DOS PADRES FUERON DEMORADOS SIN RAZÓN POR MÁS DE 4 HORAS Colegio Nacional de San Isidro: la policía desalojó una vigilia de estudiantes por el aborto
En una asamblea extraordinaria, unos 300 estudiantes del Colegio Nacional de San Isidro habían votado la realización de una vigilia para esperar la discusión sobre el proyecto de legalización del aborto en el Congreso de la Nación. A pesar de haber sido acordado, pocos minutos antes, los directivos del colegio quisieron impedir que se realice; luego de un forcejeo con padres y jóvenes en la puerta del establecimiento educativo, el director llamó a la policía que ingresó, golpeando y portando escopetas, a desalojar el patio del colegio. Dos padres fueron demorados sin razón por más de 4 horas, los estudiantes levantaron la vigilia y marcharon junto a miles hasta la puerta del Congreso para seguir el debate.
ANDAR en San Isidro
(Agencia Andar) Gastón Fernández es uno de los dos padres que, sin razón alguna, estuvieron demorados por más de cuatro horas en la comisaría 1ª de San Isidro. “Nos retuvieron los documentos y no nos dejaron salir hasta las 11 de la noche. El fiscal desestimó las acusaciones pero Pedro sigue con una causa abierta por la denuncia por agresiones del portero”, resume Fernández.
Candela y Agustín, los hijos de Gastón, forman parte del centro de estudiantes del colegio nacional de San Isidro. Ayer a las seis de la tarde, junto a compañeros y compañeras, estaban en la puerta del establecimiento educativo esperando que finalice el curso de la tarde para comenzar la vigilia por la legalización del aborto y reclamando educación sexual en la escuela; vigilia que unos 300 estudiantes habían votado en asamblea extraordinaria.
Cuando intentaron ingresar, los directivos del colegio lo impidieron aún cuando la vigilia ya había sido acordada entre los estudiantes y el director del establecimiento. “Los directivos, entre ellos el director, algunos docentes y auxiliares del colegio formaron un cordón en la puerta; dejaban salir a los estudiantes del turno tarde que estaban adentros pero no dejaron ingresar a nadie”, relata Fernández.
En ese momento, y tal como informaron desde el centro de estudiantes a través de un comunicado, los chicos y chicas intentan “entrar de igual manera y en la discusión se genera un forcejeo que desencadena en una disputa violenta entre un padre y el portero. La pelea excede a todo el resto de los presentes”. Luego del forcejo, los directivos se retiran y algunos jóvenes ingresan al patio del colegio. Un rato después, atendiendo el llamado del director, llegó la policía. En un despliegue desproporcionado, patrulleros de la comisaría 1ª de San Isidro cortan la calle.
“Acá se terminaron los derechos”, se escucha decir a una oficial de la Policía Bonaerense en un video que recorrió las redes sociales. Las autoridades policiales dicen que llegan por una denuncia de agresión pero con la venia del director del colegio, entran a desalojar la vigilia. “Ingresan a los empujones, portando escopetas, para sacar a los chicos. Son muchos, más de 10 policías. También somos varios docentes y padres que intentamos sacarlos porque ellos no pueden entrar en una escuela portando armas. Algunos padres también les piden a sus hijos que salgan por el temor ante ese ingreso violento de la policía”, explica Fernández.
“La policía entra al establecimiento, sin una orden de allanamiento ni causa judicial. 12 uniformados. Parte de ellos ingresan con armas. Entran a una Institución con menores, armados, desafiando a los docentes, chicos y padres, con su autoridad”, dice el comunicado del centro de estudiantes sobre un operativo que denuncian por “inadmisible, negligente y nefasto”.
En la retirada de la policía, se llevan detenido a Pedro, el padre que se había peleado con el portero del edificio. “Me acerco al patrullero para reclamar que lo liberen, que no había razón para llevarlo y el comisario ordena que también me lleven detenido”, recuerda Fernández. Rodeados por padres y docentes, la madre de una alumna que es abogada interviene pidiéndole explicaciones a los efectivos policiales. Ante la incapacidad de los policías para explicar las razones de la detención, acuerdan no trasladarlos en el patrullero: “Vamos hasta la comisaría en el vehículo personal, escoltados por tres patrulleros que nos van marcando el camino”, agrega Fernández. Recién casi cinco horas después y tras la intervención del fiscal, podrán salir de la comisaría.
Mientras tanto, la vigilia había sido levantada. El operativo policial y la intervención de los directivos del colegio nacional para prohibir esa manifestación votada masivamente por los estudiantes coartaron el derecho de los jóvenes a manifestarse, sobre un tema que los atraviesa y que los tuvo como actores fundamentales en toda la discusión. “Desde hace años el centro de estudiantes es parte curricular del colegio y con esta actuación el director, que asumió recientemente, demostró no estar a la altura de la historia del colegio”, concluye Fernández.
En esa línea, el comunicado del centro de estudiantes señaló: “Destacamos también los intentos para obstaculizar el plan de vigilia cortando luz, agua y gas y suspendiendo clases. Sin adjudicárselo a nuestros directivos, sino a la jefatura de inspectores que baja una clara línea de impedimento a la organización de estudiantes ante las actuales problemáticas”.