“La prueba en la que se apoya la acusación es inválida”
Terminó la etapa probatoria en el juicio a Reina Maraz. Con la declaración de dos testigos de la fiscalía, la reproducción de una cámara Gesell, y la interpretación de tres expertas en psicología que aportó la defensa, culminó la etapa testimonial en el juicio que se sigue en Quilmes a Reina Maraz, la joven quechua parlante de nacionalidad boliviana acusada de matar a su marido. Reina había dado ayer su testimonio ante la justicia en lengua materna, con la asistencia de una intérprete. El viernes a partir de las 9 se escucharán los alegatos, y unos días después se dictará sentencia.
ANDAR en la justicia (Agencia)
En el segundo y último día de las audiencias testimoniales del juicio a Reina Maraz se expuso una de las pruebas testimoniales centrales de la fiscalía: la grabación de una cámara Gesell al hijo mayor de Reina, realizada por la fiscal que intervino en primera instancia en la investigación. Ante una sala en silencio, con la presencia del embajador de Bolivia Liborio Flores Enríquez, la defensora general del Departamento Judicial de Quilmes María Noemí Perez, el vicepresidente de la CPM Aldo Etchegoyen y varios familiares de Límber Santos, durante 20 minutos se escuchó la voz del pequeño que en ese momento tenía sólo 5 años.
En el testimonio –en el que intercala palabras en quechua- el niño dice que a su papá lo mataron “Tito” (la otra persona acusada por el asesinato que murió hace un año en la cárcel) y su mamá, Reina. Sin embargo, las tres expertas en psicología que vieron y escucharon el testimonio mientras se reproducía en la sala -y que luego fueron llamadas en forma separada a dar testimonio- cuestionaron la forma en que se le tomó declaración al niño. Si bien cada una de las expertas hizo foco en diferentes aspectos del testimonio, tanto Olga Lucía Scrimi como Liliana Beatriz Camerano (perito psicóloga de la defensoría judicial de Quilmes) y María Inés Olivella coincidieron en que las preguntas eran inducidas y las respuestas “sobreentendidas” por el adulto; además, objetaron la posibilidad de determinar, a partir de ese solo testimonio, si lo que dice el niño es algo que vio o algo que le dijeron y que reproduce, inclinándose por esta última opción.
«Fueron muy pertinentes los aportes de las peritos, ya que asistimos a la visualización de una cámara gessel llevada a cabo por una fiscal sin ninguna capacitación ni cuidado por el testigo niño, lo que vulnera sus elementales derechos y torna inválida esa prueba en que se pretende apoyar la acusación», manifestó Margarita Jarque, directora de litigio estratégico de la CPM, que actúa como veedora del juicio. Además, desde la CPM se destacó la importancia de la actuación de la intérprete de lengua quechua durante el desarrollo del debate, tanto por las garantías otorgadas a la imputada como por el precedente que sienta para situaciones similares. «Es preciso que la Corte provincial apruebe a la mayor brevedad posible el registro de intérpretes de lenguas originarias que hemos propuesto».
En silencio, Reina escuchó las palabras de su hijo; con la ayuda de la intérprete que la acompaña a partir de la intervención de la CPM, fue enterándose del análisis que iban haciendo las psicólogas.
El viernes a partir de las 9 se escucharán los alegatos y, en los próximos días, se dictará sentencia.