Crisis de las cooperativas textiles en la provincia
Hace menos de un mes las trabajadoras de las cooperativas textiles La Patria Grande y 27 de Octubre de Mar del Plata decidieron sacar las máquinas a la calle en protesta por la decisión del Gobierno nacional de no renovar los contratos de trabajo y reemplazarlos con nuevas contrataciones de empresas privadas. En los últimos 10 años, 56 cooperativas en todo el país confeccionaron y elaboraron, para el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Seguridad, guardapolvos, chalecos antibala, camperas, ropa deportiva y banderas para los Juegos Evita. En un nuevo escenario político y económico, muchas de estas cooperativas deberán buscar trabajo en el sector privado, lo que pone en jaque el nivel de producción y la estabilidad de sus trabajadores.
ANDAR en Mar del Plata
(Agencia) Desde 2003 a 2009 fueron muchas las experiencias de organización en talleres barriales que se llevaron adelante con distintos niveles de éxito para sostener el trabajo. Algunos sobrevivieron, otros no tuvieron la misma suerte, pero gracias al fomento de emprendimientos productivos a través de distintos programas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación -en este caso “guardapolvo social”- y al Instituto Nacional de Tecnología Industrial, se ha generado trabajo y asistencia a microemprendimientos y cooperativas en formación con la participación de centros textiles del INTI para desempeñar funciones de capacitación, asesoramiento, homologación y coordinación de las actividades.
Beatriz Castro es presidenta de la cooperativa La Patria Grande de Mar del Plata. En la fábrica hay alrededor de 30 trabajadores, se alquila el espacio de funcionamiento, pagan todos los servicios; al ser entrevistada por ANDAR, transmite mucha preocupación. Faltan muy pocos días para que termine el contrato con el Ministerio de Desarrollo Social y se entreguen los últimos guardapolvos. Los nuevos contratos no se abren y el mismo Estado contrata empresas privadas para el corte de las nuevas prendas; la situación se vuelve crítica cuando las nuevas licitaciones no tienen una fecha clara.
“Nosotros salimos a la calle para que se vea nuestro reclamo. Luego de ir al CDR de Mar del Plata, al Ministerio de Desarrollo Social en la Plata, logramos que nos convoquen a una audiencia en Buenos Aires, en la Dirección de comercialización. Nosotros llevamos nuestra producción y queremos que nos controlen todas las prendas. Somos mano de obra calificada y no tenemos que ser atacados. Ahí mismo nos enteramos que habían mandado a cortar prendas a privados, sabiendo que nosotros podemos hacerlo, y nos tuvieron que pedir disculpas”, explicó Castro. «Desde la cooperativa tenemos un volumen muy grande de producción anual. Calculá que hacemos alrededor de 10 mil guardapolvos por mes, 100 mil al año. Desde noviembre que no se licita, no nos pagaban. Al terminarse el contrato (estamos en mayo), el ultimo guardapolvo lo cortamos en octubre. Nosotros tenemos algunos trabajos privados pero nunca con eso llegamos a cubrir el volumen de producción para la cantidad de trabajadores que tenemos”.
Ambas fábricas de la cooperativa La Patria Grande se encuentran en regla para poder acceder a una nueva licitación que, suponiendo que saliera en este mes, los obreros deberían esperar de 6 a 8 meses para que se ejecute y volver a tener trabajo y salarios. Son 75 trabajadores monotributistas sociales que corren este riesgo. “Más allá de todo, la evaluación que hago de la reunión en el Ministerio es positiva. Nosotros estamos esperando su respuesta, si aprueban o no el trabajo realizado. De todos modos, queremos que evalúen los guardapolvos para poder entregarles los 7000 que tenemos listos y poder cobrar. Por otro lado, se comprometieron en darnos cortes, pero aún no sabemos cuándo. Nosotros somos una cooperativa, pagamos de nuestro bolsillo el alquiler, la luz, el gas. El Estado nos dio las herramientas de trabajo, lo más importante, pero lo demás lo pagamos y lo ponemos los trabajadores. Nos preocupa no llegar a sostener los altos costos de servicios (6 mil pesos de luz) y el alquiler del lugar. Estamos mal; si no podemos solventar esos gastos, vamos a tener que cerrar”, concluyó Beatriz.
La fábrica comenzó en un galpón alquilado en La Plata con la producción de guardapolvos. La cooperativa logró negociar sus primeros contratos para producir para sindicatos como Suteba y ATE y en función del crecimiento y, gracias a un nuevo subsidio del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el equipamiento de maquinarias, montaron la segunda fábrica en Mar del Plata en agosto de 2009. En la Manuel Dorrego, como la denominaron, los y las trabajadoras producen guardapolvos, ambos hospitalarios, buzos y delantales, mientras que en la Bartolina Sisa de La Plata, además de todo esto, se producen camperas, banderas, remeras, equipos de gimnasia, gorros, chalecos antibalas y ropa de trabajo.
Fotografías: gentileza de 0223.com.ar