A 38 AÑOS DEL GOLPE MILITAR SIGUEN LOS DEBATES “Los gobiernos pasan, la bonaerense queda”
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(Agencia) La Comisión por la Memoria organizó una charla debate sobre “Problemas y desafíos para la democracia: la policía bonaerense ayer y hoy” dentro las actividades por la semana de la Memoria.
Para esta ocasión se convocó a diferentes referentes de derechos humanos, especialistas en seguridad, abogados y fiscales que de distinto modo trabajan sobre y con la policía de la provincia de Buenos Aires. Según los organizadores, la propuesta fue poner en juego distintas dimensiones y temporalidades que deben tenerse en cuenta a la hora de pensar a la policía bonaerense. Este es un debate abierto que surge del trabajo cotidiano del área de recepción de denuncias, de Violencia Institucional y de seguridad democrática de la CPM. Y tiene que ver con los distintos posicionamientos que como Comisión Provincial por la Memoria se adoptan ante los hechos de coyuntura.
En el encuentro se intercambiaron distintas experiencias vinculadas a: la última dictadura, a los casos de violencia institucional en el presente y también pensar los desafíos de la democracia pendientes con respecto a la policía.Se eligieron tres grandes dimensiones para pensar el problema de la bonaerense, sin con eso querer abarcar todo. La idea es armar una panorámica de las tensiones y desafíos que tenemos por delante.
Uno de los ejes principales fue el rol de la Bonaerense durante el terrorismo de Estado, recuperando las experiencias de la investigación judicial y del trabajo del Archivo de la DIPBA. Sobre esto, Claudia Bellingeri, perito del archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía Bonaerense (DIPBA) que gestiona la Comisión por la Memoria, detalló que “a partir del trabajo de análisis exhaustivo de los documentos del archivo podemos reconstruir el marco represivo de la última dictadura. Esta policía se puso al servicio de las directivas del Ejército, bajo las órdenes del general Ramón Camps. Cómo operó en todo el territorio bonaerense, haciendo uso de comisarías, brigadas, puestos camineros, patrulleros y demás instalaciones de la institución. Cuando Camps se convierte en Jefe de la Policía Bonaerense queda evidenciada la intervención del Ejército sobre una fuerza provincial que dejó terribles resultados”.
[pullquote]»Operó en todo el territorio bonaerense, haciendo uso de comisarías, brigadas, puestos camineros, patrulleros y demás instalaciones de la institución», detalló Bellingeri.[/pullquote]
También participó Hernán Shapiro, fiscal general de los Tribunales penales de La Plata quién participó en el juicio del denominado “Circuito Camps”. Allí se juzgaron los principales delitos de lesa humanidad cometidos por la policía bonaerense durante la dictadura en la Ciudad de La Plata y el Conurbano. Shapiro detalló que “fue una estructura piramidal muy organizada. Considero que fue un subsistema dentro del sistema clandestino general montado sobre estructuras preexistentes, logística, edilicia, normativa. A pesar de que dependía del Primer cuerpo del Ejército, la policía tuvo una gran autonomía en su accionar”.
Sin embargo, el fiscal Shapiro no cree que este accionar represivo de la fuerza sea sólo una característica del periodo dictatorial. Y para hablar de las continuidades expresó: “algunas prácticas que fueron utilizadas de manera sistemática durante el período de la dictadura venían de periodos constitucionales anteriores. Los policías no fueron preparados para realizar las prácticas ilegales, como sí tuvieron los militares en la Escuela de las Américas. Evidentemente las torturas, los secuestros y las desapariciones no eran prácticas desconocidas por el personal de la policía de la provincia. De alguna manera ya existían y se utilizaron con mayor ferocidad durante la dictadura”.
[pullquote]»Evidentemente las torturas, los secuestros y las desapariciones no eran prácticas desconocidas por el personal de la policía de la provincia», analizó Shapiro.[/pullquote]
Y haciendo un puente con el presente dijo “también, es evidente que los lineamientos que le dio la gestión de Ramón Camps marcaron fuertemente y dejaron una impronta en la policía. La verticalidad siempre existió y es estructural a una fuerza de seguridad, el problema es la obediencia ciega y la emisión de órdenes ilegales. Hasta ahora seguimos impulsando la democratización e intentando modificar esa realidad”.
Al continuar el debate planteo el eje de la violencia institucional en el presente, desde la vuelta de democracia hasta la actualidad .
Para empezar, Rosa Bru, madre de Miguel Bru desaparecido en 1993 recordó que “el secuestro de Miguel tiene similitudes con las detenciones ilegales y desapariciones durante dictadura, pero sucedió en plena democracia. Nosotros enseguida señalamos la comisaría novena y expresamos nuestras sospechas sobre los policías involucrados. La policía actúo corporativamente y cubrió a quienes habían golpeado a Miguel. Ya es conocido lo que nos tocó vivir con la justicia, es un caso más de connivencia. Denunciamos y llevamos pruebas pero el juez Vara no quería dar lugar a la información de que estaba involucrada la policía”.
Se mencionaron algunos casos resonantes de desaparición o asesinatos por parte de funcionarios policiales en democracia: Lautaro Bugatto, el futbolista asesinado en Banfield; Luciano Arruga, desaparecido en Lomas del Mirador y los casos de gatillo fácil de Franco Almirón y Mauricio Ramos que fueron asesinados en el Barrio La Cárcova.
El abogado del CELS querellante en el juicio por estas muertes, Federico Efrón, sintetizó: “Cuando hablamos de los problemas de la Policía Bonaerense, de la dictadura y la democracia, hablamos de los mismos problemas. Hablamos de que necesitamos una reforma. Para entender las prácticas policiales, tenemos en cuenta tres ejes: la violencia policial como el gatillo fácil y hostigamientos a los sectores más vulnerables, la respuesta a nivel institucional encubridora y los fallos judiciales que la mayoría de las veces llevan a la impunidad. Así se dio en el juicio por los asesinatos de dos jóvenes en José León Suárez. Los jueces absolvieron al principal sospechoso por el beneficio de la duda. Pero quedó más que probado que las balas de plomo fueron disparadas por agentes de la policía”.
El último eje que se debatió fue el rol de la policía en la regulación del delito. «El dominio territorial de la policía, tanto en democracia como en dictadura, es uno de los ejes de su poder político», sintetizó Rodrigo Pomares, director de seguridad democrática de la CPM y coordinador de la charla.
[pullquote]»En materia de seguridad pasaron diferentes gestiones en la provincia de Buenos Aires, sin embargo, la policía sigue siendo la “maldita policía», definió Rodríguez”[/pullquote]
Mientas que Esteban Rodríguez, abogado y Magíster en Ciencias Sociales en la UNLP aportó sobre este eje. “Nos proponemos pensar las relaciones de continuidad entre el pasado y el presente de la policía Bonaerense, es decir, las invariantes de la historia. Pasan los gobiernos y la policía permanece. En materia de seguridad pasaron diferentes gestiones en la provincia de Buenos Aires, sin embargo, la policía sigue siendo la “maldita policía”. Debemos analizar las continuidades que encontramos en torno a las prácticas violentas e ilegales. Son rituales policiales que funcionan de insumo para violencias sociales, generan espirales de violencia. Esa violencia desgobernada es una fuerza liberada de toda forma que nos habla de la desmonopolización de la fuerza. El gobierno no tiene la capacidad dar un sentido a las fuerzas que tiene dirigir. Seguimos debatiendo y pensando qué hacer con esa violencia descentrada, una violencia sin centro, que está despacificando los barrios, que no se puede contener. Pero también podemos decir que esta violencia es funcional, que se usa para regular el delito, regula las economías ilegales. Los conflictos que generan no pueden resolver sus contradicciones en los tribunales oficiales, por eso se terminan de resolver en la calle. Ahí aparece la policía como una suerte de mano invisible que regula estos hechos delictivos. Y hablando de continuidades, la policía siempre tuvo una inscripción territorial, pero creo que la regulación del delito es una novedad. En los últimos años la policía aparece más involucrada a las redes de trata con fines de explotación sexual, el universo transa de venta de drogas al menudeo, la venta y desarme de autos y todas las prácticas que rodean estos grandes negocios ilegales que siguen creciendo”.
La charla proponía abrir el juego a diferentes problemas, tensiones y debates que están en juego a la hora de pensar la transformación democrática de estas instituciones. Rodrigo Pomares, director del área de Justicia y Seguridad Democrática de la CPM y Angela Oyhandi, Coordinadora del Observatorio de Políticas de Seguridad CPM-Facultad de Humanidades UNLP coordinaron la mesa con distintos expositores. También participó el ex fiscal general, Hugo Cañón, co presidente de la Comisión Provincial por la Memoria.