Entrevista a Luz Fernández Amenazas a integrantes del movimiento de trabajadores excluidos
Hace casi 5 meses, en la La Plata se dejó sin efecto la ordenanza municipal 10.661 del año 2009, mejor conocida como el programa Basura Cero. Esto implicó que la empresa recolectora ya no se deja en las calles los materiales como cartón, papel o plásticos para que los mismos sean levantados por los y las carreras para su posterior venta. Además de no encontrar los materiales en las calles, los carreros nucleados en el Movimiento de trabajadores excluidos denuncian amenazas por intentar agremiarse y reclamar por sus derechos.
ANDAR en las calles
(Agencia) El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) es el colectivo que nuclea a las y los carreros a nivel nacional. Personas que viven de la recolección de materiales reciclables (plásticos, cartón, papel, vidrios). Recolectan, trasladan de la calle a los depósitos donde se almacenan, clasifican, enfardan y venden los materiales reciclados a empresas para su reutilización. Este movimiento conformó la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores que, en la región, lograron articular en 10 barrios con los vecinos, conocer la realidad y necesidades. Son alrededor de 3000 carreros y carreras que, multiplicado por la cantidad de hijos e hijas e integrantes de cada familia, se estima que son alrededor más de 20 mil personas las que viven de lo que produce la basura.
Los militantes que participan de la Federación se acercaron a la Comisión por la Memoria (CPM) para asesorarse legalmente porque, semanas atrás, comenzaron a recibir amenazas en forma simultánea. Fueron llamados amenazantes que se hicieron al mismo tiempo a diferentes personas que integran la red de la Federación en la región La Plata. Llamados anónimos desde un número privado que no deja rastro ni registro. Los damnificados decidieron denunciarlo y visibilizar lo que está sucediendo, máxime cuando a uno de ellos lo amenazaron de muerte. El llamado no fue solo en su teléfono particular sino también lo hicieron en la casa de sus familiares que viven en otra localidad. El mensaje fue claro en todas las oportunidades: “dejen de joder con el cartón y los cartoneros”. Además, advirtieron que al chico lo iban a entregar muerto en una bolsa.
ANDAR conversó con Luz Fernández, integrante de la Federación y del MTE y se la consultó acerca de los reclamos que la organización lleva adelante por el reconocimiento de los derechos para los trabajadores excluidos. Derechos que son deuda de los sindicatos y de los gobiernos porque no son reconocidos por ninguna institución. Una actividad económica y de cuidado del medio ambiente de la que viven miles de personas.
¿Cómo están los compañeros y qué respuesta dieron como Federación a las amenazas que recibieron?
La respuesta desde la Federación es y será redoblar la apuesta, no vamos a dejar de militar en los barrios y tampoco vamos a dejarnos meter miedo. Ahora estamos mejor, sabemos que estamos molestando a un negocio muy grande donde hay muchos agentes involucrados. Desde los más cercanos a los carreros de los barrios hasta la estructura mayor de recolección de la basura del municipio. Entendemos que la amenaza no es directamente hacia los que militamos en la Federación sino hacia todo el movimiento de trabajadores excluidos, porque lo que está en juego es su trabajo. Con el asesoramiento legal del CIAJ (Colectivo de acción jurídica) y la CPM pudimos realizar la denuncia en la Fiscalía 9 y ya fuimos llamados a dar declaración. Estamos haciendo pública esta denuncia porque tenemos que cuidarnos entre todos, tenemos que luchar por esos derechos que hay que conseguir. Advertimos además con mucha preocupación la falta de interés de los funcionarios municipales en el tema.
Cambiar la lógica del sistema y que se logre reconocer a los y las carreras como trabajadores ¿puede hacer que alguien sienta amenazado su negocio?
Sin dudas, lo que se recicla es fundamentalmente cartón y papel que es lo más costoso. En metales está lo que va a fundición, plásticos y vidrios. Este circuito de reciclado fue acompañado por el gobierno anterior a través de la separación de la basura en las casas de los vecinos, lo que se conoció como el programa Bolsa verde, bolsa negra (Programa Basura Cero). Con el cambio político ese programa, que ya no funcionaba del todo bien porque las jornadas de trabajo no tenían correspondencia con salarios, se evadían cargas sociales, se dio de baja; como se han dado de baja cooperativas varias, se han cerrado canteras. Esos trabajadores excluidos se quedan entonces sin su ingreso mensual dado que, uno de los problemas que se han encontrado por más que las empresas continúen comprando el material, es que es difícil acceder a los mismos. Ya no encuentran, no hay materiales reciclables discriminados y todo es tomado como “basura”. Con lo cual, se la levanta completa. La empresa ESUR la deposita en el basural a cielo abierto camino a Ensenada, CEAMSE y ahí no hay proceso de reciclaje de los materiales como cartón, papel, plásticos. Lo que la Federación argentina de cartoneros y recicladores intentó impulsar como política pública municipal es que sean los mismos integrantes de la organización los que clasifiquemos la basura para poder obtener la venta directa al comprador, lo que implicaría que el costo del material reciclado se eleve. El trabajo que están haciendo estos compañeros y compañeras posee un doble estándar: por un lado el cuidado medioambiental y por otro, el servicio público o la “pata social”. Para nosotros son trabajadores/ras que realizan un tipo de limpieza en las calles, que clasifican lo que se considera basura y que, por la sociedad y el sistema no están siendo reconocidos como trabajadores. No son desocupados o desempleados. Son personas excluidas de cualquier sistema. Como Federación es la problemática que queremos atender.
¿Cuál es el universo de gente que vive de esta actividad?
Aunque parezca mentira, nunca se elaboró un censo, pero es un proyecto que pretendemos impulsar y realizar durante este año a través de la Defensoría del Pueblo y la participación del municipio local. Nosotros trabajamos en 10 barrios de la Plata y alrededores y, tenemos contacto con alrededor de 3500/ 4000 carreros y carreras y sus familias. Calculamos que este trabajo sostiene a más de 20 mil personas. Lo que sucedió con toda la coyuntura actual es que muchos de las y los carreros en estos últimos años habían dejado el carro para realizar otros trabajos. Lograban changas, algunos trabajos en construcción, en otros espacios. La situación ahora vuelve a repetirse: retomar la actividad con el carro, más la competencia en las calles y menos materiales para recolectar que da como resultado evidente el crecimiento exponencial de la desigualdad. El cierre de programas y cooperativas en los municipios bonaerenses es una realidad que modifica la vida de las personas. La región de La Plata y gran La Plata no es la excepción, con lo cual el MTE se encuentra en estado de alerta. Somos consientes que el trabajo con la basura que hacen los carreros pone en riesgo una política que pretende circunscribirse a pocos sectores de la población.
¿Cómo trabajan desde la Federación argentina de cartoneros y recicladores?
Desde principios de 2015 la Federación comenzó a trabajar con el sector de trabajadores excluidos porque analizamos que la acción del Municipio de la ciudad de La Plata comenzó a construir la exclusión a partir de dos factores: por un lado, el trabajo con la basura concretamente en un programa llamado Basura Cero y, por otro lado, el problema de la tracción a sangre. Nosotros militamos en los barrios y los fuimos recorriendo. Contactamos con una cantidad de carreros y carreras que trabajan de esto y, a partir de charlar y conocerlos, hemos descubierto que a ellos nos les conviene ninguna otra herramienta de trabajo por los costos que significaría cambiar el caballo por una moto, por ejemplo.
En este sentido, visualizamos que la salida es una apuesta más estética que estructural la que se plantea actualmente el Municipio y es la instalación de las bicicletas eléctricas -presentadas en Plaza Moreno el pasado 29 de abril en el marco del Animal Fest- y que se sigue sin abordar el problema del trabajo, desconociendo la realidad de estos laburantes. Los carreros ya asumieron como una obligación que los animales deben estar en buen estado. Para garantizar eso, desde la Federación hemos comenzado a implementar desde el 2015 una asistencia con veterinarios o estudiantes de veterinaria: hacemos desparasitaciones, vacunación y ante cualquier eventualidad en la calle con un caballo, una lastimadura o lo que fuere, nos contactan a nosotros y comenzamos a hacer las curaciones. Por otro lado, con el tema de la basura se crearon cooperativas, se crearon puestos de trabajo, pero esto tampoco significó que todas y todos los carreros estén enmarcados en estos espacios. Un montón de ellos siguieron saliendo con las mismas lógicas y lo que sucede con ellos es que el material que recolectan lo tienen que vender en depósitos de acopiadores. En esos depósitos se clasifica y enfarda el material reciclable y es vendido a las empresas para su reutilización.
La Dirección de Protección Animal instaló nuevamente una vieja discusión, corriendo el eje del debate que ustedes pretenden visibilizar. Ya no es el problema la persona excluida como trabajador/ra sino los animales que tienen, sean caballos, perros, gatos. Los y las proteccionistas han hecho un trabajo de hostigamiento y persecución sistemática sobre todos los carreros que circulan por la calle, avalados por las leyes. ¿Cómo se maneja este tema?
Desde la Federación logramos -luego de padecer persecuciones, secuestros y robos de caballos- que se los deje en paz y se termine con esto de perseguirlos. Nosotros les hacemos un tratamiento, un seguimiento a los caballos que estén en buen estado; los carreros se comprometen a que eso sea así. Lo que sucede con la recolección de basura, ahora que habíamos logrado frenar esa persecución, es que fue completamente entregada a la empresa ESUR. Entones todos esos materiales que se encontraban los carreros en las calles no los están encontrando. Entonces, el tema cambio de nuevo: ya no es el medio de trabajo, sino la fuente de ingreso.
La Federación junto al MTE tiene como objetivo trabajar en un programa que articule la protección del medio ambiente y que el mismo sea de inclusión social. Ellos entienden que no es compatible que se resuelva la problemática ambiental sin resolver conjuntamente los problemas sociales. Como propuesta impulsan trabajar un censo conjunto entre la Municipalidad y la Federación (el último censo es del 2013 y está desactualizado), y conformar una estructura sindical cuyos agremiados sean los carreros y que sus derechos sean reconocidos. En este marco, hay cuestiones a resolver que necesitarían la presencia de un Estado activo que busque incluir en el circuito productivo a todos y todas.
¿Que están solicitando al municipio para poder dar marcha a su propuesta?
La Federación presentó un proyecto solicitando espacios para acopiar y clasificar la basura para luego enfardarla y entregarla al fabricante directo. Esto elevaría el costo del material reciclado vendido. En estos momentos, el kilo de cartón se vende entre 0.90 centavos y 1.40 pesos. Con el esquema de venta directa el costo se eleva hoy a 2.50 pesos el kilo. Es necesario cancelar e incluir en la red a los intermediarios de la venta (depositeros). La idea de la Federación es construir una red más amplia, que posea una construcción más horizontal y colectiva. Presentamos este año un proyecto que detalla las necesidades de estos trabajadores: ropa de trabajo para los carreros, espacios para acopiar los materiales recolectados, espacio y maquinaria para clasificarlos, cupos en guarderías para los hijos e hijas de los carreros. Hay muchas familias que viven de la recolección de materiales y los niños no pueden quedarse solos en las casas mientras los adultos salen en el carro. Hasta el momento, no hemos tenido respuesta de las autoridades municipales.