EL CASO DE LA MUERTE DE PATRICIO BARROS CISNEROS El crimen, el encubrimiento
El 28 de enero de 2012 fue asesinado a golpes y patadas Patricio Barros Cisneros, detenido en el pabellón 1 de la unidad 46 de San Martín. Se constataron más de 30 golpes en la cabeza y el hundimiento del globo ocular izquierdo, además de una gran cantidad de lesiones compatibles con mecanismos de defensa frente a un ataque. Sin embargo las autoridades de la Unidad pretendieron instalar una versión de autolesiones y suicidio inverosímil para encubrir y garantizar la impunidad del homicidio.
La golpiza
El 28 de enero, cerca de las 10 hs, Patricio Barros Cisneros de 25 años de edad, esperaba la visita de su mujer embarazada de 8 meses. Se había preparado para la visita que debía concretarse como es habitual para todos los detenidos, en el SUM de la Unidad 46 del Complejo San Martin del SPB. Al salir del Pabellón de Admisión fue requisado minuciosamente, lo desnudaron totalmente y constataron que no portaba ningún elemento prohibido. Le informaron luego que su visita se desarrollaría en el patio de dicho pabellón, al rayo del sol y sin ninguna comodidad. Comenzó a discutir con el agente penitenciario que fue a buscarlo, la discusión fue creciendo y lo esposaron para llevarlo hasta la oficina de control. Mientras era llevado por el pasillo fue insultado por los agentes penitenciarios y respondió a esos insultos. El enojo de Patricio se sustentaba en que su visita había llegado de madrugada y recién pudo ingresar varias horas después, por la lentitud y desidia de los funcionarios que hacen la admisión. Al llegar a la reja de la oficina de control, y luego del intercambio de insultos, le aplicaron varios golpes de puño y lo tiraron al suelo.
Entre 8 y 10 agentes penitenciarios le pegaron golpes de puño y patadas de manera muy violenta y con saña. Lo agredieron mientras permanecía esposado en el piso y apenas podía defenderse. También le tiraron gas pimienta en su nariz, ojos e incluso en la boca, lo que le provocó ahogo e impedimento para respirar. En la autopsia realizada en el Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de la Procuración provincial se constataron más de 30 golpes en la cabeza, el hundimiento de globo ocular izquierdo, decenas de lesiones en miembros inferiores y superiores compatibles con las que padece quien pone sus manos y piernas para defenderse. La bestialidad penitenciaria extrema se materializó en las sucesivas patadas en los testículos, sobre los que un agente saltaba aplicando puntapiés con sus borceguíes.
La paliza continúo aun luego de que el joven permaneciera inmóvil y sin articular defensa alguna. Le pegaron aun después de muerto. Con carácter aleccionador, el episodio ocurrió al aire libre, frente a decenas de detenidos y familiares que reclamaban que cese la violencia.
El encubrimiento
El SPB informo de la muerte a la justicia mediante el Despacho Nº 313/12. La versión oficial sostuvo que “el habitante del pabellón uno comienza a correr en dirección al sector control esgrimiendo un elemento punzante…a la vez que intenta tomar como rehén al Oficial Adjutor (EG) Rodrigo Chaparro, agrediéndolo con el elemento punzante que esgrimía. Que acto seguido, con personal a su cargo y tomando las medidas de seguridad necesarias, procedió a entablar un dialogo con la intención de que depusiera su actitud hostil y agresiva, obteniendo un resultado negativo, por lo que se tuvo que utilizar la fuerza mínima e indispensable, alterando aun mas su actitud agresiva… destacando que para poder controlar la situación se tuvo que utilizar elementos de sujeción (esposas) y gas pimienta (PPQ), destacando que en un momento dado y una vez reducido el interno antes mencionado, logra zafarse corriendo en dirección a las rejas de acceso al sector control, y sin mediar motivo alguno comienza a golpear su cabeza fuertemente contra las rejas para luego caer pesadamente contra el suelo, quedando instantáneamente inmovilizado, por lo que inmediatamente se solicita la presencia del facultativo de turno Fernando WOODGATE… donde constata el deceso del interno… el oficial agredido fue trasladado a Sanidad…en el cual se constato lesiones punzantes en su brazo izquierdo y pierna derecha producto del interno fallecido…por otro lado es menester señalar que al interno de marras…al egresar de su pabellón de alojamiento se le efectuó la correspondiente requisa obteniendo resultados negativos…” Firmado Leonardo Jorge Dziata, Director Unidad 46.
Para lograr impunidad se oficializó un relato falso de los hechos y se alteró la escena del crimen. Los testimonios narran que luego de fallecido el detenido le pusieron un “fierro o faca” al lado del cuerpo. Con ese mismo elemento, el guardia se aplicó a sí mismo los dos puntazos que se le registraron. La versión penitenciaria es endeble y desnuda el compromiso institucional que rige para encubrir los hechos de violencia y proteger a los atacantes.
Los relatos recabados en la inspección realizada por organismos de DDHH y funcionarios judiciales días después lograron desarmar esa versión. Para quebrar el circulo de impunidad fueron determinantes las gestiones realizadas por la Defensora Oficial María Dolores Gómez y el CELS, a fin de lograr que se traslade a los detenidos testigos al ámbito de la Gendarmería Nacional , y así garantizar su seguridad fuera del SPB.