judicial La Plata, el cual se fundaba en la investigación de “material cuestionable” y la “difusión de la ideología marxista”, argumentos que la agencia judicial solía legitimar en el marco de la reacción cultural y política del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”.
“El juicio se realizó contra Boris Spivacow por la difusión de ideas subversivas. Él solía decir: ‘A mí me absolvieron; a los libros no’. El material del Centro Editor permaneció secuestrado durante dos años en un depósito. Finalmente, el entonces juez platense Gustavo de la Serna ordenó la quema de los libros”, señala Florencia Bossie.
Luego de la dictadura, la editorial siguió funcionando hasta mediados de los 90 pero, a pesar del esfuerzo de los trabajadores y debido a las dificultades económicas, tuvo que cerrar por la dificultad de remontar el impacto sufrido por la quema.