DECLARACIÓN DE MISIONEROS CLARETIANOS “El reclamo por los derechos de las personas detenidas es un pedido por la dignidad humana”
Misioneros Claretianos expresaron, mediante un comunicado, su solidaridad con las personas detenidas en cárceles bonaerenses y solicitaron que se tomen medidas urgentes para descomprimir la situación de sobrepoblación y hacinamiento mejorar las condiciones detención en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus. “La irrupción de la pandemia-COVID19 dentro de las unidades penitenciarias amenaza con profundizar el deterioro generalizado y la desatención de la salud”, señalaron desde la congregación religiosa de la Iglesia Católica, que participa en Naciones Unidas.
ANDAR en las cárceles
(Agencia) “En este contexto, el reclamo por los derechos de las personas detenidas es un pedido por la dignidad humano. Es un pronunciamiento que nace de una postura como militantes de derechos humanos, inspirados en una espiritualidad que nos hace tener siempre una mirada comprensiva de los sectores más vulnerables”, expresó Fernando Guzmán, misionero laico claretiano.
En el contexto de la crítica situación que se vive en las cárceles bonaerenses por el avance de la pandemia por coronavirus, la congregación religiosa de la Iglesia Católica emitió un comunicado donde expresó su preocupación: “La detección del primer caso de coronavirus y la violenta muerte del joven Federico Rey nos alertan sobre las dimensiones y la gravedad que la situación puede adquirir.
En la declaración, Misioneros Claretianos destacó el trabajo de la Comisión Provincial por la Memoria y compartió el diagnóstico sobre la existencia de “una crisis humanitaria que afecta a todo el sistema de encierro bonaerense y que acumula décadas de abandono y desidia”. Y agregan: “En este, la irrupción de la pandemia-COVID 19 dentro de las unidades penitenciarias amenaza con profundizar el deterioro generalizado y la desatención de la salud”.
En diálogo con ANDAR, Fernando Guzmán, coordinador continental de las áreas de trabajo de la congregación —que tiene tres líneas de intervención: derechos humanos, migraciones y desplazamientos y resistencia contra el extractivismo—, explicó que en este espacio confluyen comunidades con presencia en territorios de toda América. “Desde el principio, por los contactos con compañeros y compañeras que están presentes en las cárceles comenzamos a seguir de cerca las situaciones y conflictivas y de represión que se vivieron en penales de todo el continente”.
La congregación que participa en Naciones Unidas resaltó el pedido del organismo internacional para que los países tomen medidas urgentes y excepcionales por la situación en cárceles. “Para reducir drásticamente la población de las prisiones y que el distanciamiento físico sea posible debería también considerar la liberación de los presos poco peligrosos”, había declarado la Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet. Y el secretario general Antonio Gutiérres agregó: “Las respuestas de los derechos humanos pueden ayudar a vencer la pandemia, centrándose en el imperativo de la atención sanitaria para todos”.
En línea con esas recomendaciones, Misioneros Claretianos pidieron a los tres poderes del Estado “dinamizar las respuestas” frente al temor del avance del COVID-19 en las cárceles bonaerenses. En ese marco, solicitaron la aplicación del fallo del Tribunal de Casación Penal y la atención inmediata de los pedidos de morigeración, que se arbitren las medidas necesarias para mejorar las condiciones de encierro en las unidades penitenciarias y abogaron por la continuidad de la mesa de diálogo interinstitucional creada en diciembre.
“En un contexto de emergencia sanitaria, la prioridad de los estados tienen que ser la seguridad de todos y fundamentalmente de los sectores de mayor vulnerabilidad. No podemos garantizar condiciones para todos sino ponemos el foco en lo que más amenazada tienen su situación de sobrevivencia. Hablamos de un agravamiento de las condiciones sanitarias en el encierro, que como bien ha marcado la CPM, tiene muchos. Las condiciones de salubridad no están garantizadas y el vector enfermedad condiciona aún más las posibilidades de sobrevivencia”, explica Fernando Guzmán sobre la postura de Misioneros Claretianos.
Para Guzmán, es importante también contrarrestar el discurso punitivista de los planteos irracionales y que buscan infundir el miedo diciendo que se busca “soltar a todos”. “No podemos comulgar con esas voces”, dice. Y agrega: “La violación a los derechos humanos en el encierro tiene lugar todo el tiempo en contexto de normalidad y en este contexto se potencia mucho más y lo más grave se lleva vidas. Hoy la situación de las personas detenidas es de total desprotección”.
En el cierre de la declaración que dieron a conocer estos días, además de compartir las palabras de la Comisión Provincial por la Memoria, también retoman el compromiso asumido por la Diócesis de Quilmes.
“La espiritualidad debe ser una herramienta para profundizar el sentido político de nuestra postura, que tiene que ver con nuestro credo, porque no concebimos a Jesús pidiendo más castigo, creemos en un Jesús que mira a las personas como iguales, pero que distingue esa mirada hacia quienes están más vulnerables”, concluye el misionero laico claretiano.