GATILLO FÁCIL EN 2003 Caso Balza: 12 años para el ex policía González
Luego de tres juicios, el ex policía Norberto González -integrante del Subcomando Don Bosco- fue sentenciado a una pena de 12 años de prisión al ser encontrado responsable de la muerte del joven de 18 años Víctor Elías Balza. Víctor murió por las heridas de bala que sufrió en su cabeza en noviembre de 2003 mientras estaba detenido en la Comisaría 2 de Bernal, Quilmes. González fue condenado pero se encuentra excarcelado a la espera de que Casación Penal se pronuncie.
ANDAR en Quilmes
(Agencia) Días atrás, los jueces del Tribunal Oral 5 votaron por unanimidad el veredicto condenatorio para Norberto González. Lo condenaron por el asesinato de Balza y la carátula del delito fue «homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”. Esta semana los jueces le pusieron la pena de 12 años al único imputado pero, los magistrados Gustavo Farina, Juan Mata y Mónica Rodríguez ordenaron que el ex policía no cumpla su condena en la cárcel. Para ellos el fallo debe quedar firme en una segunda instancia cuando se pronuncie Casación Penal. A su vez, el Tribunal Oral Criminal 5 ordenó investigar la conducta de otro policía implicado en la detención del joven, Sergio Salvador Fernández, quien se encontraba junto a González y también disparó contra Víctor Balza, aunque con postas de goma.
Recordemos que Víctor Balza fue detenido el 8 de noviembre del 2003 en un operativo policial en Villa Itatí. A Víctor lo fusilaron de un disparo por la espalda con un arma calibre 9 milímetros a corta distancia. Fue el 9 de noviembre del 2003 y él tenía 18 años. Lo habían detenido y trasladado a la Comisaría Segunda de Bernal acusándolo por un presunto robo. Tras un confuso episodio, fue baleado en la nuca por el ex policía Norberto Darío Javier González.
El caso de Víctor es uno de los casos de gatillo fácil más resonantes de Quilmes. Lograr este nuevo juicio fue para la familia una gran batalla contra la impunidad, tanto judicial como policial. González comenzó a ser juzgado en juicio oral y público años atrás, pero su abogado defensor Gustavo Julio recusó al Tribunal Nº 1 de Quilmes, por lo que se realizó otro debate en 2010, en el que el Tribunal Nº 4 condenó a 11 años de cárcel al efectivo policial. Tras la apelación a la Cámara de Casación Penal bonaerense, se anuló la sentencia y se ordenó un nuevo juicio a cargo del TOC 5 de Quilmes.
Luego de 12 años, tras esta nueva condena en suspenso, ANDAR entrevistó a Nora Torres, la madre de Víctor. Se la ve cansada y desilusionada de la Justicia, pero en su voz todavía hay registro y una firme convicción de búsqueda de justicia y verdad. Ella afirma que frente a cualquier adversidad continuará la lucha hasta las últimas consecuencias por la memoria de Víctor y por todos los pibes que la policía mata en los barrios cada día.
“No estoy conforme con la condena ni con el pedido de los jueces de que González no vaya a la cárcel hasta que Casación deje firme la condena. Le dieron 12 años pero va a seguir libre. Esto ya pasó. Fueron tres juicios, dos condenas y todo sigue igual. No es una sensación: es lo que veo. La justicia nos da la espalda porque se coloca del lado del victimario y no de la víctima. Pasaron tantos años del inicio de esta causa y González camina por las calles con total impunidad”.
“Este policía le robó la vida a mi hijo. Voy a solicitar que Casación no se tome tres años, como lo hizo la otra vez, para ratificar esta nueva condena, ya no me pueden decir que necesitan más pruebas y volver a foja cero. Mi camino es así, siempre batallando con las trabas, de un lado al otro, pero mi objetivo va a ser seguir hasta las últimas consecuencias.”
Los jueces Gustavo Farina, Mónica Rodríguez de Piuma y Juan Martín Mata ordenaron investigar “la conducta” de otro policía, Sergio Salvador Fernández, quien se encontraba junto a González al momento del hecho y también disparó contra Balza, aunque con postas de goma.
“Sí, esto tendría que haber sucedido mucho antes. Sergio Fernández le tiró con postas de goma a mi hijo en la cara, por eso tenía marcas. Hace 12 años, cuando todo empezó, Sergio Fernández fue detenido por falso testimonio. Como el Tribunal fue recusado quedaron todos en libertad. Ahora en este juicio Fernández estaba llamado a declarar pero la defensa desistió de su declaración. Ahora los jueces dicen que él tiene que ser investigado.”
“Para mí el proceso en su totalidad es impresentable, hacen y deshacen como quieren, es una vergüenza. El tribunal ordenó la pena que pidió el fiscal pero no garantiza que González no se pueda fugar. Nosotros como familiares no tenemos ninguna protección frente a las amenazas que hemos recibido cuando asesinaron a Víctor. Hoy, con este hombre en libertad, ¿quién me garantiza que no nos pase nada a mí o a mis otros hijos?”
La decisión del tribunal de excarcelar a González hasta que Casación Penal revise el fallo es al menos llamativa. En general, la Justicia no procede de este modo cuando se trata de delitos comunes, lo cual reviste especial gravedad considerando que en este caso lo que se ha juzgado y condenado son acciones de un funcionario público que asesinó en nombre del Estado. En este sentido resultan bastante claros los números presentados recientemente en el informe Anual de la CPM donde se afirma que actualmente sólo el 39,6 % de los detenidos comunes en la Provincia están condenados, el 45,7 % con prisión preventiva, y el 14,7 % con sentencia no firme pero encarcelados. “El Poder Judicial lejos de contribuir a la protección de los vulnerables descarga también su violencia en sistemáticas prácticas denegatorias del acceso a la justicia de los más indefensos. La impunidad de los delitos cometidos por las fuerzas de seguridad, que constituyen graves violaciones a los derechos humanos, es la regla” puede leerse en su introducción. Luego de la feria judicial, Casación Penal bonaerense tendrá la sentencia en sus manos y deberá dar un veredicto intentando no recaer en la selectividad penal.
Víctor tenía 18 años cuando la muerte por gatillo fácil policial le arrebató los días. Colaboraba en el comedor comunitario La Ponderosa de Villa Itatí, iba a la parroquia de los curas salesianos de Don Bosco y había dejado la escuela porque tenía que ayudar en la casa. Hacia changas para tener unos mangos. Nora sigue siendo jefa de hogar, ahora a cargo de tres de sus cuatro hijos varones (Víctor era el segundo). Cuando lo recuerda dice: “Era muy compañero, siempre con su sol, como lo recordamos siempre”.
Frente a tanta impunidad y desigualdad de jerarquía de derechos expresa: “yo estoy segura que esto pasó porque la policía siempre los discrimina los pibes. Los discrimina porque viven en la villa, por su vestimenta, por su color de piel. La verdad es que no saben cómo se crían esos chicos, lo que nos cuesta criarlos, mandarlos a la escuela, darles educación. A ellos no les importa, los matan directamente. Así pasó con Víctor y con muchos chicos más de Villa Itatí.”
Otro de los casos resonantes de gatillo fácil dentro de Villa Itatí fue la muerte de Walter Sequeira en 2002. El caso quedó totalmente en las sombras y su madre no logró avanzar en conocer la verdad por la cantidad de amenazas que había recibido.
“Quizás con la muerte de Víctor pensaron que me iba a pasar lo mismo a mí, que me iba a quedar callada después de las amenazas, pero no fue así. Yo no puedo dejar que la muerte de mi hijo pase por alto. Yo salí a luchar desde el primer momento y lo seguiré haciendo, por su memoria y para que dejen de matar a los pibes en cada barrio».