POLÍTICA Y DERECHO LABORAL Cinpal: la resistencia de los trabajadores de Tandil
Los empresarios brasileros abandonaron la metalúrgica Cinpal amenazando los derechos de 40 trabajadores, que hoy se consideran despedidos. Sin respuestas ni soluciones, los obreros decidieron tomar la fábrica para resistir y visibilizar el conflicto ante la desidia de los propietarios. Cinco meses de resistencia
ANDAR en Tandil
(AC-FACSO) A principios de julio, los trabajadores de la fábrica Cinpal de Tandil no cobraron el mes de junio y el aguinaldo. Ese fue el principio y la señal de alarma que indicaban una complejidad latente y un conflicto por venir. Instalada allí desde hace años, la empresa detuvo su producción y comenzó a dar muestras de desinterés para con sus 40 trabajadores. Cinpal, surgida en Brasil en 1950, comenzó sus actividades como fabricante de semiejes forjados y fundidos y a lo largo de los años se convirtió en proveedora de ensambladoras de vehículos pesados como camiones, tractores y máquinas agrícolas. Mientras las fábricas brasileras producían componentes para sistemas de transmisión, motores, suspensión y dirección, el directorio analizaba ampliar su radio de acción. Comprar fábricas en países vecinos y expandir el mercado fue la estrategia empleada. Así, Cinpal llegó a Tandil. En Brasil, durante 2015, la recesión y devaluación producida hizo que su industria metalúrgica fuera afectada, mientras en Argentina la misma industria tuvo sus efectos colaterales como ocurrió en Córdoba y distintas ciudades de la provincia de Buenos Aires. En ese contexto, Cinpal decayó en su nivel de producción y comenzó con la reducción de personal en Tandil.
En julio ya no existía diálogo entre las autoridades brasileras y la gerencia local. Ante ese panorama de incertidumbre los 40 empleados decidieron comenzar con medidas de protesta en el acceso del Parque Industrial con un piquete y quema de gomas para visibilizar la situación de crisis. Durante ese mes el Ministerio de Trabajo convocó a una audiencia de conciliación a la que los directivos brasileros de Cinpal no se presentaron. La situación con la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) ya era tensa. Entre los cuartos intermedios propuestos para aguardar las respuestas formales la UOM, mediante su secretario gremial Carlos Romano, traslado su preocupación al Municipio de Tandil, más precisamente al Ing. Mario Civalleri, jefe de gabinete. La intención de citar al presidente de la firma, Joaquím Carvalho, radicado en Brasil, y tratar de obtener respuestas de la administradora local Mariela Alderete, fue una de las primeras ideas para solucionar el conflicto.
Visibilizar y resistir
Tras agotar todas las instancias de reclamo a los organismos intervinientes y a los propietarios de la empresa que siguieron sin ofrecer respuestas concretas, a fines de julio los trabajadores decidieron tomar la planta fabril por tiempo indeterminado. Luego que las gestiones municipales ante el Consulado de Brasil para comunicarse con el titular de la empresa no dieran resultado, fueron insuficientes tanto las asambleas realizadas por los trabajadores como las audiencias y la intervención del Ministerio de Trabajo, ya que la gerenta de la firma en Tandil se declaró sin capacidad de ofrecer una respuesta acerca del pago de los salarios y el aguinaldo adeudados, así como de las perspectivas de continuidad de la fábrica.
Más allá de visibilizar la situación de crisis, el objetivo de la toma se vinculó a la custodia de la maquinaria de la planta que, en caso de un conflicto por el cobro de indemnizaciones, puede utilizarse como “crédito laboral”. Mientras tanto, el correr de los días mantuvo el piquete en la puerta de acceso al Parque Industrial aunque sin cortes en el ingreso y egreso del predio. El 1º de septiembre, en una reunión en Buenos Aires entre Carvalho y distintos políticos nacionales, provinciales y tandilenses, se llegó a un acuerdo para solucionar el conflicto. Además, la empresa expresó que retomaría sus actividades y que giraría los fondos necesarios para regularizar la situación salarial de los 40 empleados. Pero el depósito nunca existió, incumpliendo con el acta firmada. “La situación además de ponernos mal nos da impotencia porque se hicieron distintas reuniones y se lograban negociaciones que luego la empresa no cumplía, como el no hacer las transferencias. Ahí el Municipio daba opciones, como abrir otra cuenta de origen, pero respondían que no era legal”, señala Daniel Calvo, delegado de los trabajadores de Cinpal.
La situación actual
“Hace cinco meses que estamos sin cobrar. La situación sigue siendo complicada y tememos que pase algo raro… Por lo pronto seguiremos así hasta que finalmente se dictamine la quiebra”, indica Calvo acerca de la continua toma de la fábrica para evitar cualquier tipo de vaciamiento. En cuanto a las supuestas intenciones de Carvalho de reactivar la empresa local, el delegado de los trabajadores señaló que la mayor parte de los empleados quiere que paguen lo adeudado y buscar otro trabajo. “Con tantas deudas, todo lo sucedido y el antecedente que están dejando, se torna poco creíble que vayan a reabrir la planta”, admite.
“Hasta la fecha no pudimos cobrar las asignaciones familiares debido a que no tuvimos nunca el telegrama de despido. Todavía estamos tramitando el fondo de desempleo aunque todos los empleados se han considerado despedidos”, detalla Carlos Romano, Secretario General de la UOM Tandil. Con cinco meses de deudas para con los trabajadores tandilenses, sumado a los silencios e incumplimientos por parte de los empresarios brasileros y la gerencia local, la situación deja entrever las diferentes responsabilidades. “Se podrían haber buscado otros mercados, una reconversión de la empresa, solicitar ayuda a los Ministerios con beneficios para la parte empresaria y para los trabajadores. Se podría haber convocado a un comité de crisis o intentar llegar a la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires o al mismo Presidente Macri que, según él, pertenece a nuestra ciudad y en distintos medios llegó a decir que Tandil es una ciudad ‘industrial y pujante’. En ese sentido, creo que la política no estuvo a la altura de las circunstancias, se podría haber hecho mucho más para ayudar a los trabajadores”, reflexiona Romano acerca del conflicto.
“La firma tiene las cuentas embargadas por deudas pero igualmente hay métodos para traer el dinero, falta un poco de voluntad de parte de los empresarios”, sostiene Calvo quien además hace hincapié en la escasa voluntad de los empresarios por buscar otro tipo de productividad al punto de no pensar en alternativas. “Los responsables son los de la empresa brasilera, no les interesaba la fábrica ni querían innovar en la producción. Durante el último tiempo sólo estábamos haciendo tapas de cilindro”, detalla.
El presente también muestra una situación crítica para aquellas personas que se encuentran sin trabajo y con meses de trabajo adeudados. Ante ello, se han suscitado distintas formas de lidiar con ese contexto. “De las personas que quedaron desocupadas, muchos están trabajando en changas. Y mientras se gestiona el fondo de desempleo, se entregó una lista al Municipio para que puedan ayudarnos mediante algún trabajo más formal o concreto que pueda surgir”, puntualiza Daniel Calvo. “Yo tengo 55 años y tenía 18 de antigüedad en la fábrica. Ahora a mí, ¿quién me va a tomar?”, concluye.
“La mayoría de los trabajadores de UOM tienen entre 40 y 63 años con un promedio de antigüedad en la empresa de 10 años. Varios de esos trabajadores están haciendo changas, pintura, albañilería, cortando el pasto… Uno sólo consiguió trabajo por contrato en una empresa de nuestra actividad, dedicándose a hacer árbol de levas, fundición y mecanizado. Los demás están cuidando la empresa que es, nada más y nada menos, nuestro crédito laboral”, especifica Romano. Actualmente se suceden las gestiones emprendidas por Romano junto a Gustavo Ballent, abogado de la UOM y el acompañamiento del Dr. Mauricio D’Alessandro, quienes realizaron denuncias penales y civiles por evasión y abandono de personas. Existen diferentes desenlaces para el futuro de la empresa en Tandil. Una de ellas es que los trabajadores se hagan cargo de la planta y la producción, formando una cooperativa; otra opción es que la fábrica sea comprada por un empresario y acuerde con los obreros para una continuidad; o bien que el devenir legal continúe con destino a la quiebra, el peor escenario para los trabajadores que desean cobrar los salarios adeudados y contar con una fuente de trabajo. El caso de Cinpal en Tandil evidencia una cuestión clave de la economía argentina: sea cual fuera el caso y su magnitud, se está ante un contexto donde el costo de la crisis lo asumen los trabajadores.