Más testigos comprometen a Pedro Hooft
ANDAR en los juicios
(Juan Quintanilla / Radio de la Azotea) Continuaron las audiencias del jury contra el juez Pedro Hooft acusado de partícipe como magistrado en delitos de lesa humanidad. En la jornada del miércoles declaró la testigo clave que compromete y mucho la situación de Hooft. Al terminar la audiencia, Hooft se descompensó y fue internado.
Marta García de Candeloro se expuso ante el tribunal durante más de 4 horas y contó su situación como ex detenida desaparecida en dos centros clandestinos de detención en 1977. Marta y su marido Jorge Candeloro fueron detenidos en Neuquén a donde se habían ido a vivir por las amenazas que sufrían en Mar del Plata. En julio de ese año los secuestran y trasladan a la ciudad, y los tienen detenidos en La Cueva, Base Aérea. Allí estuvieron con los otros abogados detenidos durante la «noche de las corbatas»: Norberto Centeno, Hugo Alais, Tomás Fresneda y su mujer Mercedes Argañaraz de Fresneda, Camilo Ricci y Jorge Bozzi. En La Cueva fueron asesinados Jorge Candeloro y Centeno quienes junto con Alais, Fresneda y su esposa aún hoy continúan desaparecidos. Marta fue luego trasladada a la comisaría 4ta de la policía bonaerense donde estuvo detenida ilegalmente durante 6 meses.
En el jury contó que en la comisaría «siempre se escuchaba que decían ‘ahí viene el juez’. También decían ‘juez Hooft’ y oía que se abrían puertas y preguntaba ‘acá quién está?’ y hablaba con los detenidos. Pasó dos o tres veces. Una vez me animé y por la mirilla de la puerta de mi calabozo le dije ‘Sr Hooft soy la mujer de Candeloro’ pero él se fue. Ahí sentí que eran los pasos de la justicia que se alejaban de mí», dijo notablemente emocionada y al borde del llanto. Marta pudo identificar que la persona que vio era el juez Hooft, «a quienes todos conocíamos en la ciudad, su familia era muy conocida».
«Yo no puedo explicar lo que significaba para mí escuchar la voz de un juez, me daba esperanzas. Era la primera persona que escuchaba que no fuera policía, militar o presos. Era la esperanza de volver a la vida, a estar con mi familia».
La declaración de la testigo era escuchada atentamente por todos los presentes en la sala de audiencia en la Suprema Corte de Justicia bonaerense. El aire era tenso y el imputado miraba seria y fijamente a la testigo. Esa mirada, casi intimidatoria, sólo la despegó de ella para hacer algunas anotaciones.
Marta fue liberada varios meses después de la visita de Hooft, en diciembre de 1977. El cuerpo de su marido nunca apareció y los Hábeas Corpus presentados por el padre, Nicolás Candeloro, en el juzgado de Hooft fueron rechazados. «Varios años después cuando estábamos haciendo los trámites para obtener la pensión de mi marido, nos enteramos que había un informe del Coronel Barda (jefe de la Subzona 15), que le informaba al juez Hooft que mi marido había sido asesinado en un supuesto intento de huida. A Jorge lo mataron en La Cueva estando yo detenida con él». A pesar de ese informe incorporado al expediente del Hábeas Corpus de Candeloro, el juez nunca informó a su familia, que lo seguía buscando, y actualmente el cuerpo está desaparecido.
También contó que cuando se enteró de ese informe de Barda «pensé que iba a hacer algún trámite por el cuerpo. Cuando lo vi en la comisaría deseaba que le dijera a mi familia que estaba viva. Cuando vi que no hizo nada para recuperar el cuerpo, pensé qué iba a pasar con la sociedad, con la familia, con los hijos por no saber donde están esos cuerpos».
Por último confesó que «nunca tuve odio hacia Hooft ni hacia los militares. Yo lo único que esperé es que tuviera un gesto hacia mi familia. Quizá no pudo hacer nada en ese momento pero después (hace una pausa), que no aparezca el cuerpo, saber dónde está. Yo me decía que no puede ser que no se sepa».
Esta fue sin duda la jornada más compleja y emotiva del jury. Y también de enojos en la sala cuando el abogado defensor Héctor Granillo Fernández le consultó a la testigo sobre su «breve lapso de detención en la comisaría cuarta». Ella lo interrumpió y le repreguntó: «breve? Estuve seis meses».
La estrategia del grupo de abogados defensores de atacar a los testigos, repreguntar y buscar la confusión de datos y fechas quedó evidenciada en la larga exposición de la testigo. Sin embargo a pesar del dolor y el volver a recordar esos años, Marta de Candeloro supo sortear muy bien las intenciones y su declaración terminó con un largo aplauso del público y familiares.
En la noche del miércoles, luego de una intensa jornada de más de 10 horas de declaraciones, el suspendido Juez Hooft tuvo un descompensación según confirmaron desde su entorno y los abogados de las partes. Aún se desconoce la gravedad y los pasos a seguir. Desde la defensa podrían pedir la suspensión del jury. Hasta la tarde del jueves no hicieron ninguna presentación ante la Suprema Corte de Justicia.
En caso de no presentar ningún escrito el lunes 31 a las 9 habrá audiencia normalmente y pueden allí pedir oralmente la suspensión. Los abogados de la acusación pueden pedir exámenes médicos para certificar la gravedad del imputado.