ENCIERRO El cisne
Un integrante del equipo de control de lugares de detención del Comité Contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria inspeccionó uno de los Centros cerrados del Complejo de Abasto. Éste es su relato.
ANDAR en las cárceles
(CCT- CPM) Un día más pasó para los pibes dentro de esas tumbas llamadas por el gobierno de la provincia de Buenos Aires “centros cerrados”. Y ningún día es igual para nosotros que como equipo volvemos a una inspección. Esos controles que hacemos y que no son comunes, ni naturales. Nunca esas inspecciones son comunes, ni naturales, porque el día que comiencen a serlo estaremos en graves dificultades, sobre todo para poder ver, escuchar, sentir, oler, vivir…
Ese día, luego de recorrer las celdas que ellos llaman “habitaciones” (pero están compuestas por rejas y camastros, sin cosas personales, sin baño, sin vidrios en las ventanas, sin vida del otro), entre muchos relatos, nos encontramos con el de él en un SUM de recreación (que es una pecera con rejas, una tv, algo de música y “papelitos para hacer arte”). Comenzamos a charlar de como están, de cómo los tratan. Siempre las primeras respuestas son “estamos bien”, “encerrados…que querés”. Pero esta vez al preguntar por su familia cuenta que está solo, que no hay contacto con sus padres y que tiene una niña. Ahí surge otro relato que da origen a este título.
_¿Cuál es el nombre de tu hija?, preguntamos.
_Luna – comenta – Luna Mía, agrega.
Respondo y repito: _ Luna Mía.
_ Noooo ¡no tuya!, Mía, manifiesta.
Y ese resguardarla, tenerla, sentirla, se hace más fuerte. Hace meses que no la ve, se separó de su pareja, y ya no tienen contacto con él.
Entonces vemos el cisne; él sabe cómo hacerlos, aprendió hace un tiempo de un familiar o de un amigo, de alguien del barrio que había estado detenido. Lo aprendió y empezó a utilizar la técnica cuando también comenzó a caer en detenciones. Seguimos la charla y su hija y el cisne comenzaron a conectarse. Nos cuenta, entonces, que una vez hace un tiempo, no tanto, estuvo en una comunidad terapéutica, de esas que quieren subsidios y no control, de esas en las que sólo los pibes saben qué se hace. Allí todo era feo, allí comenzó a trabajar con papelitos, fue trabajando en ese cisne que debía ser para Luna (de él) para pasar los momentos en ese lugar sin que fueran tan terribles.
Y un día por fin se decidió, no podía seguir ahí, algunos pibes escapaban por detrás del lugar, corriendo por el campo, él también se cansó, se iba a ir. Como en muchos de estos lugares no tenía acceso a sus pertenencias todo el tiempo, estaban bajo candado y llaves, ajenas a él, y entre ellas estaba el cisne, ése que había hecho con sus manos para Luna (de él). Tuvo que ser franco con el director del lugar, le dijo que iba a irse, en algún momento iba a irse y que quería llevar el cisne que era para su pequeña hija y así lo obtuvo. Con ese logro se fue. Caminó y caminó por la ruta, hizo dedo, lo llevaron, hasta que llegó al tren. Subió y le dijo al guarda que no tenía dinero, que recién salía de la comunidad y por eso no tenía dinero. El guarda entonces le pidió los papeles en donde constara su salida y su documento. No los tenía. Se asustó, pero de todas formas debía llegar a ver a su hija, quería verla, deseaba verla. Entonces le confesó que se había escapado, que no tenía dinero pero que quería llegar: era un chico queriendo ver a su hija. Y eso vio, el otro. Ese otro que también es la sociedad, un guarda de tren, un común, un sujeto que ante un pedido de un niño accede como ser humano a ese pedido y le dice, quédate ahí, sentate, viajá…
Fue un viaje largo, de mucho cansancio, cuando llegó a Constitución, estaba dormido, al despertar no sabía bien dónde estaba. Bajó rápido del tren porque se disponía a partir nuevamente, y tan rápido bajó que se dio cuenta que ya no tenía el cisne. Eso no podía pasar, volvió, corrió y logró alcanzarlo.
El cisne llegó a Luna (de él). A los pocos días volvió a caer detenido. Estaba en su casa pero el hambre era mucha, los recursos pocos, y sólo vio una forma de ayudar. Y el estado volvió a estar presente. También está hoy en ese SUM de recreación, y allá en la comisaría y en las agencias represivas…