DENUNCIA POR ARMADO DE CAUSA Salir a trabajar y terminar golpeados y presos
Dos jóvenes que trabajan en la venta ambulante y esperaban el colectivo en Punta Lara para volver a sus casas, fueron golpeados luego de que se los acusara de haber cometido un robo. La policía también los golpeó cuando los trasladaban a la comisaría de la zona, y ahora están detenidos en la alcaidía de Melchor Romero. La familia sostiene que les armaron una causa. La Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires (CPM) está interviniendo en el caso.
ANDAR en Punta Lara
(Agencia) El 27 de mayo alrededor de las cinco de la tarde, Matías O. estaba en Punta Lara esperando el colectivo para regresar a su casa de Florencio Varela junto a otro compañero. Los dos son vendedores ambulantes y, aunque no se conocían mucho, habían salido a recorrer juntos la zona como hacen habitualmente los vendedores: una forma de protegerse frente a posibles “carancheos” de la mercadería o a la policía, que suele pedirles “peaje” para dejarlos trabajar. Según relató uno de los jóvenes a sus familiares, estaban dejando atrás la jornada de trabajo y disponiéndose a volver a La Plata para tomar otro transporte que los llevara a sus casas, cuando vieron movimientos sospechosos en una de las paradas de micro. Pensando que estaba en peligro lo poco recaudado en el día, cambiaron de parada; allí se les acercaron dos personas que les preguntaron de dónde eran. Cuando les contestaron, prácticamente sin mediar palabras comenzaron a golpearlos y a acusarlos de haber cometido un robo. Se sumó más gente que estaba en el lugar, y pocos minutos después apareció un móvil de la Comisaría II de Punta Lara que los detuvo y los trasladó a la dependencia policial.
[pullquote]A los vendedores ambulantes la policía suele pedirles “peaje” para dejarlos trabajar[/pullquote]
A partir de allí comenzó una pesadilla: a culatazos y patadas fueron fuertemente golpeados en la cara y en el cuerpo mientras permanecían en la caja de la camioneta policial. A Matías le preguntaban todo el tiempo “dónde está el arma”, y cada vez que negaba tener una recibió nuevos golpes que llegaron casi a desvanecerlo. En el acta policial no se identifica ni se menciona a quienes los estaban agrediendo a ellos. Cuando las familias los fueron a ver al día siguiente a la Comisaría de Punta Lara, estaban los dos golpeados y en muy malas condiciones. El 29 de mayo un equipo de profesionales de la CPM se acercó al lugar y –aunque ellos habían sido trasladados a la fiscalía para declarar- constataron las pésimas condiciones de las celdas en las que se aloja a los detenidos: muy pequeñas, sin vidrios, con basura acumulada y suciedad en las paredes, pisos y techo, escasa iluminación artificial y natural, sin ventanas al exterior, sin enchufes, y con pocas mantas. Ante este panorama, la CPM presentó un hábeas corpus colectivo por la situación de detención de todas las personas allí alojadas (ver nota aparte).
[pullquote]La CPM constató las pésimas condiciones de las celdas en las que se aloja a los detenidos[/pullquote]
Mientras tanto otra integrante de la CPM se presentó en el palacio de Tribunales y comprobó los golpes que tenían en sus caras y en sus cuerpos, y solicitó varias medias a la U.F.I. Nº 5 que interviene: en primer lugar, que instruya con personal propio y no delegue en la policía, principalmente que deje afuera al personal de la seccional segunda de Punta Lara. Pidió además que se traslade a los jóvenes a otra dependencia y que se mantenga la conexidad de las causas: la que los acusa a ellos por robo y la que ellos hacen por las torturas. La CPM requirió también un nuevo reconocimiento médico exhaustivo, y consideró que el que se realizó el día 28 de mayo fue hecho en forma superficial, por lo que agregó fotos que evidencian los golpes recibidos por ambos. Por último, pidió que se garantice una atención médica adecuada y se evalúe una medida alternativa al arresto, ya que uno de ellos está enfermo y requiere de cuidados especiales que no le fueron brindados en Punta Lara.
[pullquote]Los tiempos judiciales no son los tiempos de Matías, repite su padre[/pullquote]
“Los tiempos judiciales no son los tiempos de Matías”, repite su padre que está muy preocupado por las derivaciones que puede tener la causa. “Matías es un trabajador, no un ladrón, y en su casa lo están esperando su mujer y su hijo pequeño que tienen que seguir comiendo”, dice. Carlos anda con muletas por un ataque que sufrió cuando estaba vendiendo en las calles de Berisso hace cuatro años, que lo obligó a cambiar algunas de las costumbres y recorridos que había tenido hasta entonces. “Ahora sólo vendo en la zona de Florencio Varela porque me siento más seguro; acá en la Plata te ven negro y ya te paran como si fueras un delincuente”, asegura. Padre de diez hijos –ahora quedan 9, aclara con tristeza-, Carlos no se resigna a que Matías sea acusado por algo que, está convencido, no cometió. “Yo quiero que cotejen por dónde fue Matías; si quieren investigar lo pueden averiguar”, reclama Carlos, que reafirma además que nada concuerda con la acusación de que llevaba un arma encima. “Nadie la vio antes? ¿No la usó para defenderse frente al ataque?”, deja flotando en el aire.
Hoy los dos vendedores están alojados en la alcaidía de Melchor Romero a la espera del avance de la causa.
La CPM pidió una copia de la causa y realizó presentaciones también ante la auditoría de Asuntos Internos de la Policía, ante la Subsecretaria de Derechos Humanos de las Personas Privadas de la Libertad de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires y ante la Defensoría General de La Plata.
Para la Comisión por la Memoria este tipo de hechos deben investigarse con muchísima atención, ya que no pueden leerse por fuera de la política de mano dura intensificada en el último tiempo.