MÁS DE 60 JÓVENES PARTICIPARON DEL ENCUENTRO DE VOLUNTARIADO DE LA CPM El compromiso de ser parte de la transformación
Más de 60 jóvenes de toda la provincia de Buenos Aires participaron del primer encuentro del voluntariado de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que se realizó en la casa de 54. El voluntariado es un espacio de participación y formación en derechos humanos que acompaña, durante todo el año, el trabajo del programa Jóvenes y Memoria. Desde su creación en 2008, el voluntariado de la CPM sigue creciendo y, a la par de Jóvenes y Memoria, se consolida como espacio de participación donde confluyen la voluntad y el compromiso de construir colectivamente un futuro mejor, con igualdad y justicia.
ANDAR en La Plata
(Agencia Andar) “Siento que la Comisión es un espacio propicio para formarme en derechos humanos, por esta forma de construir colectivamente; los espacios de formación son colectivos y todo de cara a una acción que no queda en la formalidad teórica sino en la necesidad también de poner el cuerpo”, dice Martina en una pausa entre las actividades que se realizaron el viernes y el sábado durante el primer encuentro del año del voluntariado de la Comisión Provincial por la Memoria.
Martina es de La Plata, tiene 18 años, participó dos años de Jóvenes y Memoria con la secundaria de arte de Villa Ventana; este año, cerca de 60 jóvenes se inscribieron por primera vez en el voluntariado, y Martina es una de ellas. Desde su creación, en 2008, este espacio sigue creciendo, este año son 110 les voluntaries que formarán parte de la distintas instancias de formación y participación.
“No hay muchos espacios de formación en estas cuestiones y es fundamental en este momento histórico donde las pibas y los pibes vienen a disputar absolutamente todo y quieren ser partícipe de las disputas actuales”, agrega Agustina, estudiante de la carrera de Trabajo Social, que conoció Jóvenes y Memoria por un compañero de militancia y este es su primer año como voluntaria en La Plata, pero viene participando desde hace dos años en la sede de Tandil.
Durante estos 11 años, casi 600 jóvenes formaron parte del voluntariado que funcionó, de acuerdo a la convocatoria, en distintas sedes de toda la provincia: Bahía Blanca, Tandil, Moreno, San Miguel, Morón y La Plata.
Tanto en el voluntariado como en Jóvenes y Memoria, la territorialidad es una marca del programa. “En lo particular, el hecho de que Jóvenes y Memoria llegue a toda la provincia, ayuda a visibilizar y acercar un montón de problemas que, muchas veces, pasan de manera naturalizada en los pueblos; viene a cuestionar, a problematizar y también a hacernos observar que las violaciones a los derechos humanos no quedaron en la época del proceso sino que siguen en la actualidad”, explica Tomás; él es de Benito Juárez y estudia Historia en la UNICEN—Tandil. Desde el año pasado, participa del voluntariado en la sede de Tandil.
“La Comisión, Jóvenes y Memoria, el voluntariado son herramienta no sólo para los jóvenes que se preparan para el encuentro de Chapadmalal, sino también es una herramienta en el espacio político de cada uno, para poder construir memoria en el barrio donde trabajamos, para seguir militando los derechos humanos, para seguir construyendo un país con más justicia, donde se velen por los derechos de toda la sociedad”, agrega Ezequiel de Merlo. Participó de Jóvenes y Memoria en 2016, y dice que recién pudo sumarse al voluntariado este año.
El viernes, durante la primera jornada del encuentro, les voluntaries recorrieron la muestra interactiva “Espionaje ilegal: perseguir la disidencia”, que recupera el valor histórico de la casa de la CPM, edificio donde funcionó la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA).
“Me quedo con el laburo de preservación del archivo. Y quiero rescatar dos cosas: la paradoja de lo que son los volantes, archivos que tenía la DIPPBA, y que ahora son un material riquísimo que tenemos, porque mucho de ese material acerca de las organizaciones y la resistencia no lo tendríamos. Y otra cosa que es la magnitud del trabajo que realizaba la DIPPBA, soy de Benito Juárez, y en el lomo de Malvinas, el primer documento que se encuentra es un legajo de un acto que se realizó en Benito Juárez con la participación de 100 personas. Eso me impactó”, cuenta Tomás.
Agustina también recupera un archivo que hablaba de la última presentación de los redondos en Olavarría en el 97, un archivo que venía de la Comisaría 1ª de Azul, muy cerca de su casa de la infancia. Martina dice que lo que más le impactó fue ver un mismo archivo que tenía los nombres de María Claudia Falcone y Raimundo Gleizer, “mi referenta de mujer y mi cineasta preferido en un mismo archivo”. Ezequiel se queda con otro documento, un mapa de Merlo donde aparecen marcadas las unidades básicas peronistas: “ver los panfletos, las historias, la construcción de una agencia de inteligencia por una dictadura, que se crea con el odio para perseguir”, resume.
Luego de la visita, les jóvenes compartieron un espacio reflexión y debate para pensar, a partir del recorrido por la casa, los documentos de inteligencia y otras lecturas, las luchas y resistencias en democracia y dictadura, y discutir sobre las estructuras que permitieron los regímenes totalitarios y que siguen posibilitando el ejercicio de la violencia sobre determinados sectores.
La segunda jornada del encuentro estuvo centrada en la participación del voluntariado durante las distintas instancias del programa Jóvenes y Memoria, desde los encuentros regionales hasta el cierre en Chapadmalal. “Si hubo voluntarios, antes, que nos hicieron problematizar esto en su momento, en lo personal me parece importante que militemos ahora los derechos humanos desde este espacio, ya no como participantes del programa sino como voluntario de la Comisión, para que otros jóvenes puedan atravesar esta experiencia de construcción de la memoria”, expresa Tomás. “Este programa es fundamental para la construcción de un pensamiento crítico desde la juventud”, agrega Agustina.
“Esta formación, este voluntario puede formar futuros ciudadanos que interpelen a la sociedad con los valores de justicia, memoria, verdad. Nosotros somos los que podemos transformar la historia argentina, tenemos que tener un real compromiso para construir un mejor país”, cierra Ezequiel.