El ejemplo de Ganón
Por Fernando Latrille*
La suspensión el 24 de noviembre de 2016 del defensor provincial Gabriel Ganón por la Legislatura santafecina fue repudiada por los organismos de derechos humanos, víctimas y familiares de violencia institucional. Afeitar en seco a quien estaba a meses de terminar su mandato era la mejor forma de advertir al entrante que ponga las barbas en remojo si no quiere seguir la misma suerte, aunque el reaseguro del poder político-judicial será designar a algún familiar que procure que la Defensa Pública sea una mera oficina decorativa para Santa Fe.
La suspensión hasta el final de su mandato por “mal desempeño” no contó con la acusación debida y se basó en denuncias donde ninguna fue contraria a sus obligaciones como Defensor General de la Provincia. Ninguna de las causales invocadas se relacionó con un mal ejercicio de su trabajo como defensor, sino todo lo contrario, son sus acciones en defensa de los derechos humanos lo que ha irritado al poder judicial, policial, político y económico de la provincia y es importante señalar algún ejemplo del comienzo del hostigamiento hacia el defensor.
En marzo de 2012 Nicolás,un chico de 16 años del barrio La Cerámica de Rosario, salió en su moto a cargar nafta junto con un amigo. Se dirigieron por calle Boedo, y pasando Superí los cruzó un patrullero en un semáforo y les hizo seña de luces. Nicolás siguió y aumentó la velocidad intentando perderlos, pero aparecieron otros móviles más, tras ocho o nueve cuadras sintió que venía un patrullero a alta velocidad y a los tiros. Nicolás se detuvo, el patrullero los chocó, y ellos cayeron sobre el asfalto. Dos policías, una mujer y un hombre, se les tiraron encima y los golpearon. Un uniformado preguntó: “dónde está el fierro”, tendido en el suelo Nicolás expresó: “no tenemos nada”, el policía respondió: “ah, no tienen nada, yo les voy a hacer robar gratis a ustedes…les voy a poner una causa”.
Nicolás y su amigo fueron llevados hasta la comisaría décima del barrio donde los hicieron desnudar y se burlaron de sus genitales. Luego fueron trasladados a la Comisaría 30. Al abuso policial le siguió el papel inoperante que jugó la Jueza de Menores N° 2 de Rosario, Gabriela Sansó, que compró la versión policial armada y no les brindó las garantías necesarias ni al chico, ni a su padre, que desconforme con su accionar recurrió en forma desesperada ante el Defensor General de la provincia de Santa Fe, Gabriel Ganón. La jueza Sansó lo denunció por defender al menor.
El defensor que actuó ante la violación de derechos de esos chicos fue el acusado y la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe pidió a la Legislatura que analizara si correspondía la remoción de Gabriel Ganón por pretender representar desde su cargo al menor. La violencia institucional contra los menores no era importante como tampoco incriminarlos por un delito no cometido, ni siquiera llamaba la atención la desaparición de la moto Yamaha Crypton en la que circulaban los chicos y que misteriosamente desapareció de la comisaría. Lo importante era señalarle a Ganón que no debía meter sus narices en esos “asuntos de defensa de los derechos humanos”.
Sin dudas el revanchismo contra Ganón tuvo que ver con su crítica a la forma de administrar justicia que tiene el partido judicial de la provincia de Santa Fe. Y cada vez que desde la Defensa Pública denunció una gravísima violación a los Derechos Humanos o se presentó ante los organismos internacionales, porque las puertas del poder judicial se cerraron en esa provincia a los vulnerables aparecieron los pedidos de destitución contra él. Y la estocada mortal apareció luego de que presentara un grave informe ante el Comité de Derechos Humanos y la notificación de una sentencia que dictó el Comité de Desapariciones Forzosas de ONU contra el Estado argentino y la provincia de Santa Fe por la desaparición y la muerte de un joven en la localidad de Coronda.
Ese revanchismo hacia Ganón no tiene límites y el 5 de enero él mismo describía a través de su cuenta en facebook la difícil situación que atraviesa al expresar que:“Desde el día 20 de diciembre venimos reclamando al Defensor Regional de Rosario, Gustavo Franceschetti, que haga cesar la vía de hecho y no se retengan mis salarios”, remarcando que no ha tenido respuesta y añadiendo que ese mismo jueves había interpuesto un “amparo para hacer cesar la vía de hecho que me ocasiona un serio perjuicio personal y familiar”.
Ganón molestó al poder político, judicial, policial y económico de Santa Fe con eso de tomarse en serio la defensa de los derechos humanos. Lo hizo también cuando fue Defensor General del Departamento Judicial de San Nicolás, puesto seguro que le hubiese brindado estabilidad laboral y jubilatoria.
*periodista de Villa Ramallo