LA HISTORIA DE NORBERTO TORRES Y LOS CARDALES EN JÓVENES Y MEMORIA El olvido no existe
En el 2003 un grupo de jóvenes de la Escuela Secundaria N 1 de Los Cardales sacudió la memoria del pueblo. Hasta ese momento, los vecinos pensaban que en ese lugar tranquilo no había pasado nada, que la dictadura no había dejado ninguna marca. Pero preguntando e investigando, los jóvenes descubrieron la historia de Norberto Torres, joven de 16 años secuestrado de la casa de sus padres por la dictadura militar. Aquel año trajeron la historia al encuentro de Chapadmalal. Hoy, 13 años después, Norberto vuelve a aparecer en Chapadmalal como bandera de militancia, como memoria recuperada por las nuevas generaciones.
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(CPM/Agencia) El 2 de septiembre de 2003 se promulgó la ley que derogó las leyes de obediencia debida y punto final. La decisión política recogió una histórica lucha de los organismos de derechos humanos y víctimas del terrorismo de Estado. Hasta ese momento, los genocidas estaban indultados y en sus casas. En Noviembre de 2003 se realizó el segundo encuentro de cierre de Jóvenes y Memoria en Chapadmalal; el programa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) reunía, en ese momento, a unos 50 equipos de investigación. Entre ellos, la Escuela Secundaria N 1 de Los Cardales.
Desde la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad, se han tramitado más de 500 causas con más de 2 mil imputados y unos 700 represores condenados; la mayoría de ellos, cumpliendo sentencia en cárcel común. La reparación judicial por estos delitos también fue y sigue siendo un reclamo de las mayorías populares. Ahora, en Chapadmalal, más de 13 mil chicos y chicas de toda la provincia se reúnen en el XV Encuentro de Jóvenes y Memoria. Entre ellos, la EES N 6 de Carlos Lemée, un pueblo ubicado a pocos kilómetros de Los Cardales.
Para los jóvenes de Los Cardales, la persona que une estos dos momentos es Norberto Torres. La historia de Norberto vuelve el relato hacia 1976. El 10 de agosto, una patota militar lo secuestró de la casa de sus padres, tenía 16 años, militaba en Montoneros y nadie más volvió a hablar de él. Norberto fue, durante muchos años, un hueco en la memoria de Los Cardales.
En el marco de un proyecto de investigación en el programa Jóvenes y Memoria, los estudiantes de la Escuela Secundaria N 1 encontraron en 2003 la historia de Norberto, el único desaparecido de Los Cardales. Trece años después, la EES N 6 de Carlos Lemée presenta su trabajo de investigación Un mapa que tardó 40 años y despliegan en el auditorio del Hotel 8 una bandera que dice: “Agrupación Norberto Torres. Centro de Estudiantes”.
“Jóvenes y Memoria fue clave; si no fuese por este programa, esta historia hubiese quedado en el olvido. El olvido era la práctica más habitual y más cómoda. Pero, ahora, hay mucha gente que ya no se quiere callar”, cuenta Sandra Conte, profesora de la EES N 6. “Su desaparición es la prueba de que en nuestro partido, Exaltación de la Cruz, también pasó la dictadura cívico-militar”, agregan los jóvenes miembros de la agrupación estudiantil.
Entre un momento y otro, Norberto volvió a ser desaparecido. “Cuando empecé a dar clases en Lemée, quise recuperar el trabajo que hicieron los chicos en 2003 como insumo para el aula y no encontré ninguna copia, ni siquiera en la biblioteca de la escuela”. Entonces, se preguntaron: ¿por qué se lo desapareció por segunda vez? Después de esa pregunta quedó la necesidad de volver a mencionar su nombre.
Estos jóvenes de hoy, que tienen la misma edad que tenían los que contaron por primera vez la historia de Norberto y que, a su vez, tienen la misma edad que tenía él cuando fue desaparecido, resignifican esas memorias locales. Memorias que luchan contra el olvido, contra la injusticia, contra el miedo. “No podemos olvidar a alguien que militó por su pueblo, por sus derechos”, aseguran.
En la actualidad, hay nueve colegios secundarios en Exaltación de la Cruz, cinco de ellos tienen centros de estudiantes activos; en el encuentro de centros de todo el partido, los jóvenes decidieron ponerle el nombre de Ernesto Torres a la agrupación estudiantil. La militancia es una de las formas de apropiación de esa memoria: “Para nosotros, es ir entramando la historia local”, agrega Sandra Conte.
Desde la agrupación, impulsaron recientemente un proyecto para que se coloque una baldosa con su nombre pero, en la última sesión, la mayoría de los concejales se levantaron y dejaron sin quórum el tratamiento. “Para nosotros, fue nuestro desaparecido; personalmente, me gustaría seguir nombrándolo cada 24 de marzo y que no quede en el olvido donde estuvo, injustamente, por tanto tiempo”, señalan los chicos y chicas de Carlos Lemée.
Hace 13 años fueron unos, ahora son otros; ayer y hoy, son los jóvenes los que mantienen activa la memoria de Norberto. “Fuimos reconstruyendo de a poco su historia, como si fuera un rompecabezas”, dicen. Es un rompecabezas que, como los procesos de elaboración social del pasado, se va construyendo entre disputas, tensiones y resistencias.