LOS JÓVENES CUENTAN LA HISTORIA Crecer en dictadura
ANDAR en las memorias
(AC-FACSO) Los creadores del documental «Veo veo, ¿Qué ves? La memoria» realizado en el marco del Programa Jóvenes y Memoria, interpelan a quienes aún siguen afirmando que «en la dictadura no pasó nada» y construyen un diálogo tácito entre la experiencia de vivir una infancia en democracia o en dictadura.
El 24 de marzo de 1976, Daniel Carrera tenía diez años y vivía en un pueblito de 300 habitantes llamado San Jorge, en el Partido de Laprida. Recuerda que esa mañana el sol no brilló, la escuela se mantuvo cerrada, no jugó con sus amigos, ni salió de su casa. La explicación que recibió de sus padres fue ‘porque no’. En su memoria quedó el miedo, que fue cimentado «con situaciones no dichas formalmente, no dichas a viva voz sino construidas con susurros como secretos», según lo manifiesta Daniel en el documental «Veo veo, ¿Qué ves? La memoria», realizado en 2011 por estudiantes de secundaria del Instituto Nuestra Señora del Rosario.
A partir de relatos cercanos, las chicas y los chicos descubrieron que esos años socavaron mucho más que lo revelado por la historia. «Mas allá de los desaparecidos que fueron 28, afectó en la vida cotidiana tanto en la niñez, adolescencia y padres que estaban condicionados en la crianza, en un montón de cuestiones que hoy en día a nosotros nos resultan ilusas, no las veríamos como cotidiano o normal», destaca Leandro Banchio, quien tiene hoy 19 años, en relación a los testimonios recabados. «Antes había muchas decisiones que no se cuestionaban, incluso dentro de las casas. Yo creo que las figuras de autoridad de la madre y padre eran otras», explica Silvina Peker, de 35, una de las profesoras que acompañó a los estudiantes en la creación del film.
Voces tomadas por la nostalgia, ojos con lágrimas, mentes confundidas y sonrisas turbadas por lo vivido son las expresiones que refleja el documental. La anécdota de Silvana Pennachionni, que es Ingeniera y profesora de matemática en el colegio Nuestra Señora de Rosario, describe el porqué de su incertidumbre. A los 8 años le encantaba revisar la biblioteca de su casa. «Por ahí me encontré con libros donde estaban dibujados Perón y Evita, y mi abuelo y mi mamá enseguida ‘No! que no se vean. Esos libros hay que esconderlos’. Yo no entendía, y me quedé con que había que esconderlos». La dictadura oprimió en la privacidad de su convivencia familiar y muchas veces se manifestó a partir de la autocensura. Silvana recuerda que se quedó con el deseo de preguntar muchas cosas y decidió darle a su hija una infancia distinta. «La realidad es que yo hablo mucho con mis papás y de todo», contrapone su hija Carolina Rivas, de 18, quien pudo indagar el pasado haciendo el documental.
La escuela no se caracterizaba por ser un ámbito de debate, al contrario; la Junta Militar se encargó de que los niños, niñas y jóvenes estuvieran cercados por la disciplina, el orden y el acatamiento a lo dado. También muchos libros, cuentos y canciones fueron prohibidos, entre los que estuvo «El pueblo que no quería ser gris», de Beatriz Doumerc, que aparece en la apertura del documental. La directora de la Escuela Nacional Adolfo Pérez Esquivel,Fabiana Caruso recuerda en el documental que en esos tiempos en los colegios había prácticas cotidianas que hoy llamarían la atención. A los 6 años empezó a aprender muchos rituales estrictos. «En la escuela formábamos tomando distancia, los actos escolares eran muy rigurosos, se ensayaban, no solo el acto sino la entrada de la bandera de ceremonia, el himno porque no nos podíamos equivocar».
Hoy la escuela busca que el estudiante participe y tenga una mirada crítica propia sobre la realidad. «Veo veo, ¿Qué ves? La memoria», es consecuencia de esta dinámica y se enmarca en el programa provincial «Jóvenes y Memoria». El proyecto estimuló a las y los jóvenes para que no sean espectadores pasivos de las imágenes de los medios y de los relatos de los adultos sino que puedan contar en primera persona sus realidades. En su participación Yamila Castro, quien tiene hoy 18 años, descubrió reflexiones y una historia que desconocía. «Aprendí y saqué de la familia cosas que no sabía que iba a hablar, debates y cosas nuevas. Hay cosas que jamás pensé escuchar y la verdad es que me sorprendí». A Florencia Martínez Stoessel, de 20, le resultó muy significativa la infancia de Juan Weisz, quien tiene hoy 36 años, es hijo de desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. «Él nos contó que era lo que sentía sobre sus padres. Pensaba que sus padres habían muerto en un accidente de tren».
Los estudiantes Yamila Castro, Nicolás Probanza (de 18), Leandro Banchio y Joaquín Asiain (de 18), realizaron su interpretación de la canción «El Reino del Revés» de María Elena Walsh para el cierre del documental. Así las imágenes de los estudiantes involucrados con la temática, las fotos de los entrevistados siendo niños, los acordes de guitarra eléctrica, una batería, un órgano y voz juvenil acompañan el sentido de que tanta maldad no fue suficiente para borrar sueños, construir memoria y proyectos de vida.