TRAS LA DESTRUCCIÓN DEL ÚLTIMO BOSQUE DE TORATAY El municipio de San Nicolás avanza con rellenos ilegales sobre un arroyo del Río Paraná
Siempre dentro de la reserva natural Parque Rafael Aguiar –un área de humedales, bosques ribereños y ambientes característicos del delta bonaerense protegido por leyes nacionales y provinciales-, el gobierno local avanza desde los últimos días con una nueva megaobra de relleno con escombros y tierra sin haber realizado estudios de impacto ambiental ni anunciar el objetivo de estos movimientos de suelo sobre las orillas del arroyo principal del Río Paraná, en territorio del distrito de San Nicolás. En diálogo con ANDAR, un guardaparques voluntario de la reserva, Oscar Ramírez, explicó que es inminente la destrucción de las cabañas de lugareños que hace décadas habitan la zona y que “las nuevas obras tendrían una extensión de unos 7 kilómetros de largo, similar a las del Arroyo Yaguarón. Esto es un manejo muy turbio, sucio, y ya no sabemos qué hacer ni a quién acudir”.
ANDAR en San Nicolás
(Agencia) El pasado 2 de abril ambientalistas y vecinos de San Nicolás se reunieron con pescadores, trabajadores y familias que habitan la Isla Alfano, situada dentro de la reserva natural Parque Rafael de Aguiar, como parte de esas “resistencias que van surgiendo en pequeños afluentes humanos”, y con el objeto de “organizarnos para cuidar nuestro hábitat, nuestro río y nuestras vidas”. Estas consignas forman parte de las últimas actividades que, con carácter de principales e impostergables, se llevan a cabo en defensa del vasto, nutrido y excepcional ecosistema que desde hace más de un año está en peligro de desaparecer por las obras de relleno y previsibles iniciativas turísticas que se instalarían allí a futuro.
Cabe recordar que a fines de 2020 el municipio de San Nicolás comenzó con las tareas de ensanchamiento de una calle de tierra en el corazón de la reserva con la intención de instalar una costanera de 20 metros de ancho sobre el arroyo Yaguarón. Desde ese momento comenzaron las protestas y manifestaciones y, a fines de enero de 2021, la policía reprimió brutalmente a los manifestantes, resultando más de una decena de personas detenida. Entre las víctimas estuvo el guardaparques voluntario, Oscar Ramírez, quien lleva más de 47 cuidando, velando y disfrutando de la reserva natural del norte bonaerense.
Aquellas obras finalmente se continuaron, e incluso se desarrollan actualmente, a pesar de una clausura dispuesta por el OPDS y una reveladora inspección del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, en la que se constató el impacto ambiental y la progresiva destrucción del último bosque nativo de Toratay en la provincia de Buenos Aires.
A mediados de 2021, Ramírez explicó a ANDAR que “es tan grande la reserva y tan rico el ecosistema natural que, sumado a la prohibición de ingreso a quienes pretendemos la clausura de las obras, no hemos podido aún cotejar la dimensión de este avasallamiento. Nos preocupa la soledad y el desamparo institucional al que nos enfrentamos, mientras la policía continúa con las amenazas y la justicia archiva nuestras denuncias sobre la violencia institucional. Aun así, seguiremos defendiendo esta reserva que amamos hasta alcanzar la justicia”.
Ahora, casi un año después de aquella frase y frente a un nuevo avasallamiento con topadoras y maquinaria pesada pero sin habilitación ni permisos apropiados, el gobierno de San Nicolás inició una nueva megaobra de rellenos con escombros y tierra a orillas del arroyo principal del Río Paraná, en la zona norte de la reserva natural.
“Hoy mismo están trabajando con las máquinas, y están a metros de las cabañas de algunos pobladores antiguos que tienen permiso para vivir allí. Es una situación abrumadora y una vergüenza judicial. Ningún fiscal del departamento judicial de San Nicolás interviene y mientras tanto la policía mantiene su presencia en el lugar pero para proteger las máquinas y a los operarios, no a los lugareños ni al ecosistema de nuestra región”, destaca con dolor el guardaparques Ramírez.
Aún nadie sabe cuál será el destino de estos nuevos rellenos y desmontes. “Hemos remitido denuncias al Ministerio de Ambiente de la Nación, pero ni siquiera las responden; la justicia local ampara todo; el OPDS prácticamente no existe y muchas veces pensamos que detrás de estas obras hay negocios inmobiliarios muy grandes sobre este gran humedal que corresponde a una misma ecorregión”, afirma Ramírez.
El miércoles 30 de marzo se llevó a cabo, en la localidad de Victoria, provincia de Buenos Aires, un encuentro de todas las organizaciones ambientalistas de la zona en las que se expusieron y actualizaron las distintas problemáticas que sobre los humedales, costas ribereñas, montes nativos y playas del norte bonaerense se desarrollan simultáneamente y siempre con el común denominador de la violencia estatal, el avance de la infraestructura del sector privado y la inobservancia de la legislación que protege las reservas naturales.