LA LUCHA DEL PUEBLO DE PERGAMINO POR LAS OBRAS QUE NO SE HACEN Cuando el agua baja
Desde hace años, Pergamino viene sufriendo la crecida del río; sin embargo, la última vez fue distinta, dicen que no veían una inundación de tal magnitud desde la gran inundación de 1995. Faltan obras hidráulicas que han sido aprobadas por ley provincial y reconocidas por un fallo judicial, lo mismo de siempre. Pero la última vez también fue distinta porque el pueblo, antes de que el agua termine de bajar, ya estaba de pie, movilizado en un único reclamo: obras para no inundarnos. En la última semana, acamparon frente a la municipalidad hasta ser recibidos por el intendente, se reunieron en los barrios inundados y ayer realizaron una intervención artística sobre los puentes que cruzan la ciudad.
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(Agencia) “A un mes del 25 y 26 de diciembre, seguimos inundados de bronca y abandono”, dice uno de los flyers que circulan por las redes sociales. “Pero también seguimos inundados de fuerzas, de solidaridad y de movilización del pueblo”, agrega. Uno de los vecinos que forma parte de la asamblea ciudadana cuenta en un mail escrito entre las urgencias y demandas que dejó el agua: “Estamos a full con reuniones en los barrios inundados y hoy organizamos una intervención artística en los puentes del arroyo”. Cuando el agua baja, hay un pueblo de pie que lucha, que reclama obras para no inundarse, obras que se prometieron muchas veces y que nunca se realizaron.
“El desastre puso al desnudo la inacción de quienes nos gobiernan y tienen en sus manos las decisiones políticas para evitar que estas situaciones nos ocurran; Pergamino no se inunda porque llueve, se inunda porque no contamos ni con las obras ni con las medidas que nos protejan de las lluvias y sus efectos”, advirtieron desde la Comisión de seguimiento de obras pluviales de Pergamino (Cosopper).
Pocos días antes de cumplirse un mes de la inundación, y ante la falta de respuestas del Estado, la asamblea ciudadana decidió acampar frente a la Municipalidad de Pergamino y sólo se fueron una vez que el intendente Javier Martínez los recibió. El compromiso de distribuir subsidios por 16 millones de pesos entre los damnificados por la inundación es un avance, pero no alcanza. Reconstruir lo que se perdió es sólo una parte del conflicto; la cuestión de fondo, la génesis del reclamo, es construir las obras hidráulicas para que no vuelva a pasar, para nadie tenga que seguir perdiendo lo que tiene con cada nueva crecida.
El reclamo ya tiene más de dos décadas, muchas promesas y pocas obras. Un año después de la gran inundación del 7 de abril de 1995, el Senado provincial aprobó una ley de proyección y ejecución de infraestructura hidráulica; años después, ante la falta de obras, la Cosopper presentó un amparo que en 2004 fue avalado por la Cámara de Apelaciones de la provincia y encomendó al Estado a cumplir con la ley.
Con la aprobación del Instituto Nacional del Agua, en 2005 se llamó a licitación para la ejecución del proyecto de obras de defensa y desagües pluviales de la ciudad de Pergamino. Desde entonces, se realizaron algunas obras necesarias pero insuficientes y no se avanzó nada en la obra prioritaria: la presa de regulación del funcionamiento hidráulico del arroyo Pergamino.
Esta obra tiene por función regular el agua que aportan las 18 subcuencas en la zona rural oeste de Pergamino, que escurren sus aguas de forma superficial hacia el arroyo generando la crecida y/o desborde del mismo en el tramo urbano. Durante este mes de movilización, el Municipio pasó de decir que la presa no resolvería los problemas de inundación a reconocer el calificado trabajo técnico-científico del equipo profesional que diseñó la obra.
De la negación al llamado de licitación. El gobierno municipal y el Estado provincial confirmaron que se deben realizar las obras y asumieron la responsabilidad política de llevarlas a cabo. Sin embargo, el pueblo de Pergamino sabe que, hasta su concreción, estos anuncios son sólo eso, anuncios. “La gravedad del problema requiere que la licitación se concrete en un plazo no mayor de 90 días y necesitamos que la obra de construcción de la presa de regulación se ponga en marcha este año”, remarcó la Cosopper en el último comunicado.
Cuando la ciudad estaba todavía tomada por el agua, la organización y movilización del pueblo logró llevar este reclamo a todas las instancias de gobierno. Esa misma lucha permitió que las autoridades reconozcan la necesidad de emprender las obras. Y los ciudadanos de Pergamino también saben que la única garantía para avanzar en sus reclamos es el sostenimiento de esa lucha: organización más movilización para que el reclamo no vuelva a ser callado.
En estos días, la asamblea ciudadana, conformada por inundados y organizaciones sociales y barriales, y la Cosopper están reuniendo firmas para seguir legitimando el reclamo y, al mismo tiempo, para decirle a las autoridades que ellos siguen ahí, de pie.