ANDAR en los Juicios por lesa humanidad Denuncian a un fiscal por no investigar
Agencia(Solicitada completa de Gabriel Cevasco y Adriana Leiva por el accionar de la Justicia).
Primero, en plena dictadura, los buscamos vivos. Luego exigimos Verdad y Justicia y el propio Estado democrático nos respondió legalizando la impunidad con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. El indulto a los genocidas llegó también de la mano de un presidente legítimamente elegido.
Estamos a un paso de que se cumplan 10 años de la apertura de esa enorme puerta que pudimos cruzar con la anulación de aquellas leyes. El Estado democrático esta vez inauguraba un nuevo tiempo histórico.
Jamás abandonamos el camino de lucha ni nuestras esperanzas; hemos andado sin descanso ni consuelo. Ese andar fue regado con la vida de muchas víctimas, familiares y testigos.
Trabajamos cotidianamente buscando la condena a los genocidas con la ley y con todas las garantías que les fueron negadas a los nuestros. Pero algunos miembros del poder judicial se han burlado de nosotros, y han demostrado que la Justicia no es su meta.
Este juicio, el 9no de la causa por los delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo, llega a su fin y al igual que el anterior, lleva la denuncia de la propia fiscalía de juicio por los déficit de la instrucción-investigación que se llevó a cabo. Esos déficit se traducen en la imposibilidad de juicio y castigo a todos los culpables. Uno de los responsables de la falta de investigación tiene nombre y apellido, se llama Jorge Sica, fiscal largamente denunciado por nosotros porque manifestó explícitamente que no investigaría, y así fue. La lucha de los querellantes, los compañeros y los abogados logró su desplazamiento para los casos de lesa humanidad. Pero su paso por esa tarea ha lesionado fuertemente el proceso de justicia, en algunos casos irremediablemente. Hemos sido nuevamente dañados por una parte del Estado, a través de uno de los funcionarios que pertenece a un sector de este poder judicial que se resiste todavía a la memoria, a la verdad y a la justicia. Es imperioso construir de una vez por todas un Poder Judicial que en su totalidad esté a favor de la democracia y del pueblo argentino en su conjunto, y no muchos de sus componentes al servicio de la impunidad o de sectores corporativos.
No hay forma de “restitución” de lo perdido, pero el Estado tiene la obligación de “reparar” el daño producido a su pueblo. La JUSTICIA es el acto reparatorio que se nos debe, sobre todo a quienes hoy se hacen presentes a través nuestro. Sabemos que los Sicas son muchos y también sabemos que son muchos los fiscales que hacen de sus acciones, una práctica ética. Sica ha obstaculizado y en oportunidades impedido llegar a la verdad: los allanamientos que no se pidieron, la documentación que no se buscó, los participes que no se investigaron, los delitos que se dejaron de incluir en la acusación.
El genocidio se llevó adelante con la clandestinidad e impunidad de sus acciones, encontrar las pruebas para probar los delitos requiere por tanto de un ejercicio activo de parte del poder judicial en cada una de sus etapas y de cada uno de sus funcionarios.
Denunciamos a los Sicas y a quienes desde su rol, por acción u omisión, no están a la altura del momento histórico que atravesamos. No entienden que la Justicia es el escenario donde también se está construyendo una nueva práctica judicial y ciudadana, se está reescribiendo la historia, dando sentido al presente, mostrando caminos a futuro.
Como querellantes, víctimas, familiares y compañeros vinculados a la causa Campo de Mayo, hoy llegamos al final de este juicio saludando su realización, concientes de lo mucho que hemos hecho y lo que falta, pero sabiendo también que este no era el proceso esperado por nosotros, merecido para las víctimas y el que necesita la sociedad como un claro mensaje en el camino del NUNCA MAS