VIOLENCIA POLICIAL EN CLAROMECÓ El otro Kevin
El último día del año, Kevin protagonizó un accidente de tránsito con su jeep en el balneario de Claromecó; producto del choque, su hermano fue trasladado a la sala de asistencia médica y él fue conducido por cuatro policías hasta la Comisaría 2ª. En el interior de la departamental, Kevin fue víctima de golpes, vejaciones y amenazas. Este caso no es el primero: los vecinos de Claromecó aseguran que los policías actúan con total impunidad, persiguen y hostigan constantemente a los jóvenes y, cuando los casos toman notoriedad pública, simplemente se traslada a los agentes involucradas a otra localidad cercana.
ANDAR en Claromecó
(Agencia) Unos días atrás, vecinos de Claromecó se autoconvocaron en la puerta de la Comisaría 2ª para repudiar los hechos de violencia policial y torturas que sufrió Kevin y reclamar que los agentes que intervinieron sean suspendidos de sus cargos. En ese momento, el policía indicado como el instigador de las agresiones ya había sido trasladado a una localidad cercana. Mientras no haya una sanción administrativa, el traslado sólo es una forma de proteger al efectivo y seguir apañando las prácticas violentas e ilegales de las policías.
La familia de la víctima y los vecinos destacan que el caso de Kevin tuvo mayor relevancia por la brutalidad del ataque, pero que sucesos similares vienen ocurriendo cada vez con más frecuencia. En ese sentido, aseguran que este mismo policía, conocido como el “Ruso”, tiene varios antecedentes de hostigamiento, maltrato y amenazas contra los jóvenes de la villa balnearia.
La denuncia por abuso policial fue radicada en la UFI N 6 de Tres Arroyos que tomó la declaración testimonial de Kevin y su hermano, y de otros testigos. Realizó inspecciones oculares en los lugares del accidente y la departamental de Claromecó y espera las pericias médicas realizadas a Kevin. A pesar de estas actuaciones, el expediente mantiene la carátula de “averiguación de ilícito” y, por ende, todavía no hay ningún policía imputado.
Como viene denunciando públicamente su mamá, y de acuerdo al testimonio aportado en fiscalía, Kevin fue trasladado ilegalmente a la comisaría 2ª, confinado a una de las salas del edificio, donde fue víctima de agresiones físicas y vejaciones por parte de al menos cuatro efectivos policiales que pudo reconocer porque están radicados durante todo el año en Claromecó. La versión policial, en cambio, sostiene que esas lesiones que presenta Kevin fueron producto del accidente y que el joven fue trasladado a la comisaría porque no tenía los papeles del jeep. El vehículo es del empleador, y Kevin y su hermano se lo iban pagando a medida que cobraban.
“Cuando entró en la comisaría, los policías lo hicieron arrodillarse en el suelo y empezaron a pegarle en las costillas y en la cabeza”, dijo Silvia Sanabria, la mamá de Kevin, a un medio local. Mientras le pegaban, lo amenazaban con “plantarle un arma” y lo sometían a vejaciones: le bajaron los pantalones, un oficial le mostraba su miembro y, finalmente, le pasaron una lapicera por la cola muchas veces; en estado de shock por la situación, Kevin creyó que había sido penetrado. El autor de esos abusos, según la declaración del joven, fue el “Ruso”.
Los vecinos que, a raíz de este hecho, se autoconvocaron para denunciar públicamente las situaciones de violencia policial reclamaron celeridad en la investigación y advirtieron que, si en las próximas semanas no había avances en la causa, se iban a manifestar frente a la fiscalía de Tres Arroyos.
“Quién me garantiza a mí que no los van a matar. O que no les pase lo mismo a otros chicos de la localidad, como me estoy enterando a partir de lo que sucedió con Kevin, porque este ‘Ruso’ aparentemente ya ha amenazado y maltratado a otros”, señaló Silvia Sanabria, la mamá del joven, a un medio local. Y aseguró que a otros jóvenes los han amenazado “con meterles el arma en la cola si no les dan información acerca de quiénes venden drogas”.