A propósito del trabajo de los detenidos
ANDAR en las cárceles
(FAVISIC/ Agencia) La Asociación de Familiares y amigos de muertos y torturados en lugares de encierro (FAVISIC) emitió un comunicado en el que celebra el fallo de la Cámara de Casación Penal que equiparan condiciones laborales con sueldo de las personas privadas de libertad y solicitó que se resuelva en el mismo sentido para los privados de libertad de la provincia de Buenos Aires.
Reproducimos el comunicado:
“Por intermedio de este comunicado la institución a la que representamos manifiesta su agrado con el fallo que pronunció la Cámara Federal de Casación Penal, en base al reclamo digno de un grupo de personas privadas de la libertad para que se equipararan sus condiciones laborales, con su sueldo.
En ese sentido esta entidad que nuclea a familiares de detenidos en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires sostenemos que es de vital importancia que se adopten las medidas necesarias para que se replique este proceder en las cárceles de la Provincia.
Los familiares son el único sostén económico, moral y afectivo con el que cuentan las personas privadas de la libertad, de ese “supuesto” presupuesto que está asignado a cada detenido. ¿Alguien se puso a pensar qué es lo que le llega a esa persona que cometió un delito -pero que no dejó de ser persona- que cumple condena, o espera un juicio, que mientras transita su tiempo en una cárcel, se lo debería re socializar, educar, capacitar, no generarle más violencia?. Es muy fácil decir u opinar que se los mantiene, que como pago los impuestos, una porción de eso va destinado a esa ejemplificadora labor que tiene el Servicio Penitenciario, que es de hacer personas más buenas, arrepentidas de sus errores, capaces de trabajar dignamente cuando recuperen la libertad; que mientras eso ocurre duermen en lugares cómodos, secos, limpios, con alimentación acorde, que cada detenido tienen su propio colchón, que se les provee calzados, vestimenta, ropa de cama, medicación, en caso de algún padecimiento o enfermedad. En la teoría eso es perfecto, es lo que dice nuestra Constitución. En la práctica, las personas que están privadas de la libertad, tienen cercenados TODOS sus derechos, ese bendito presupuesto, se lo roba la cúpula de Jefatura, los Directores, los Jefes de Unidades Penales. Se pagan sobreprecios por la mercadería que es comprada para esa persona que está presa, la carne queda para los jefes, para algún familiar de los directores, que tienen algún almacén, alguna carnicería en las inmediaciones de los penales. La familia es la única que se encarga del preso. Y si esa persona que está detenida, no tiene un familiar queda a merced del Servicio Penitenciario, ¿Para qué? Para que trabaje para ellos, matando otros internos que se cansaron del sistema corrupto y denuncian las torturas a las que son sometidos, vendiendo droga para los agentes penitenciarios, porque dentro del penal es más fuerte el negocio de la droga. ¿Por qué? Porque no tiene otra opción, por comida digna, por un par de zapatillas, por un beneficio.
Trabajo y Educación son derechos, dentro de un penal son beneficios al que accede una mínima porción de la población carcelaria. Existen muchas denuncias sobre los delitos económicos que cometen los funcionarios penitenciarios; nosotros también lo hemos denunciado, una vez más lo decimos, por medio de este comunicado. Ricardo Casal no puede estar ajeno a esto que ocurre, es un negocio inmenso tener detenidas a las personas, denigrarlas, asesinarlas, ser amos y señores de sus vidas dentro de un penal.
También queríamos hacer hincapié en la forma en la que se dan las noticias, todo lo que comprende detenidos y sus familiares se lo margina, la misma sociedad te hace a un costado, amparados en medios de comunicación hegemónicos que informan lo que a ellos les conviene y como ellos quieren mostrar esa realidad.
Invitamos a esos medios y a todas las personas que critican el fallo, a que se tomen un tiempo y vayan a las cinco de la mañana a la cola de visita de cualquier unidad carcelaria, para que vean cómo van las madres, mujeres, familiares de esas personas que están detenidas, cargadas de mercadería, remedios, esas necesidades básicas que están insatisfechas, que están presupuestadas, pero que se las roban los jefes del Servicio Penitenciario, vayan y vean cómo se las humilla, se las maltrata, se las hostiga, por el simple hecho de ser familiar de un detenido. Hay que estar en contacto un poco más con la realidad para dar opiniones certeras. Reiteramos señor Ministro Ricardo Casal usted sabe bien qué es lo que pasa. El Servicio Penitenciario está a su cargo; deje de mirar para un costado y una vez haga las cosas como corresponde, deje de llenarse los bolsillos usted y su gente a costa de las personas privadas de la libertad.