ACTIVIDADES EN EL MUSEO DE LA CPM Niños de entre 6 y 10 años asistieron al taller sobre identidad barrial y ciudad imaginada
Como parte de las jornadas organizadas para el receso invernal, el Museo de Arte y Memoria de la CPM recibió, el jueves desde las 15:30, a niños de entre 6 y 10 años que reflexionaron y produjeron una maqueta en torno a la identidad, diversidad, convivencia y valores democráticos
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(Agencia) “Yo le pego tan fuerte a la pelota que se me va siempre a lo del vecino. Y siempre me dice: ‘Fran, tené cuidado. No la tires tan alto’. Pero, igual, él no me reta”, dice Francisco, de 7 años, mientras recorta una cartulina roja para hacer el techo de su propia casa.
A su lado, Manuel, de 5 años, pinta con fibrón verde el follaje del árbol que está frente a su casa. No recuerda con precisión la dirección ni el nombre de su barrio, pero sabe que tiene “27 vecinos”. Tal vez, aclara, sean más.
El jueves 31 de julio, en la sede del Museo de Arte y Memoria de la CPM ubicado en calle 9 Nº 984, entre 51 y 53, se llevó a cabo una jornada artística destinada a chicos de 6 a 10 años con motivo de “fomentar, desde la sensibilidad, un abordaje a temas como identidad, diversidad, convivencia y construcción de ciudadanía democrática, no en un sentido abstracto, sino desde la experiencia lúdica y creativa, apoyada en el trabajo colectivo y la compresión del otro”, según explicó a ANDAR la directora del museo, Laura Ponisio.
El taller comenzó a las 15:30 con la proyección de los dibujos de los barrios porteños, realizados por el reconocido artista plástico Miguel Rep, a partir de los cuales los niños pudieron reflexionar acerca de las características de sus propios barrios, las amistades y las formas de uso de los espacios públicos, las diferencias, particularidades y dificultades que se advierten en los barrios y la identidad de cada uno de los lugares.
Luego de esa actividad, los niños pasaron a trabajar, sobre una amplia mesa con materiales de arte plástico –crayones, plasticolas de color, cartones, goma eva, pinturas y telgopor, entre otros-, en la elaboración de sus propias manzanas: experimentaron con las viviendas, espacios públicos, monumentos, vecinos, amigos, luminarias, comercios y mascotas, para luego integrar, sobre una plataforma de cartón, todas las manzanas y crear así una ciudad imaginada, posible.
“La idea del taller es acercarnos a los derechos humanos desde una perspectiva artística. Con esta iniciativa buscamos contribuir a la formación de los niños como sujetos de derechos, transmitir valores democráticos desarrollando un espacio de convivencia”, explicó Laura Ponisio sobre las actividades realizadas durante el receso invernal.