RODRIGO CANSTATT LLEVABA 5 MESES EN LA FUERZA El caso de Sergio Jasi: otra víctima del mismo policía que mató a Diego Cagliero
Rodrigo Canstatt egresó de la Policía Bonaerense en diciembre de 2018; antes de cumplir seis meses en funciones fue detenido por el asesinato de Diego Cagliero, el 19 de mayo durante un operativo policial. Pocos días antes, había estado involucrado en otra muerte: ocho policías acudieron a un llamado al 911 por un joven encerrado en el lavadero de una casa en un claro estado de alteración; Canstatt y otro oficial lo sacaron desvanecido del cuarto y lo trasladaron a la comisaría 11 de Remedios de Escalada. Sergio Jasi murió pocas horas después, antes de llegar al hospital, con un traumatismo de cráneo y golpes en todo el cuerpo.
ANDAR en Tres de Febrero
(Agencia Andar) El pasado 26 de abril, Sergio Jasi sufrió un episodio psicótico; en un claro estado de alteración, comenzó a saltar hacia los patios de las casas del barrio donde vivía hasta que se encerró en el lavadero de una casa. Sergio no estaba armado, no tenía rehenes ni había violentado a nadie; asustados por el estado del joven, vecinos y vecinas llamaron al 911; fueron en total cuatro llamados, en ninguno denuncian un intento de robo o agresión.
Ocho policías en cuatro patrulleros llegaron hasta el domicilio donde Sergio se había encerrado; un rato después, vecinos y vecinas ven cómo dos oficiales sacan al joven desvanecido y lo tiran en la caja de la camioneta. Otra persona declaró que en el patrullero le apoyan la rodilla en la cabeza y le siguen pegando.
En lugar de llevarlo al hospital, lo trasladan primero a la comisaría 11ª de Remedios de Escalada, partido de Tres de Febrero; cuando finalmente lo derivan al nosocomio ya era tarde: Sergio llegó muerto.
“Ese día, llovía a cántaros y yo estaba volviendo de Capital donde trabajo. Me empiezan a llamar vecinos y después mi mamá. Voy directamente a la comisaría, pero ya lo habían llevado. Mientras nosotras estábamos ahí, Sergio estaba muerto y nadie nos decía nada”, recuerda su compañera, Laura Romero. Sergio estaba por cumplir 30 años, tenían una hija de 4.
Cuando Laura llegó a la dependencia policial, la hicieron declarar sin saber qué había pasado y le retuvieron el documento durante horas. En ese mismo tiempo, comenzaron a llegar testigos que habían sido citados a declarar. A Sergio le habían iniciado una causa por robo agravado con escalamiento.
Esa misma noche, le avisan a Laura que iban a realizar la autopsia a la mañana siguiente, una celeridad bastante fuera de la común. “Me imaginé que querían tapar todo rápido y me puse en contacto con una abogada que me recomendó pedir postergar la autopsia hasta presentar un perito de parte”.
La autopsia se realizó, finalmente, una semana después: Sergio murió por los golpes recibidos, tenía traumatismo de cráneo y otras lesiones en su rostro y cuerpo. Para encubrir a sus compañeros de fuerza, la versión policial asegura que el joven se autolesionó y que otros vecinos intentaron lincharlo porque estaba robando.
Tras conocerse los resultados de la autopsia, los policías que intervinieron en la aprehensión de Sergio fueron trasladados: Canstatt pasó a prestar servicio en la 5ª Eufrasio Álvarez.
“Cuando me enteré de la muerte de Diego Cagliero y supe que el policía era Canstatt, lo primero que sentí es que Diego podría estar vivo si hubieran hecho algo tras la muerte de Sergio, pero no hicieron nada, a Canstatt sólo lo trasladaron de comisaría y menos de un mes después pasó lo que pasó”, reflexiona amargamente Laura Romero, la compañera de Sergio.
Rodrigo Canstatt había egresado de la Policía Bonaerense en diciembre de 2016; en menos de seis meses fue protagonista de dos intervenciones que terminaron en la muerte de dos jóvenes. Actualmente está detenido por el crimen de Diego, en esa causa se comprobó que de su arma reglamentaria partió la bala que hirió de muerte al joven. Hay otro dato más: en ese operativo policial, Canstatt fue el único en vaciar todo su cargador.
“Que ahora esté fuera de la calle es un alivio para la comunidad, pero no para mí porque no está detenido por la causa de Sergio”, dice Laura. Y agrega: “Pero sigo aterrorizada, porque no sabemos quiénes son los policías que están en la calle supuestamente para cuidarnos”.