LAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN DESPUÉS DE LA INUNDACIÓN Cuando el agua baja, los jóvenes avanzan
Los chicos y chicas de la ESB Nº 39 participaron de la primer tanda de Jóvenes y Memoria mostrando un trabajaro sobre su barrio, su escuela y su ambiente. Describieron las consecuencias de la inundación pero también avanzaron sobre una campaña de concientización ambiental
ANDAR de La Plata a Chapadmalal
(Agencia) En el barrio Las Quintas de La Plata padecieron el avance del agua en abril de 2013 cuando la ciudad sufrió la peor inundación de su historia. Por eso, cuando empezaron a participar del Programa Jóvenes y Memoria de la CPM, el tema de investigación no pudo ser otro que su barrio, su escuela, sus casas, y las causas y consecuencias de vivir al lado del Arroyo del Gato.
Así surgió “Las líneas de la inoperancia”, la investigación de la ESB Nº 39 que trabaja sobre la ausencia del Estado antes y después de la inundación por un lado y que comenzó a instalar una campaña de concientización en torno al problema de la basura a orillas del arroyo, donde funciona el anexo de la escuela.
Fabiana Rocha, la docente que coordina el equipo del proyecto, cuenta que “los chicos sufrieron muchísimo las consecuencias de la inundación, tanto en la escuela como con sus familias. Por otro lado ellos ven todos los días y conviven cotidianamente con lo que pasa con arrojar la basura en el arroyo, porque es lo más cómodo, porque el camión de basura no pasa porque hay calles de barro entonces sólo pasa una vez por semana y si hay agua cada 15 o 21 días. Y los chicos ven toda esa mugre acumulada y les preocupa, les preocupa demasiado”, por eso definieron así los ejes de su trabajo.
“Queríamos contar más o menos dónde estábamos porque el edificio de nuestra escuela es prestado y estamos al lado del arroyo, así que sufrimos todas las consecuencias de la inundación del 2 de abril con los vecinos del barrio que es Las Quintas. Además de perder cosas ellos y nosotros sufrimos, y una persona perdió la vida. Y no recibimos nada”, agregan Daiana, Carina y Maira, 3 de las estudiantes que llevaron adelante la investigación.
[pullquote]Cuando uno golpea puertas de la municipalidad para una reunión o busca fuentes de información no logra ningún tipo de dato[/pullquote]
Lo que más les costó fue encontrar fuentes oficiales que les dieran información o les abrieran las puertas para avanzar en su trabajo. “Cuando uno golpea puertas de la municipalidad para una reunión o busca fuentes de información no logra ningún tipo de dato. Y los tiempos de los chicos y los docentes no dan para estar todos los días llamando a ver si tienen alguna cita prevista. Así que con funcionarios no hemos podido hablar porque no nos dieron oportunidad. Nunca nadie se acercó a la escuela tampoco, ni a dar charlas, ni nada”, dice Fabiana.
Por eso empezaron por la propia experiencia «a mí el agua me llegó hasta el pecho y se nos derrumbó parte de la casa. Hay gente que le llegó más el agua, hay gente que vive en casillas y perdieron todo, se perdieron vidas también», describe Daiana. Así fueron a visitar a los vecinos “y nos contaron su experiencia. También nos dijeron que les prometieron un montón de cosas pero no les llevaron nada», agrega Maira.
[pullquote]Son chicos con una gran capacidad de percepción de los problemas y de los conflictos. En seguida problematizan y se replantean las situaciones de la realidad que les toca[/pullquote]
Pero algo más los movilizaba y, a pesar de los anuncios y el inicio de algunas obras en el barrio, los chicos seguían viendo y viviendo los problemas ambientales. Entonces impulsaron una campaña de concientización ambiental en el barrio para reciclar la basura y con los deshechos hacer macetas, artesanías y obras de arte.
“Los chicos empezaron su campaña solitos, empezaron a caminar el barrio e interactuar con la comunidad, con la gente. Son chicos con una gran capacidad de percepción de los problemas y de los conflictos que pueden generarse. En seguida problematizan y se replantean las situaciones de la realidad que les toca vivir en ese lugar, e incluso en la escuela. Ellos juntaron tapitas, con las que van a hacer un mural en la pared, reciclaron, un montón de actividades” dice orgullosa Fabiana, su docente que espera que “de a poquito se instale esta conciencia ambiental” a partir del trabajo y el camino de los más jóvenes.