DENUNCIA TRAS UNA INSPECCIÓN DE LA CPM Otro caso de hacinamiento extremo en una comisaría
ANDAR en las cárceles
(CPM) Luego de una inspección a la Comisaria 4° de Llavallol, en Lomas de Zamora, la Comisión por la Memoria (CPM) de la provincia de Buenos Aires denuncia las gravísimas condiciones de detención constatadas en el lugar y la obstaculización del trabajo del equipo por parte de las autoridades del lugar.
El jueves 13 de febrero un equipo del Comité Contra la Tortura de la CPM llegó a la comisaría y allí se encontró con varias personas alojadas en calabozos de reducidas dimensiones y en pésimas condiciones: hacinados, con las letrinas tapadas, sin ventilación ni luz natural. Algunos de los detenidos hacía cuatro meses que estaban en esas condiciones. Por otra parte, el comisario a cargo de la dependencia, Héctor Mario Coquien, obstaculizó la tarea del equipo durante todo el desarrollo de la inspección, negándose incluso a abrir las celdas y a firmar el acta realizada para presentar al Ministerio de Seguridad.
La CPM denuncia además la absoluta discrecionalidad, tanto de la Policía como del Servicio Penitenciario Bonaerense, en la gestión de los traslados de los detenidos a las unidades penitenciarias, llegando inclusive a desobedecer órdenes judiciales al ubicar arbitrariamente a los detenidos en cualquier cárcel de la provincia.
Este caso se suma a otro denunciado en enero de este año en la localidad de Guernica, por lo que la CPM observa con mucha preocupación el deterioro de las comisarías y la permanencia de las personas en dichas dependencias por excesiva cantidad de días. Por este motivo, se realizará una presentación colectiva ante las autoridades judiciales pertinentes.
Los resultados de la inspección
En el informe realizado a partir de la inspección se detallan gravísimas condiciones. Los calabozos, en los que permanecen hacinados las 24 horas del día hasta 8 personas, son de dimensiones reducidas y no poseen ventilación ni luz natural. Las letrinas -ubicadas en ese mismo espacio- se encuentran tapadas. Los pisos están sucios, las paredes y el techo tienen humedad así como la mampostería descascarada en varios sectores. A esto se suma que las conexiones eléctricas son caseras con cables pelados y sin aislar. A los detenidos se les entrega la comida cruda, por lo cual tienen que cocinarse en el calabozo mediante calentadores eléctricos conectados precariamente a ese sistema.
[pullquote]la CPM observa con mucha preocupación el deterioro de las comisarías y la permanencia de las personas en esas dependencias y en pésimas condiciones [/pullquote]
Por otro lado, los detenidos no tienen acceso a llamadas telefónicas y, en las visitas, hasta los niños y niñas de entre 1 mes y 10 años de edad son desnudados en las requisas.
“Esta comisaría consta de tres celdas que son verdaderas jaulas que no podrían alojar a animales, en donde las personas pasan entre 30 días y meses, sin acceso a la alimentación básica, atención de la salud, acceso a la luz solar, al patio ni a recreación, pudiendo recibir solamente dos visitas semanales”, sintetizan desde el equipo de trabajo del Programa de Inspecciones de la CPM.
La obstaculización del trabajo
Otra de las preocupaciones del equipo de trabajo fueron los constantes obstáculos para la realización de su tarea. Al llegar, el comisario Coquien pidió una autorización y aviso previo para “estar preparado” para recibir la inspección, ignorando totalmente la función de un organismo de control. A pesar de que se le explicó la modalidad de trabajo manifestó que “igualmente no tenía personal para garantizar el acceso”.
Finalmente accedió a que los integrantes de la CPM ingresaran a entrevistar pero se negó a abrir las celdas alegando cuestiones de seguridad. Ante esto, y viendo la gravísima situación que padecían las personas detenidas, los trabajadores decidieron comenzar las entrevistas sentándose en el piso para poder realizarlas a través de una mirilla de 30 x 30 cm. Al terminar las entrevistas se confeccionó un acta donde se dejaba constancia de esta situación, pero el funcionario se negó a firmarla.