ADRIÁN RODRÍGUEZ ATINAO FUE LIBERADO 14 HORAS DESPUÉS DE SU DETENCIÓN El desalojo en Abasto, desde la perspectiva de uno de los 11 detenidos
El relato de Atinao, uno de los abogados que asistió a las familias que ocupaban el predio y que presentó la acción que derivó en la precautelar del juez Arias, expresa las múltiples irregularidades del desalojo y las detenciones así como el silenciamiento de determinadas voces desde las agencias penales que intervinieron en el operativo.
ANDAR en Abasto
(Agencia) El jueves 7 de mayo, pocas horas después del inicio del desalojo de más de 1300 personas que ocupaban el predio lindante con calle 520 en Abasto, comenzaron las detenciones arbitrarias: 11 personas fueron trasladadas a la comisaría de la localidad y allí permanecieron sin atención médica, incomunicadas y sin conocer el motivo de su detención hasta casi la medianoche. Uno de los detenidos fue el abogado Adrián Rodríguez Atinao.
“Llegué al lugar cuando supe por uno de mis asistidos que la policía los estaba corriendo hacia la ruta 2. Quise acercarme hasta el grupo de familias pero el comisario mayor Repnik me impidió el paso y, sin más, fui reducido por 6 o 7 policías y llevado a la comisaría, mientras veía los golpes que le daban a una mujer en la calle”, relató a ANDAR el abogado, a quien una vez adentro del calabozo le dijeron: “Acá no hay cámaras, hacé lo que quieras”.
Afuera, sobre el predio, había forcejeos, gritos, movimientos de los cordones policiales, y una máquina topadora que barría con los albergues precarios en el que habitaban desde hacía varias semanas las familias. La máquina rompió todo: colchones, televisores, sillas, mesas, bolsos con ropa, fotografías y recuerdos personales. Antes, cuando comenzó el operativo, se vieron perros incendiados producto de la quema que originaban los policías en su avance.
Adentro de la comisaría, la información y el contacto con conocidos nunca llegaría: “Al igual que muchos de los otros detenidos, yo no formaba parte de la toma de terrenos. Lo que la policía quería era que no haya testigos de su accionar. Todo el operativo fue realmente increíble y de una gravedad inusitada, como en las peores noches de la democracia”, describió Atinao.
A pesar de que había varios heridos, ningún médico revisó ni atendió a los detenidos, que permanecieron todos juntos en un mismo calabozo sin poder hablar por orden de los custodios bajo amenazas de complicaciones en la situación procesal.
El abogado Adrián Atinao decidió escribir un habeas corpus por su propia situación y la del resto. En principio, habían sido detenidos sin motivos y ni la fiscalía interviniente ni el juez habían tomado contacto con ellos. Tampoco lo harían durante el resto del día: “Si no fuera por los compañeros abogados de la Comisión Provincial por la Memoria y de otros organismos de derechos humanos, diría que me sentí completamente abandonado”.
El director del Programa de Justicia y Seguridad Democrática, Rodrigo Pomares, junto a una integrante del equipo de abogados, se mantuvo en la comisaría y desde allí presentó un habeas corpus colectivo por todos los detenidos, exigiendo el resguardo de su integridad y denunciando la violencia policial y las condiciones inhumanas en las que habían sido alojados.
“Estuvimos detenidos desde las 8:30 y las 13, aproximadamente. Finalmente junto a mis compañeros fuimos expuestos públicamente, esposados, subiendo al colectivo de la policía en el que nos trasladaron a fiscalía. Fue algo como en las peores noches de la democracia, se rompieron todos los límites, todas las garantías, un retroceso inconmensurable en términos de derechos humanos”, explicó Atinao.
“En la alcaidía de la fiscalía nos hicieron una requisa, nos hicieron desnudar a todos. Yo me negaba a esa requisa hasta tanto no se comunicara con nosotros el juez, pero volvieron las amenazas sobre nuestra situación procesal, así que tuve que someterme a exponer mis partes íntimas en una situación de detención irregular. Finalmente, ya por la noche, pudo entrar un colega, me puso al tanto de toda la situación porque nosotros no sabíamos nada, y cerca de las 22, después de prestar declaración de defensa frente a la artera acción policial, fuimos liberados”, concluyó el abogado.