EL CASO DE ARIEL CANIZZO Cuatro policías a juicio por la muerte de un joven en una comisaría de Berisso
El miércoles 20 de marzo comienza el juicio por la muerte de Ariel Cannizzo, ocurrida el 22 de octubre de 2011 después de que cuatro policías de la comisaría 3ª de Berisso lo golpearan hasta dejarlo casi inconsciente. Murió al día siguiente en la comisaría 4ª también de Berisso. Su familia y la Asociación Civil Miguel Bru realizarán una conferencia de prensa antes del inicio de la primera audiencia, a las 9 hs, en la entrada de Tribunales, calle 8 entre 56 y 57.
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(AMBru) El Tribunal Oral y Criminal 1 de La Plata juzgará al ex-capitán Ricardo de La Canal, los tenientes Roberto Percuoco y Ernesto Conti, y al oficial principal José Antonio Cácere por la muerte de Ariel Canizzo, de treinta y tres años, que murió tras recibir una brutal paliza que le ocasionó contusión cerebral, traumatismos y hemorragias internas. Su familia y la Asociación Civil Miguel Bru (AMB), entidad que patrocina el caso, sostienen que el joven murió a causa de la golpiza, y pedirán nuevamente el cambio de carátula a “homicidio agravado”. Además, denuncian serias irregularidades en la investigación, que está caratulada como “apremios ilegales”, una calificación que permite garantizar la impunidad de los casos de gatillo fácil.
La historia de Ariel con los policías de su barrio tiene antecedentes de persecución y hostigamiento, como tantos otros caso de personas que terminan muertas en manos de la policía. Meses antes de que lo mataran, había sido detenido junto a su cuñado, a raíz de una discusión en un local de comida del barrio, en la comisaría 3ª de El Carmen, donde fueron golpeados y les abrieron una causa por resistencia a la autoridad.
En la mañana del 21 de octubre de 2011 los cuatro policías imputados de la comisaría 3ª de Berisso entraron violentamente, sin orden de allanamiento y por otro móvil a su casa, y lo molieron a golpes. Los vecinos fueron testigos de cómo lo sacaban a la rastra y ensangrentado. Ariel fue llevado a la seccional tercera, y allí continuaron golpeándolo hasta que, durante esa misma tarde, lo trasladaron a reconocimiento médico. La versión del médico policial fue que el joven «se negó a ser atendido». En el informe, por tanto, no hay constancia de las lesiones. Esa irregularidad fue el comienzo de una trama de encubrimiento.
Luego fue trasladado a la comisaría 4ª de Berisso donde lo pudo ver su hermano Damián. Ariel estaba golpeado, lleno de marcas y moretones, mal y descompuesto. “Avisale a mamá que mañana, que es sábado, hay visitas. Que venga” le dijo al despedirse. Esa fue la última vez que alguien de su familia lo vio con vida. Durante la madrugada del 22 murió mientras estaba detenido.
Un informe posterior del perito de parte nombrado por la familia y la AMB da cuenta de que presentaba contusión cerebral, traumatismo cerrado de tórax y abdominal, y hemorragias internas en el hígado y pulmón, lo que finalmente y en conjunto le ocasionaron la muerte por no haber recibido tratamiento médico alguno.
“Para llegar a este juicio en un tribunal oral y criminal hubo que sortear toda una serie de trabas dentro del propio Poder Judicial que buscaban garantizar que este hecho quede impune”, dicen los querellantes. En octubre de 2016 la causa llegó a juicio en el Juzgado Correccional 1 de La Plata por la simple imputación de apremios, ya que el fiscal Marcelo Romero denegó varios pedidos de prueba presentados por los abogados de la AMB que permitían probar la vinculación de los golpes de los policías con la muerte de Ariel. El mismo fiscal sobreseyó a los imputados al inicio de la investigación, medida que fue apelada por la Asociación. En esa instancia ni los peritos oficiales ni el perito de parte pudieron determinar que los golpes que recibió Ariel no tuvieran que ver con su muerte 12 horas después de detenido en la comisaría. Se solicitó el cambio de carátula a “homicidio agravado” y la jueza se declaró incompetente, ya que el Juzgado Correccional no habría podido dictar condena en caso de comprobarse ese delito.