OBSERVATORIO DE VIOLENCIA DE GÉNERO Trabajo no remunerado, pobreza, mujeres y políticas públicas
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(OVG) La Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires difundió un análisis respecto del mundo del trabajo en relación a las problemáticas ligadas al trabajo y los derechos de las mujeres. Desde el Observatorio de Género del organismo se detectó que existe una sobre-exigencia para las mujeres jefas de hogar que despliegan hasta una triple jornada de trabajo que se suma al cuidado de los niños, niñas, adolescentes, adultos mayores y/o personas discapacitadas.
El informe indica que en las últimas décadas se han producido cambios significativos en la organización familiar: el 82% de los hogares del país presenta un núcleo familiar incompleto, siendo las mujeres las jefas de hogar y quienes aportan el único ingreso que sostiene a la familia. Este liderazgo femenino se da además no sólo los hogares, sino también los emprendimientos comunitarios. Se trata de una nueva configuración de la distribución sexual del trabajo, que asigna roles diferentes de acuerdo a la remuneración de la tarea pero también de acuerdo a la inserción territorial de la actividad: las mujeres son las que se encargan también del trabajo comunitario.
[pullquote]El OVG considera que este contexto obliga a redefinir las políticas sociales, considerando la dimensión del trabajo no remunerado[/pullquote]
Desde el Observatorio de Violencia de Género (OVG) apuntan que este contexto obliga a redefinir las políticas sociales, considerando la dimensión del trabajo no remunerado. En su análisis indican que a pesar de que se ha incrementado la tasa de actividad económica de las jefas de hogar, no se ha medido cuál es la incidencia de esta actividad en las mujeres y la situación frente a los trabajos de cuidado que desarrollan. En esta línea consideran una responsabilidad del Estado argentino incluir en el diseño de las políticas públicas la agenda de cuidados que realizan las mujeres jefas de hogar, y tener esto en cuenta en la construcción de los datos.
El análisis se basa en dos de los instrumentos centrales en la producción de datos sociodemográficos de la Argentina, como son el Censo Nacional de Población y Vivienda y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) —implementados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). El Censo permite caracterizar a grandes rasgos a la población activa (ocupada y desocupada) e inactiva, mientras la EPH releva más exhaustivamente la composición del mercado de trabajo, procurando dar cuenta, a partir de los cambios que se operaron en las últimas décadas, de las formas ocultas de ocupación (trabajo femenino y trabajo irregular o “changas”, y actividades no reconocidas habitualmente como trabajo por la población) y las formas ocultas de desempleo (modalidades formales e informales de búsqueda de ocupación). Sin embargo, ninguno de los dos instrumentos considera a las actividades domésticas de las amas de casa como trabajo.
Lo que existe son diversos proyectos de ley sobre protección de la maternidad y trabajadores con responsabilidades familiares, que aún sancionados no han sido por el Poder Legislativo. El OVG destacó también la importancia de la implementación de políticas públicas, como el Programa de Inclusión Previsional y la Asignación Universal por Hijo, que vienen a reconocer la necesidad de programas de inclusión social y que afectan decididamente al rol de las mujeres. Entienden que este tipo de legislación y programas han contribuido a la reducción de la pobreza en una línea donde se ve considerada la percepción de los derechos de las mujeres, pero aún quedan diversos espacios para producir mejoras al respecto.
[pullquote]No existe un programa o política pública específica focalizada en el trabajo no remunerado de las mujeres y su vinculación con la pobreza[/pullquote]
Pero no existe un programa o política pública especialmente focalizada en el trabajo no remunerado de las mujeres y su vinculación con la pobreza, y desde la Defensoría proponen como eje de trabajo estrategias que permitan reducir las desigualdades de género a través de la formulación de propuestas que integren el componente de cuidado en las políticas públicas, valorizando el trabajo no remunerado de las mujeres como responsabilidad colectiva. Una opción sería, por ejemplo, ofrecer espacios para el cuidado de otras personas, así como también alternativas para garantizar el auto-cuidado y estrategias de conciliación en el caso de las mujeres trabajadoras.
Además tanto los estudios cuantitativos como cualitativos pueden arrojar información valiosa que permita detectar necesidades y percepciones de las familias acerca del cuidado de sus integrantes. La Defensoría considera central avanzar en la producción de información sobre el uso del tiempo a través de la institucionalización de una encuesta del tiempo a nivel nacional y sobre las formas de resolución de cuidado y otras instancias no remuneradas que se dan en el interior de las familias.