A 30 años de la desaparición de Andrés Núñez, la familia reclama la detención de Pablo Gerez
Mirna Gómez asegura que todavía hay culpables libres. Su compañero fue secuestrado, torturado y asesinado en la Brigada de Investigaciones de La Plata y la justicia declaró la causa imprescriptible. La familia exige que se reactive la búsqueda del principal sospechoso prófugo, el sargento Pablo Gerez, y que se someta a juicio a otros cuatro efectivos acusados de encubrir el caso. Este 28 de septiembre sus familiares y amigues realizarán una jornada virtual de homenaje y lucha para recordar al primer desaparecido de la democracia.
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(Agencia) «En el 2010 fueron condenados a prisión perpetua Víctor Dos Santos y Alfredo González, y tras estar prófugo 22 años, en el 2012 capturaron a Luis Raúl Ponce en Junín de los Andes y en el 2017 fue sentenciado a reclusión perpetua», repasa Mirna Núñez, esposa de Andrés y luchadora por los derechos humanos, en contra de la tortura y los casos de gatillo fácil. “Lo que pido es juicio y castigo a todos los responsables del asesinato de Andrés; que busquen y encuentren al prófugo Pablo Gerez”.
El 28 de septiembre de 1990 una patota policial se llevó de su casa a su compañero Andrés Núñez, para torturarlo hasta la muerte en la Brigada de Investigaciones de La Plata, el mismo lugar que funcionó como centro clandestino de detención en la dictadura. Luego desaparecieron su cuerpo en un campo de General Belgrano y pasaron 30 años desde que ese hombre, un técnico de televisores, padre de una nena y futbolero tuvo el trágico destino de convertirse en el primer desaparecido de la democracia.
Aquel día Andrés Núñez llegó a su casa a las 3:30 de la madrugada, después de una jornada de trabajo que había terminado tarde y había empalmado con una noche futbolística. No sabía que desde hacía más de tres horas dos hombres armados lo habían esperado en su casa, mientras otros dos hacían guardia afuera. Apenas cruzó la puerta de calle, uno de ellos le apoyó un arma en la sien, lo redujeron y se lo llevaron a los fondos de la casa. Cuando volvieron, ya lo habían esposado y lo cargaron en un auto. Según lo relatado por Mirna, esos hombres estaban vestidos de civil y con armas en la cintura. Pasaron cinco años para que la mujer supiera cuál había sido el destino de su pareja. En 1995, uno de los policías se quebró y confesó: Nuñez había muerto en la tortura y su cuerpo había sido quemado en un campo de General Belgrano. Sus restos no pudieron ser recuperados jamás por su familia y la justicia.
Los policías que secuestraron a Núñez fueron identificados como Alfredo González y Víctor Dos Santos, José Ramos, Pablo Martín Gerez y Luis Raúl Ponce.
Los dos primeros fueron juzgados en 2010 y condenados a prisión perpetua por la Sala II de la Cámara Penal de La Plata por «torturas seguidas de muerte». Ramos, el delator, fue declarado inimputable; Ponce permaneció prófugo hasta 2012, cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo capturó cuando seguía la pista de un represor de la dictadura. El ex sargento Gerez sigue prófugo.
En abril de este año la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires rechazó un recurso extraordinario presentado por la defensa del ex comisario Luis Ponce y confirmó la condena de reclusión perpetua por el asesinato de Andrés Núñez.
A 30 años del secuestro, asesinato y desaparición de Andrés, sus familiares y amigues y las organizaciones que acompañan el reclamo ratifican la voluntad inquebrantable de buscar verdad y castigo a todos los responsables de los hechos.