XIV ENCUENTRO DE JÓVENES Y MEMORIA Chapadmalal: una forma de aproximarse a la política
La escuela, el barrio, las organizaciones sociales, culturales, políticas. La voz de las nuevas generaciones. Los derechos humanos en una agenda común. Compromiso, solidaridad, alegría, creatividad. Ya pasaron casi 10 mil estudiantes de toda la provincia y el interior por el complejo turístico de Chapadmalal. Y todavía falta mucho más del encuentro de cierre del programa Jóvenes y Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).
ANDAR en Chapadmalal
(CPM) «Chapadmalal es una manera de aproximarnos a nuestra historia, de reconocer las luchas sociales por la construcción de una sociedad más justa. Los jóvenes participan, se movilizan, alzan su voz y nos interpelan: el futuro será lo que ellos quieran que sea», expresó María Elena Saraví, directora del programa Jóvenes y Memoria. Como cada año, el encuentro en el complejo turístico de Chapadmalal reúne a escuelas y organizaciones de toda la provincia y el interior del país; hasta el 18 de noviembre, la convocatoria 2015 contará con la participación de 829 equipos de investigación, más de 12 mil jóvenes y 1.800 coordinadores.
Desde su creación, Jóvenes y Memoria se constituyó como un espacio pedagógico participativo, plural y comprometido en la defensa de los derechos humanos y la consolidación de la democracia. «Cada encuentro nos llena de alegría y esperanza, sentimos que no estamos solos, que juntos construimos una sociedad más justa”, definió Saraví.
En la misma línea, la directora de la CPM Sandra Raggio señaló el crecimiento del programa y el interés de los jóvenes puesto en las investigaciones para dar a conocer sus problemáticas: “Ellos están pensando su propia realidad, participan, intervienen, denuncian, resisten. Acá hacen democracia en clave de respeto y, como dice nuestro presidente Pérez Esquivel, defensa irrestricta de los derechos humanos”.
“Somos el presente y el futuro de la sociedad. Queremos ser escuchados y Jóvenes y Memoria nos permiten que otros conozcan lo que pasa en nuestros barrios”, dicen los estudiantes de la Escuela Secundaria nº 66 de Florencio Varela. “Este encuentro aporta mucho para que problemáticas se visibilicen”, confirman los integrantes del bachillerato popular Memorias del Fuego.
Durante quince días, miles de jóvenes comparten historias, desafíos, problemas; en ese diálogo puede construirse, como siempre lo remarcamos, la agenda política de la actualidad. La experiencia de Jóvenes y Memoria trasciende, se expande, conmueve y moviliza. Este encuentro es sólo un espacio, pero nada termina en Chapadmalal, sigue en cada escuela, y organización.
“Hace un tiempo, acuñé el término de densidad democrática: no alcanza sólo con votar, hay que ser ciudadano todo el tiempo, participar de cada lugar, en los centros de estudiantes, participar en los barrios. Acá tienen la posibilidad de escuchar, de pensar, de seguir construyendo y avanzando. Trabajar por los derechos que nos faltan”, interpeló a los jóvenes la sobreviviente de la noche de los lápices y actual integrante del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Emilce Moler que, una vez, acompañó el encuentro de la CPM.
“El compromiso de la juventud con la historia y el presente que desmiente ese discurso sobre la juventud perdida, apática y ajena”, dice Brian del Liceo General Belgrano de Santa Fe. El XIV Encuentro convocó a escuelas y organizaciones sociales, políticas o culturales no sólo de toda la provincia de Buenos Aires, sino también de Santa Fe, Córdoba, CABA y Tucumán. “Hay multiplicar la experiencia de Chapadmalal en otras provincias para poder conformar un mapa nacional de problemáticas”, agregó Rocío.
Las violencias en la actual agenda política
Los mocovies eran un pueblo que vivía de la caza y la recolección de frutos en la región del Chaco Austral; durante siglos sufrieron la persecución y el exterminio. En la actualidad, sobreviven unos 7 mil mocovies que habitan, principalmente, la provincia de Santa Fe. A pesar de las políticas de reconocimiento y afirmación como pueblo, todavía padecen la exclusión social y política.
“Sufren múltiples formas de discriminación: por ejemplo, en el mercado laboral están condenados a trabajos precarizados, y educativamente, los chicos de la comunidad ven su acceso restringido en las escuelas, porque muchos de establecimientos no los aceptan”, cuentan los jóvenes del Liceo de Santa Fe. Y afirman: “Son parte de nuestra cultura y pasado, y nosotros queríamos recuperar la resistencia de todos los pueblos originarios”.
Además de Santa Fe, del interior del país también llegó el IPETyM de Villa María (Córdoba) con su proyecto “Toque de queda: continuidades y rupturas”. La investigación proponía establecer la figura legal del merodeo, que le brinda potestad a las fuerzas de seguridad para detener a menores en las calles, con las prácticas represivas de la última dictadura militar. Durante la presentación del tema, la coordinadora del grupo valorizó que “se creen más espacios como Jóvenes y Memoria para generar conciencia, compromiso y evitar que estos hechos sigan pasando”.
Uno de cada cinco trabajos presentados para la convocatoria 2015 del programa expone la violencia institucional como tema de investigación, como preocupación de los jóvenes que padecen la persecución y el hostigamiento de las policías en el territorio. “Hay muchos casos en nuestro barrio, en los barrios bajos de Varela”, denuncian los estudiantes de ESB nº 66 de Florencio Varela que recuperaron, a partir del testimonio de familiares, el caso de Santiago Ledesma, joven víctima de gatillo fácil: “Santi estaba con sus amigos en una plaza, como siempre, y, tras una discusión, un oficial le disparó”, cuentan los jóvenes de Varela.
Los estudiantes de la secundaria nº 100 de González Catán presentaron el video Justicia por Matías: “La historia de Matías es la historia del barrio, ahí todos la conocen. Nosotros la reconstruimos porque queremos que no quede en el olvido y que todos la conozcan. A Matías lo trataron de ladrón, se dijeron muchas cosas, lo trataron de todo, falsificaron su historia. Matías era un pibe de mi barrio, que no le hacía mal a nadie. Lo mataron un día, le dieron un disparo en el rostro sin razón alguna”. La causa de su muerte sigue abierta desde el 2013, el culpable que aún no está determinado, libre. Se cree que Matías conocía los negocios de un desarmadero clandestino de la zona que está manejado por un policía.
La política criminal de las agencias penales del Estado se expande en todo el territorio y es selectiva: se descarga contra los sectores más pobres de la sociedad y, especialmente, los jóvenes. De esta manera, las prácticas represivas del Estado se constituyen como violatorias de derechos humanos y como reproductoras de las desigualdades sociales, económicas y residenciales.
El bachillerato popular Memorias del Fuego, que trabajó con apoyo de la APDH de La Matanza, denunció la contaminación ambiental en el barrio Las Mercedes por los desechos que expulsa la fábrica Klaukol-Parex. “En 2009, y tras una amplia protesta y presión de los vecinos, comenzaron a hacerse estudios que permitieron comprobar y vincular enfermedades en las personas del barrio con la presencia de la fábrica. El análisis sobre la cuenca Riachuelo-La Matanza determinó la presencia de plomos pesados; mucho de los cuales, su uso están prohibidos en nuestro país. Los estudios médicos a los chicos menores de 5 años en el barrio, constataron que todos tenían plomo en sangre. En gran parte de la población también se detectó la existencia de casos de cáncer y otras enfermedades en la piel”, detallan los chicos y chicas del bachillerato.
“Una solución ambiental, requeriría entre 40 y 50 años de saneamiento. Vincular esta problemática a otros reclamos históricos por la contaminación que produce la Ceamse, las tosqueras”, agregan. Cerca de La Matanza, en Dock Sud, se encuentra el asentamiento Villa Inflamable: 1600 familias que viven contaminadas. Tienen plomo en sangre y enfermedades derivadas de los efluvios del petróleo, las aguas turbias del Riachuelo y la tierra colmada de desechos de las fábricas. Juan Cesana, profesor de la escuela nº 22 de Avellaneda y coordinador del proyecto, destaca que “cuando planteamos el problema, descubrimos que teníamos para hacer 15 videos por la complejidad que esto representa. Tenemos una profesora que la jubilaron porque tiene un enfisema pulmonar por trabajar en Villa Inflamable y 30 alumnos que los tuvieron que internar de urgencia por problemas respiratorios. Ahí vivimos”.
Los desafíos de la organización
Frente a la ausencia del Estado, la organización y colectivos de vecinos se consolidas como un fenómeno de resistencia. La escuela Nueva Generación de Moreno representó, mediante una pieza teatral, una toma de tierras en Paso del Rey. Gracias a la organización de los vecinos, el Estado le adjudicó la propiedad del inmueble.
“Las tierras estaban abandonadas pero, cuando comenzó la toma, un ex funcionario de la dictadura reclamó ser el titular del terreno aunque no presentó ningún documento que lo confirmara. Hubo un primer desalojo violento, incluso se llevaron detenida a la representante de la toma por estar filmado con su celular el operativo policial”. Luego de aquella represión, los vecinos volvieron a asentarse el predio y, a través de negociaciones con el poder político, lograron iniciar un proceso de regularización de la propiedad. Sin embargo, “se siguen infringiendo el derecho a un ambiente digno: no tienen servicios, se inundan; sus reclamos no son cumplidos”, concluyen Milagros y Lucas, alumnos de la escuela de Moreno.
La Escuela Técnica nº 1 de Lanús proyectó su trabajo Sasetru, un sueño obrero: una fábrica recuperada por obreros. Primeros años del siglo, “la mayoría de los vecinos se quedaba sin trabajo o sin posibilidad de salir al mercado laboral y necesitaban seguir alimentando a sus familias”, dicen los estudiantes.
La fábrica tiene una larga historia. Fue fundada en 1949 y llegó a ser una de las empresas más grandes del país. En 1981 cerró y quedó abandona; 22 años después, la legislatura bonaerense expropió el edificio y se lo entregó a unos 150 obreros desocupados que conformaron la Cooperativa de Trabajo Sasetru.
La organización popular para la conquista y defensa de derechos. La organización como construcción de canales políticos de diálogo y participación. Las historias de Benito Juárez, General Viamonte, Tandil, Chacabuco. Unos 10 mil jóvenes ya pasaron por Chapadmalal y todavía falta mucho: compromiso, creatividad y futuro. La escuela, el barrio, las organizaciones sociales, culturales, políticas. La voz de las nuevas generaciones. Los derechos humanos en una agenda común. Los jóvenes como protagonistas.