LESA HUMANIDAD “Ya pagarán por lo que están haciendo”
En las Audiencias del día 14 y 15 de Octubre del Juicio a los Genocidas de la Armada, se comenzó a tratar el emblemático caso de los Obreros Gráficos asesinados Heinrich y Loyola. Desde Barcelona declaró en el juicio Armada Argentina – BNPB el periodista Carlos Iaquinandi, ex trabajador de LU3 y dirigente del Sindicato de Prensa de Bahía Blanca.
ANDAR en Bahía Blanca
( efemedelacalle ) Iaquinandi compartió con los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loloya la tarea gremial y duras negociaciones por el cumplimiento de los convenios colectivos. “Yo no trabajaba en ningún medio de La Nueva Provincia pero teníamos una relación muy próxima. Había una clara división entre los compañeros cercanos a los sindicatos y otros ligados a la dirección de la empresa con cargos jerárquicos, a los que le desconfiábamos abiertamente porque eran las personas que trasladaban lo que se pensaba y lo que se iba a actuar. Simplemente por táctica sindical, nunca nos imaginamos que tuviéramos que tener reserva en cosas que después tuvieron una derivación trágica”, relató.
En una reunión paritaria en el Ministerio de Trabajo escuchó como “uno de los hijos de Diana Massot” advirtió: “’Ya verán cómo termina esto’ o ‘Ya pagarán por lo que están haciendo’. En aquel momento lo tomábamos como una discusión y no con el tono que tenía la amenaza. Fueron dirigidas a Heinrich y Loyola. A los que podía reconocer eran una persona Marra y al abogado Jáuregui”.
Aseguró que desde 1973 la persecución venía de “compañeros de LNP, LU2 y Canal 9″, que la familia Massot se manejaba “con sus propias leyes” abandonando las “formas republicanas y democráticas” que pregonaban las editoriales de su diario y reivindicó a los gráficos: “Hoy no están ni Heinrich ni Loyola, pero sus hijos, sus familias, sus compañeras pueden estar orgullosos de su lucha y de su dignidad”.
“LNP llevaba la batuta”
Iaquinandi se remontó a 1973 cuando debía renegociarse el convenio y se produjeron litigios por incumplimientos laborales que derivaron en los paros de 1975. “Por primera vez llegamos a la huelga que abarcaba prácticamente a todos los sindicatos de los medios del grupo La Nueva Provincia”.El periodista recordó que los trabajadores de LNP tenían condiciones laborales y salariales “bastante inferiores en relación a otros diarios similares del país” y que en las negociaciones con las patronales de los medios bahienses “LNP llevaba la batuta”. “A veces la dirección de LU3 me decía que hubieran admitido algunos beneficios mayores pero reconocía que quien mandaba era el grupo LNP”.
“A partir del ’73, a las habituales sanciones disciplinarias o la perdida de trabajo, se le sumaba la posibilidad de señalar a algún trabajador de los sindicatos públicamente vinculándolo con algún grupo que ellos consideraban subversivos. No hablemos ya de las organizaciones armadas, pertenecer a una corriente política, aunque sea legal, para ellos era una forma de marcar a una persona con la posibilidad de que fuera desaparecido o secuestrado”, sostuvo.
“Qué lindo ser acusado por los patrones”
A pesar de los cortes de la videoconferencia, Iaquinandi pudo rescatar un viejo documento que respondía a una solicitada de LNP que firmaba José Román Cachero, personal jerárquico del diario expulsado del gremio de Prensa por inconducta sindical. El texto era una intervención del periodista en una asamblea realizada el 25 de noviembre de aquel año y decía: “Nuestras demandas en derechos y salarios nos hicieron ganar el odio de algunos señores porque con la aplicación de la justicia los perjudicamos. Porque no se ha inventado ningún método para que los derechos de los trabajadores, nuestras conquistas, no se logren a costa de que las patronales sacrifiquen un poco de sus ganancias, de sus beneficios. Y hubo entonces quienes se conjugaron para cortarnos las cabezas. ‘Dijo Fulano que cueste lo que cueste la vas a pagar’. Claro, era el precio que nos querían hacer pagar por nuestra lucha. Pero qué lindo precio sería caer por los explotados, qué lindo ser acusado por los patrones pero contar con el apoyo de los que trabajan y los que sufren cotidianamente”.
Y sobre el final agregaba: “Compañeros, no se sumen a la maniobra que pretende atar de pies y manos al sindicato, sabemos que esta conjura no nació en los talleres, en los rincones de intendencia, de expedición, ni en las redacciones. Nació en despachos alfombrados que son para los que pagan los sueldos y no para quienes cobran un salario. Los despachos alfombrados son para los patrones o para quienes tienen vocación de alfombra, no para los trabajadores de prensa sindicalmente organizados. En nuestra conducta de hoy está el futuro del gremio. Pase lo que pase hoy, el día de mañana podré mirar a mi hija sin bajar la vista. Ojalá que todos podamos hacer lo mismo después de esta asamblea”.
“Al leerlo ahora, cuarenta años después, me di cuenta que esas palabras de mi intervención en la asamblea la podían haber expresado los compañeros Enrique y Miguel Ángel porque esa era también la lucha de Herinch y Loyola: una lucha limpia, honesta y consecuente”, manifestó el testigo.
Luego de varios intentos por sortear las falencias de la transmisión desde España, país desde el que Laquinandi dirige la agencia SERPAL (Servicio Prensa Alternativa), su testimonio quedó suspendido hasta una nueva audiencia que garantice una mejor comunicación.