Dos perpetuas por el asesinato de Monseñor Angelelli
ANDAR en La Rioja
(Agencia) El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja fijó la pena para los dos acusados en el juicio oral por el homicidio del obispo Angelelli, condenando a reclusión perpetua a Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella.
El tribunal -integrado por los jueces José Camilo Nicolás Quiroga Uriburu, Carlos Julio Lascano y Juan Carlos Reynaga- condenó a prisión perpetua a Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella.
La lectura de los fundamentos de la sentencia se difirió para el próximo 12 de septiembre por la mañana.
Andar se comunicó con Luis Miguel «Vitín» Baronetto, cura de la diócesis de la Rioja y querellante en el juicio, y nos comentó esto en relación a la jornada:
“Hoy ha sido un día muy importante para la memoria del pueblo riojano. En primer lugar durante la apertura de la audiencia los dos imputados ejercieron el derecho de decir sus últimas palabras antes de conocer la sentencia y, aunque era de imaginar su contenido y razonamiento ya que Menéndez lo viene repitiendo en otros juicios, él reafirmó que no lo conocia a Monseñor Angelelli, aunque quedó sobradamente probado lo contrario. Por otro lado, apelaron a un catolicismo ultra conservador trataron de remontarse a la historia de los Papas de vieja data y otras deliberaciones que en definitiva no aportaron nada en concreto.”
“Durante la tarde cuando el tribunal leyó la sentencia con el resultado de prisión perpetua, cárcel común y el quite del beneficio que actualmente perciben los imputados de arresto domiciliario. El tribunal no retomó algo que nosotros habíamos pedido que es que se investiguen las complicidades civiles sobre otros posibles imputados en estos hechos.”
“Todos los juicios son importantes pero este es muy importante para nosotros desde nuestra identidad cristiana porque es el asesinato de un obispo católico. En un país donde la religión católica es la religión del estado y el catolisismo está muy arraigado en la experiencia de la gente. Por eso para nosotros es muy importante, siempre lo supimos. Convengamos que en la Argentina no se mata a un obispo todos los días.”