"A MÍ NO ME IMPORTA EL NUNCA MÁS" La Plata: los amenazaron con un arma por colgar un pañuelo de las Madres
“¡Salgan ahora! ¡A ver! ¡peruano de mierda! ¡Te voy a matar!”. Alida Dagnino Contini y su compañero José viven en la zona de Parque Castelli, La Plata. Juntos están en cuarentena y aislamiento preventivo obligatorio por la emergencia sanitaria. Ayer, 24 de marzo, después de realizar carteles y pañuelos blancos para conmemorar el Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia, fueron a colgarlos a la puerta de entrada del PH pero un grupo de vecinos los enfrentaron, les pegaron, uno los amenazó con un arma y otro con una cadena. Compartimos la crónica de una mañana donde el vigilantismo, el prudencialismo, la xenofobia, el pánico moral imprimieron una postal de violencia a 44 años de la última dictadura militar.
ANDAR en La Plata
(Agencia) “Nuestros minutos sobre la vereda dedicados a colgar los tres pañuelos bordados a mano y a sacarles una foto para compartir en redes sociales como proponía la convocatoria nacional de Abuelas de Plaza de Mayo, de todos los organismos de derechos humanos y de organizaciones sociales y políticas para replicar en cada rincón del país terminaron casi en tragedia”, comienza el relato enviado por Alida Dagnino Contini para ANDAR y otros medios de prensa de la región.“Antes de sacar la foto nos gritan: “¡A mí no me peguen ningún cartel de ‘Nunca más’, yo no estoy de acuerdo con el ‘Nunca más’, gracias al ejército estamos así ahora, cuidados”.
—A mí no me importa el “Nunca más”, dijo la vecina de la casa contigua.
—Nosotros no estamos pegando nada en su casa, señora—.
—¡Tranquila que ya llamé a la Policía! ¡Están incumpliendo la ley!—, respondió un vecino de unos 70 años.
— ¿Así que les importa un carajo lo que está pasando? ¡Te voy a matar, negro de mierda!— Bajo el argumento de que estábamos incumpliendo la cuarentena, el conviviente de la vecina le pegó a mi compañero en los brazos y piernas.
Un ruido extraño irrumpió el momento: el vecino de enfrente que había dado aviso a la Policía salió de su casa revoleando una cadena con el candado puesto. Venía hacia nosotrxs. Conseguimos volver al pasillo, cerramos la reja y en el mismo momento en que logramos poner la llave, el vecino -que ya nos había agredido-, aparece nuevamente pero esta vez con un arma en su mano al grito de: -¡salgan ahora! ¡A ver! ¡peruano de mierda! ¡Te voy a matar!-. Corrimos por el pasillo sin mirar atrás ni saber lo que pasaría, con el cuerpo temblando y la mente en estado de shock.”
Alertada por otros vecinos que se solidarizaron con Alina y José la policía se presentó en el domicilio. Segùn lo que relatan los jóvenes, tomó declaración a ambas partes pero “no tuvo mucho tiempo para escuchar lo que repetimos cuatro veces: mi vecino nos apuntó con un arma y amenazó con matarnos por colgar unos pañuelos. Pero sí nos preguntaron “¿Por qué estaban colgando esto?”.
Esta mañana la pareja realizó la denuncia ante la fiscalía en turno porque, además de explicar los hechos y solicitar que la justicia investigue si esta persona posee autorización o no para portar armas de fuego, tienen miedo. “El mayor temor, en tiempos de aislamiento, es el punitivismo social”, afirman.