EL HECHO OCURRIÓ EN JUNIO EN REMEDIOS DE ESCALADA Dos policías bonaerenses llegan a juicio acusados de torturar con picana eléctrica a jóvenes
El Tribunal Oral Criminal N° 5 de San Martín será el encargado de juzgar a los efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Figueredo y Sergio Amori, que llegan al debate oral imputados por torturas. En la madrugada del 2 de junio de este año, los efectivos del Comando de Patrulla de Tres de Febrero detuvieron en la calle a tres jóvenes, uno menor de 18 años, a quienes intentaron vincular sin pruebas a un robo ocurrido en la zona; los tiraron al piso boca abajo y a dos de los jóvenes les pasaron corriente eléctrica con una picana. Luego fueron trasladados a la comisaría 11ª, esposados y encerrados en un calabozo donde recibieron golpes, amenazas y burlas. Los dos policías están detenidos en prisión preventiva. La CPM participa como Particular Damnificada Institucional en calidad de Mecanismo Local de prevención de la Tortura.
ANDAR en Tres de Febrero
(Agencia Andar) De acuerdo al examen médico forense y las pericias realizadas, las lesiones que presentaban G.F. y B.Q. son compatibles con el paso de corriente eléctrica por el cuerpo. El fiscal de instrucción y juicio Raúl Sorracco fundó en esos informes la imputación por tortura de los agentes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Cristian Figueredo y Sergio Amori. Los dos llegan a juicio detenidos en prisión preventiva.
En la madrugada del 2 de junio, patrulleros del Comando de Patrulla de Tres de Febrero acudieron a un llamado por un robo en una fábrica de cortinas; cerca del lugar, Figueredo y Amori se cruzaron a tres jóvenes, dieron la voz de alto y descendieron del patrullero apuntándoles con las armas. G.F., B.Q. y S.L, este último de 17 años, se tiraron al suelo, los requisaron, no le encontraron nada y los dejaron irse.
A las dos cuadras, los mismos policías volvieron a detener a los tres jóvenes, nuevamente los obligaron a tirarse al piso, una vez más sin ninguna prueba que los vincule al hecho intentaron adosarle la comisión del robo. En ese momento, mientras los jóvenes, tirados en el suelo boca abajo, les gritaban que ellos no tienen nada que ver, Figueredo le apoyó una picana en el cuerpo a G.F. y le pasó corriente eléctrica, hizo lo mismo con B.Q.
Tras dar aviso de la aprehensión por radio, otros patrulleros llegaron al lugar y trasladaron a los jóvenes a la comisaría 11ª de Tres de Febrero. La misma instrucción de la causa pone en duda la legalidad de la detención, para el fiscal fueron detenidos sin demasiado criterio e, incluso, advierte que en el acta de traslado de los aprehendidos aparecen policías que no fueron los que intervinieron.
En la comisaría, los tres jóvenes fueron alojados, esposados, en un calabozo en donde, al menos, seis policías se turnaron para golpearlos y/o amedrentarlos para que se autoincriminen. “Nos decían que íbamos a ir a parar con 20 pibes en una comisaría, y nos iban a hacer señoritas, y se reían entre ellos”, declaró uno de los jóvenes durante la instrucción.
A pesar de las amenazas, ante la ausencia de pruebas, los policías les avisaron que iban a quedar libres, que tenían que firmar los papeles para irse. Para ese entonces, los familiares de los tres jóvenes ye habían llegado a la comisaría; cuando estaban saliendo, al notar que estaban golpeados, las madres de los chicos reclamaron hablar con un superior y consiguieron que los tres jóvenes sean trasladados al Hospital Carrillo para que se constanten las lesiones en el cuerpo.
Luego de la revisación médica, y pesar de haber sido liberados, los tres jóvenes fueron trasladados a la comisaría. Mientras hacían ingresar a los familiares por la parte delantera de la dependencia, el patrullero con los tres chicos ingresó por la entrada trasera: los metieron por un pasillo estrecho, que estaba lleno de policía; allí intentaron aprehenderlos nuevamente, acusándolos una vez más del robo. La intervención de los familiares, ante los gritos de los jóvenes, consigue que los jóvenes vuelvan a sus casas.
En ese contexto de actuaciones ilegales, actas fraguadas, violencia y amedrentamiento, la policía bonaerense volvió a usar una picana para torturar.
Será el Tribunal Oral Criminal N° 5 de San Martín el encargado de juzgar la responsabilidad de Figueredo y Amori por estos delitos. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) participará del juicio como Particular Damnificado Institucional en su calidad de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura.