JUICIO POR EL FEMICIDIO DE CLAUDIA SALGÁN “El día que la mató, inventó que un ladrón la había atacado y que él la había defendido”
Este lunes comenzó el juicio oral por el femicidio de Claudia Salgán, que fue golpeada y apuñalada por su marido, Marcelo Núñez. El TOC 1 de la Plata será el encargado de determinar la responsabilidad del femicida por los hechos ocurridos en julio de 2015. El juicio continuará hoy y se espera que mañana sea la jornada de alegatos. Las audiencias se realizan en los tribunales de calle 56 y 8.
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(Agencia) El 8 de julio de 2015 por la mañana Claudia Salgán de 40 años, madre de tres hijxs, fue golpeada y apuñalada con un destornillador por quien era su marido, Marcelo Núñez, un empleado metalúrgico y practicante de artes marciales de 48 años.
Meses antes, Claudia le había anticipado a Núñez que quería separarse. Según contaron testigos, un mes antes de matarla, Nuñez afirmó que «esta vez no voy a quedar como un pelotudo”. Florencia Cabrera, la madre de la víctima, relató ayer ante el tribunal los años de maltrato, hostigamiento y golpes que su hija padeció por parte del acusado. “El hijo más chiquito de Claudia pensaba que su papá estaba preso porque había matado al ladrón que atacó a su mamá, porque eso fue lo que él dijo al principio. El día que la mató, inventó que un ladrón la había atacado y que él la había defendido, pero él durante años la maltrató y la golpeó”, dijo la mujer.
Cabe recordar que, tras asegurar que la mujer había sido atacada por un ladrón, Núñez finalmente reconoció haberla matado por una presunta infidelidad, y la estrategia judicial de su defensa, integrada por Pablo Cuomo y Pablo Conti, busca demostrar que el hombre “estaba con las facultades mentales alteradas” y que no había en la pareja un contexto de violencia de género y argumentando que “ella trabajaba fuera de la casa y él hacía la comida”.
“La muerte violenta de mujeres por razones de género no son una sumatoria de casos aislados, esporádicos o episódicos de violencia, sino que es parte de una situación estructural, donde el Estado tiene la obligación política de intervenir”, expresó la abogada de la querella Sofía Caravelos y agregó: “El Estado tiene la obligación de investigar y sancionar a los autores de esas muertes, no solo como homicidios simples, sino como femicidios. El Estado tiene además, si se trata de un femicidio, obligaciones frente a los familiares de la víctima, en especial ante la situación de vulnerabilidad en la que quedan lxs hijxs que pierden a sus madres en estos contextos”. Para quienes acompañan a la familia de la víctima no hay dudas de que el motivo de la agresión fue castigar o corregir a esa mujer que se había “desviado” del orden normal de las cosas porque “las mujeres pertenecen a sus maridos”.
“Claudia era madre de tres hijos y una incansable trabajadora. Amante de la vida al aire libre, de los deportes y de la familia. Siempre con una sonrisa, prestando un oído y ayuda desinteresada. Su femicidio quebrantó la vida de toda una familia y comunidad, al tiempo dejó huérfanxs y despojó de sostén y contención a sus hijxs. No queremos que se oculte el verdadero motivo y la causa de la muerte de Claudia, que la convierte en un delito social”, expresaron en un comunicado familiares y amigxs de la víctima.
“Cuando el Estado no responsabiliza a los autores de actos de violencia y la sociedad tolera expresa o tácitamente a dicha violencia, la impunidad no sólo alienta nuevos abusos, sino que también transmite el mensaje de que la violencia masculina contra la mujer es aceptable o normal. El resultado de esa impunidad no consiste únicamente en la denegación de justicia a las distintas víctimas-sobrevivientes, sino también en el refuerzo de las relaciones de género reinantes y asimismo reproduce las desigualdades que afectan a las demás mujeres y niñas”, concluyó la abogada.
El juicio continuará hoy con la declaración de los policías que se acercaron a la casa en la que ocurrieron los hechos y se espera que mañana sea la jornada de alegatos. La audiencia es oral y pública en los Tribunales de calle 56 y 8.