EL POLICÍA IMPUTADO CONTINÚA EN FUNCIONES El TOC 1 de Quilmes fue designado para juzgar el asesinato de Gabriel Godoy
El 25 de abril de 2016, el agente de la DDI de drogas ilícitas de Quilmes, Emiliano París, disparó por lo menos cuatro veces contra Gabriel Godoy y Braian. Gabriel tenía 15 años y murió en la calle. Más de tres años después, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Quilmes fue sorteado para impartir justicia en este caso. La causa llega a juicio con la carátula de homicidio agravado y lesiones graves agravadas en exceso de la legítima defensa. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) patrocina a la familia de Gabriel. El imputado París continúa en funciones.
ANDAR en Quilmes
(Agencia Andar) Recientemente, el Juzgado de Garantías 2 de Quilmes, a cargo de Martín Nolfi, había confirmado la elevación a juicio requerida por el fiscal Martín Conde y sin oposición por parte de la defensa del imputado. La causa recayó en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Quilmes, que tiene vacancia y, por lo tanto, deberá ser completado con la subrogancia de otros magistrados. Con la designación del tribunal, se tienen que realizar las audiencias de ofrecimiento de pruebas y recién entonces se fijará la fecha de inicio del juicio oral y público.
Más de tres años pasaron desde el asesinato de Gabriel, durante todo este tiempo la lucha de la familia fue indispensable para lograr que la causa avance. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) patrocina legalmente a la familia y, desde que accedió a la causa, recién dos semanas después de los hechos, advirtió una serie de irregularidades en las primeras diligencias de la instrucción judicial destinadas a consagrar la impunidad del agente policial Vicente París.
En todo este tiempo, además, los padres de Gabriel sufrieron la persecución, hostigamiento y amenazas de los compañeros de fuerza de París con el único objetivo de intimidarlos y coaccionarlos en su reclamo de justicia: una causa armada y cuatro allanamientos, todos de madrugada y con violencia. Por estos hechos, la CPM presentó un habeas corpus preventivo que fue aceptado por la jueza Julia Márquez. La justicia ordenó a los agentes de esa departamental cesar el hostigamiento hacia los padres y vedar la participación de efectivos de la comisaría segunda de Quilmes en cualquier procedimiento que involucre a Paola y Alejandro.
A pesar de estos intentos, la causa llega a juicio como un hecho de gatillo fácil: el agente de la Delegación departamental de investigaciones de tráfico de drogas ilícitas y crimen organizado de Quilmes, Emiliano París, está imputado de homicidio agravado y lesiones graves agravadas por el uso de arma de fuego y en exceso de la legítima defensa.
Las pruebas que constan en la causa, principalmente las pericias balísticas, hablan de un “patrón de ejecución” que contradice la versión policial. El contenido de esas pruebas resulta tan contundente que la defensa del policía ni siquiera se opuso al auto de elevación a juicio requerido por el fiscal Conde.
El 25 de abril de 2016, el agente de la DDI Emiliano París disparó por lo menos cuatro veces contra Gabriel y Braian; tres disparos dieron sobre el cuerpo de Gabriel, que murió en la calle, el otro hirió en la espalda a Braian que logró escapar y llegar hasta el hospital de Wilde. La autopsia sobre el cuerpo del Gabriel aporta un dato contundente y hace presumir que se trató de un “patrón de ejecución”: todos los disparos fueron ejecutados a larga distancia; uno impactó en el tórax de frente, los otros dos en la zona lumbar y en el brazo derecho, con una trayectoria de atrás hacia adelante, es decir, de espalda.
En la declaración indagatoria, París dijo que estaba estacionado con su vehículo particular frente a la casa de su novia, cuando los jóvenes quisieron robarle la camioneta y lo atacaron con un arma pero la bala no salió. Primero dijo que él disparó dos veces, después que fueron dos o tres y que lo hizo para defenderse de la amenaza.
Después de los disparos, la escena del crimen no se preservó y estuvo tres horas bajo el control de la Policía Bonaerense, la misma fuerza que integra el principal imputado. Los primeros testigos y familiares en llegar al lugar donde estaba muerto Gabriel coinciden en señalar que no vieron ningún arma al lado de su cuerpo como indica el acta labrada esa noche. Algunos declararon también que vieron a los policías recoger casquillos de la calle; en el expediente judicial sólo fueron secuestradas dos vainas 9 mm y está consignado que no se realizó el levantamiento de rastros del lugar.
París fue llamado a declaración indagatoria recién dos años después de los hechos y, todavía, a más de tres años de la muerte de Gabriel, y a pesar de la acusación que recae sobre él, continúa en funciones.