EL LUNES SE CONOCERÁ LA SENTENCIA Condenaron al policía que mató a Lucas Décima
La madrugada del 23 de febrero de 2017, el sargento de la Bonaerense Mariano Ballarino disparó sin motivo contra Lucas Décima sin bajarse del móvil de Comando de Patrulla de Merlo. Lucas murió desangrado antes de llegar al hospital Eva Perón. Durante un breve juicio que se realizó en el Tribunal Oral Criminal N 6 de Morón, las pericias balísticas y el testimonio de la compañera de fuerza que estaba con él aquella noche desmontaron la versión de Ballarino de que “el tiro se le escapó por accidente” y comprobaron que actuó de manera homicida, que estaba preparado para disparar y disparó cuando no había riesgo para nadie. Los jueces adelantaron el veredicto condenatorio y ordenaron su inmediata detención. El lunes se conocerán los fundamentos de la sentencia y la pena.
ANDAR en Merlo
(Agencia Andar) “No te mueras acá, guacho, que me arruinás la carrera”, le gritaba el sargento de la Policía Bonaerense Mariano Ballarino mientras le pegaba patadas primero e intentaba reanimarlo después. Lucas se desangraba en el suelo y murió antes de llegar al hospital. “Tenía 17 años, quería ser músico y había decidido hace poco mudarse desde Misiones a la casa de su mamá en Merlo para terminar el secundario y perfeccionarse en sus estudios. Nada me lo va a devolver pero lo seguiré recordando con esos sueños”, dice su padre, Ismael Décima.
La madrugada del 23 de febrero de 2017, tras una discusión entre jóvenes en el barrio del parque San Martín de Merlo, se escuchan varios disparos. Un llamado al 911 alerta sobre este episodio, el sargento Ballarino y la policía Nélida Clara Valor acuden al lugar a bordo del móvil de Comando de Patrulla. Lucas y sus amigos estaban reunidos como solían hacerlo en la esquina de Bulnes y Costa, no habían sido los protagonistas de los disturbios, sin embargo cuando sienten las sirenas salen corriendo todos, menos él que sigue caminando. “Si no hiciste nada malo no corrás ni tengas miedo”, le había dicho alguna vez su padre, un consejo del cual ahora se arrepiente. Lucas acata la voz de alto y se detiene, queda frente al móvil policial, Ballarino, sin bajarse de la camioneta, dispara. La bala entra en la zona de la ingle. Las pericias balísticas dicen que fue un disparo que se efectuó de arriba hacia abajo a menos de tres metros de distancia.
“En el juicio quedó demostrado que, sólo ante un llamado de alerta al 911, Ballarino definió insólitamente que había una situación de riesgo para llegar con su arma desenfunda lista para disparar y así lo hizo de manera criminal contra Lucas”, cuenta el abogado de la familia, Nahuel Berguier. “Estas son las cosas que pasan cuando se ha naturalizado el abuso de las prerrogativas que da un uniforme. La policía piensa que es sólo un pibe más y hay todo un sistema detrás que juega al olvido y al desgaste de las familias. Esta vez no pudieron”, agrega Ismael Décima, papá de Lucas.
Mientras el joven moría, Ballarino y sus jefes policiales empezaban a trazar el camino de la impunidad. Pretendieron instalar la versión de que Lucas había robado una moto y que estaba armado. Nada de eso era cierto. También en esos primeros momentos, y como ocurre en estos casos, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) hizo las presentaciones preliminares para reclamar que se respete la acordada 1390.
La fiscalía, a cargo de Valeria Courtade y Alejandro Jons, actuó rápido, ordenó apartar a la Bonaerense de la investigación y tomó declaración a los amigos de Lucas y a la policía que iba en el móvil; los testimonios de estos testigos fueron clave para saber qué pasó. Con esa información, la fiscalía pidió la imputación por homicidio con dolo eventual y la detención de Ballarino.
El sargento sólo estuvo detenido durante 30 días, después volvió a funciones. El juez de primera instancia, Alfredo Meade, creyó en la declaración de Ballarino, cambió la carátula por homicidio culposo —es decir, que Ballarino no tuvo intención de matar— y lo liberó. Ballarino, un hombre con dos décadas en la fuerza, dijo que fue un accidente, que “cuando quiso bajar del patrullero, Lucas empujó la puerta del vehículo y, accidentalmente, se accionó su arma reglamentaria».
Durante las audiencias del juicio que se realizó en el Tribunal Oral Criminal N 6 de Morón esa versión quedó desestimada. Los jóvenes declararon que vieron al policía disparar desde arriba de la camioneta, las pericias balísticas lo confirman. Sin embargo, el testigo clave que termina incriminándolo fue el de su compañera de fuerza. Nélida Clara Valor dijo que “no había ningún peligro y, por lo tanto, no había necesidad de llevar el arma desenfundada”. Ballarino manejaba la camioneta, la mano izquierda en el volante, en la derecha empuñaba la pistola, lista para disparar, para matar.
Con todas las pruebas en su contra, el sargento de la Bonaerense tuvo la oportunidad, después de los alegatos de las partes, de decir unas últimas palabras. Ballarino insistió en su versión, el disparo accidental. Después se victimizó, dijo que nunca sintió que se haya respetado su investidura: ni la noche del 23 de febrero de 2017 cuando Lucas —según su declaración— se avalanzó contra la puerta de la camioneta ni durante el juicio cuando su propia compañera de fuerza lo incriminó. “No entiendo por qué declaró lo que declaró”, dijo. Y tuvo tiempo para cerrar con un deseo: “Quiero una Argentina mejor, pero con orden”.
Luego de estas palabras, los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Andrea Bearzi y Daniel Leppen decidieron por unanimidad condenarlo y ordenaron su inmediata detención, tal como lo había solicitado la fiscalía y la querella. “Que un policía se vaya preso antes de conocerse la sentencia es un paso importante en la lucha contra el gatillo fácil”, siente Ismael.
La elevación a juicio llegó con la calificación de homicidio culposo, que tiene una expectativa de pena muy baja. La fiscalía y la querella sostuvieron que Ballarino actuó con intención de matar y pidieron 12 y 14 años de prisión, respectivamente. El adelanto del veredicto condenatorio y la decisión de ordenar su detención parecen indicar que el fallo del Tribunal estará en esta última línea.
A la espera de los fundamentos y la sentencia que será leída el lunes 8 de octubre, Nahuel Berguier, el abogado de la familia, e Ismael Décima estiman que el sargento terminará siendo condenado por dolo eventual y ambos consideran que sería un fallo acorde a lo que se demostró en el juicio. “Esto demuestra, una vez más, los niveles de irresponsabilidad criminal con los que actúan algunos miembros de la fuerza de seguridad cada vez que salen a la calle”, dice Berguier.
Ballarino ya fue condenado. En la cárcel desde el jueves, sólo le resta saber cuántos años de prisión tendrá que cumplir por matar a Lucas.