Cuando por seguridad es mejor resguardarse de la policía
Dos policías de la comisaría 7ª de Mar del Plata ingresaron armados a una escuela persiguiendo a dos jóvenes estudiantes de 15 y 17 años. El personal educativo debió intervenir ante la violencia de los uniformados
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(Agencia) Es junio y oscurece más temprano. Como en toda la costa el frío en Mar del Plata se hace sentir en ese horario en que se comienza a extrañar el sol. A las 18.55 las puertas de la escuela se abren para el turno noche de los estudiantes del bachillerato de adultos.
Así se desperezaba la rutina de inicio de la semana ese lunes cuando la encargada del turno vio ingresar con su moto y a toda velocidad a uno de los estudiantes del bachillerato. Dos policías que los venían persiguiendo desde hacía varias cuadras en un patrullero, entraron al colegio y sacaron sus armas para continuar con la persecución.
A partir de ahí comenzaron gritos, discusiones y corridas. Una de las docentes a cargo del turno advirtió la situación y detuvo a los policías, pidiéndoles que se retiren: “cómo se les ocurre ingresar armados al colegio”, les increpó y les pidió que se retiraran de la escuela.
La discusión siguió afuera de la escuela. Los jóvenes víctimas de la persecución, de 15 y 17 años, dejaron la moto y aceptaron salir. Cuando salieron, los policías los tiraron bruscamente sobre el capot del patrullero y empezaron a revisarlos mientras les gritaban. La gente comenzó a juntarse alrededor; era hora del ingreso y el resto de los estudiantes que llegaban a las clases se encontraban con esa situación. El clima se hacía cada vez más hostil, y los jóvenes comenzaron a insultar al personal policial.
[pullquote]Los jóvenes víctimas de la persecución, de 15 y 17 años, estaban visiblemente asustados[/pullquote]
Los preceptores salieron para calmar a los chicos. Les pedían que ingresen a las aulas mientras se contactaban con los padres de los jóvenes retenidos. La policía por su parte pidió refuerzos. Se sumaron dos autos, un patrullero y un vehículo particular con sirena, que llevó más personal de la comisaría VII.
Los dos jóvenes perseguidos estaban visiblemente asustados, temblaban, y uno de ellos lloraba. La situación era confusa y había un fuerte clima de violencia, según relatan docentes de la escuela. Como la policía insistía en llevarse la moto, una preceptora tomó la decisión de dársela para poder poner fin al momento de tensión que se estaba viviendo.
“Los chicos al verse perseguidos muy atinadamente, siguieron su camino a la escuela y buscaron allí un lugar de refugio. Porque en situaciones similares se asustan porque no tienen registro y escapan, y terminan en estas situaciones de procedimientos donde parece un operativo para perseguir criminales armados ”, explicó Silvia Bortolucci secretaria de Derechos Humanos de SUTEBA General Pueyrredón.
[pullquote]Desde SUTEBA ven la situación con alarma: la escuela siempre era un territorio que se cuidaba[/pullquote]
Desde SUTEBA, el gremio que nuclea al personal educativo que intervino en la situación, manifestaron su preocupación por “la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los integrantes de la comunidad educativa, ante el proceder irresponsable e irracional del personal policial de la comisaría VII”. Bortolucci expresó su preocupación ya que “la escuela siempre era un territorio que se cuidaba, aunque en los barrios los chicos siempre comentan que este proceder de la policía es habitual. Nos preocupa porque en estas dos últimas semanas después de este cambio en las políticas de seguridad estamos teniendo episodios, no solamente en la escuela, en las calles, los barrios, razzias que forman parte de medidas que nos alarman. Porque en un estado de derecho son vulneraciones a las garantías de los ciudadanos”.
Desde el sindicato denunciaron el hecho ante la mesa distrital contra la violencia institucional y el servicio Zonal de Promoción y Protección de la niñez. También iniciaron gestiones ante la Jefatura Distrital de Educación para nombrar el personal directivo que debe estar cubriendo el turno y sumar un preceptor más de acuerdo con la matricula que tienen a cargo.
[pullquote]Desde el estado se tiene que garantizar la seguridad para los pibes y docentes [/pullquote]
“Creemos que el estado, las autoridades distritales educativas en este caso, son los que tienen que garantizar la seguridad para los pibes y docentes dentro de la escuela, que se cumplan los protocolos y se protejan los derechos de los que estamos adentro”, consideró Bortolucci. La docente recordó también otra situación en la que al necesitar la intervención policial llamaron al 911 sin ningún tipo de resultado “si bien son situaciones distintas vemos que las fuerzas de seguridad pasan de la total inacción a procedimientos totalmente inadecuados”.
“Esta es una escuela inclusiva, cursan muchos chicos que están tratando de buscar un camino distinto por medio de la educación”, cuentan desde SUTEBA por eso en la escuela también se propusieron trabajar esta situación con debates y actividades para que los chicos se organicen y puedan ser conscientes de sus derechos.