Censo 2022: lanzan una campaña para incorporar preguntas sobre las identidades originarias
Integrantes de los pueblos nucleados en el Tejido de Profesionales Indígenas lanzaron una campaña a fin de recolectar un millón de firmas para exigir al Estado la incorporación de las preguntas por la pertenencia a los pueblos originarios y por las lenguas nativas en el próximo Censo Nacional, a realizarse en 2022. La agrupación, que además de sus integrantes provenientes de distintas naciones originarias cuenta con el asesoramiento de lingüistas, antropólogos e investigadores de diversas universidades nacionales, viene dialogando en las mesas de trabajo preparatorias con el INDEC sin que su demanda encuentre eco en el organismo productor de datos de nuestro país.
ANDAR en los territorios
(Agencia/ Canal Abierto) “La visibilización estadística en el próximo censo de población es urgente y necesaria para que ningún compañero ni compañera se confunda sobre los orígenes de la población que hoy se llama Argentina”, dijo ayer a través de un comunicado la ñaña Verónica Azpiroz Cleñan, mujer mapuche, politóloga, oriunda del territorio de origen Epu Lafken en la pampa húmeda conocido como Los Toldos. “Nominar a los 39 pueblos originarios que vivimos en este presente es una acción mínima para bajar el nivel de racismo institucional argentino y de la sociedad argentina. Que el INDEC se niegue a incorporar los nombres de cada uno de los pueblos y se niegue a incorporar la pregunta sobre las lenguas indigenas es una muestra de la naturalización del racismo que encarnan ciertos funcionarios”, expresó.
Si bien las preguntas por la autopercepción de la variable étnica fueron incorporadas en 2001 y 2010, éstas se encontraban únicamente en el cuestionario ampliado que consta de 57 preguntas en vez de las 35 que componen el regular. “La trampa es la siguiente: quien determina a quien se le aplica el cuestionario ampliado es el INDEC, según una presunción del censo de 2001. Según aquellos resultados, quedó instalada la idea de que en ciertas ciudades viven indígenas y en otras no; en unas provincias viven más y en otras menos”, explicó a Canal Abierto Azpiroz Cleñan, que es integrante del Tejido de Profesionales.
Otro de los puntos que se plantean es la necesidad de incorporar un listado con la totalidad de los pueblos originarios reconocidos en nuestro territorio. En los cuestionarios ampliados se dejaba un casillero en blanco a ser completado por el censista. El problema que esta metodología acarrea es que las planillas son luego escaneadas y la falta de comprensión de un nombre puede derivar en resultados alterados.
Al reclamo de la identidad se le agrega el de la lengua, donde se busca la incorporación de un cupo de hablantes de cada lengua originaria en la nómina nacional de censistas, De los 860.000 censistas previstos, se pide que 22.000 sean indígenas y tengan la competencia laboral de poder hablar más de una lengua: castellano y otra originaria.
Este requerimiento se basa en dos realidades. Por un lado, que quien vaya a preguntar en zonas en las que las comunidades son perseguidas por las autoridades pueda establecer un diálogo desde la empatía. Al respecto, Azpiroz Cleñan cuenta que “en el sur, antes de Maldonado, Nahuel o el Cushamen, como no había suficiente personal, un gendarme fue a censar a territorio mapuche. El pueblo mapuche tiene memoria de lo que hace gendarmería en tierra mapuche. Si va un gendarme a preguntar van a contestar que no, yo soy argentino. Bajo la ciudadanía argentina se borra la identidad previa”.
Y señala el otro aspecto, que refiere a que, en muchas zonas, la lengua originaria es la única que se habla: “en algunos casos y algunas casas la gente habla mapudungun, no habla castellano. Entonces preguntamos, ¿cómo vas a generar una respuesta exacta en quien responde si quien pregunta no habla la lengua de quien está censando?”.
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