MÁS DE 20.000 PERSONAS PROVOCARON LA CAÍDA DE UN INTENDENTE El lanusazo: una protesta masiva sobre el final de la dictadura que aceleró los vientos democráticos
El detonante fue un desmedido aumento de la tasa impositiva municipal que, tras asambleas y reuniones espontáneas de vecinos, derivó en una numerosa movilización llevada a cabo el 24 de noviembre de 1982 frente a la sede del gobierno local y que terminó con la renuncia del por entonces intendente de la dictadura, Carlos Romualdo Gregotti. Años después, distintos grupos de estudiantes secundarios de Lanús realizaron –en el marco del programa Jóvenes y Memoria de la CPM- trabajos de investigación sobre aquella historia y lograron valiosos testimonios de los principales protagonistas que permiten comprender la profundidad del malestar popular, el clima de esperanza por la recuperación de la democracia y el anclaje local de las consecuencias sociales producidas por el modelo económico de la última dictadura.
ANDAR en la memoria
(Agencia) Se trata de un hito en la historia del partido de Lanús: a fines de 1982, a medida que llegaban a los domicilios particulares las boletas del sexto bimestre del impuesto municipal de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) con aumentos exorbitantes, se esparció rápidamente el malestar en el distrito y se produjo una espontánea y enérgica organización popular, con fuerte presencia de mujeres.
En efecto, aquél año la Provincia de Buenos Aires, a través del decreto 8438 que llevaba la firma del entonces ministro de Gobierno Gastón Pérez Izquierdo, había autorizado a todos los municipios bonaerenses a un aumento de tasas de hasta el 50 por ciento. Lanús fue uno de los que implementó un fuerte incremento, y lo hizo mediante la ordenanza 754 con la firma del intendente de la dictadura Carlos Gregotti.
La crisis económica y las profundas dificultades que atravesaban los sectores populares hacían impagables los nuevos montos del ABL, lo que sirvió como catalizador para una protesta masiva que, analizada retrospectivamente, aceleró el resquebrajamiento de los últimos anclajes institucionales de la dictadura.
La cronología de los hechos de aquél 24 de noviembre -los hechos de represión, las asambleas barriales y la coordinación de los centros de fomento del distrito así como el acompañamiento de las fuerzas políticas locales- fue puesta a salvo del paso del tiempo y el olvido gracias a distintos grupos de adolescentes y jóvenes que, en distintas ediciones del Programa Jóvenes y Memoria de la CPM, abordaron el Lanusazo como objeto de estudio y como desafío para la construcción de la memoria local.
En 2002 –o sea, 20 años después de aquella gesta popular- un grupo de alumnos del Colegio Alemán de Lanús abordó el evento histórico en un proyecto de investigación al que titularon “El Lanusazo”, y lograron entrevistar al exintendente de facto, Carlos Gregotti, y al exministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Gastón Pérez Izquierdo, así como a protagonistas de la gesta popular que frenó el tarifazo y aceleró los vientos democráticos.
“Desde las sociedades de fomento nos preguntamos en aquél momento qué podíamos hacer frente al malestar creciente de los vecinos que recibían el cobro adicional del ABL, y primero decidimos convocar a una asamblea en nuestro barrio a la que asistieron unos 100 vecinos”, relata Roberto Díaz, representante de la Sociedad de Fomento Villa Obrera, a los jóvenes que lo entrevistaron en 2002.
“Allí se resolvió convocar a todas las sociedades de fomento del distrito, y finalmente nos reunimos más de 2000 personas el domingo 21 de noviembre de 1982. Fue en esa organización masiva que surgió la fecha para la protesta frente al municipio, que terminaría conociéndose como ‘El Lanusazo’”, completa el dirigente barrial.
El video de los jóvenes del Colegio Alemán trabaja un contrapunto entre la mirada de Díaz y los responsables máximos del impuestazo. Así, el exintendente afirma, mirando a cámara, que Lanús había sido en aquel 1982 el único municipio que no había aumentado la tasa municipal a pesar de que quienes lo entrevistaron le exhibieron una copia de la ordenanza que él mismo había firmado con el incremento impositivo.
Visiblemente incómodo, el exintendente hojea ante la cámara las páginas de su propia resolución administrativa y termina eludiendo una respuesta Y al igual que el exministro Pérez Izquierdo, Gregotti intenta asociar la histórica movilización popular a una operación política motivada por grupos minoritarios y organizados.
“El número (de manifestantes) fue importante, trascendente. Por supuesto, alguna tarea organizativa me imagino que reconocen ya que ese mismo día en Lanús, después del mediodía, pasaba gente por las industrias y comercios alentando al cierre de los locales y la producción”, expone el exintendente en 2002, como si esa circunstancia le quitara un ápice de legitimidad al reclamo frente al aumento de tasas que afectaría tanto a particulares como a las empresas locales.
En plena manifestación y con más de 20000 personas en las inmediaciones del palacio municipal, un grupo de representantes de sociedades de fomento –entre ellos, el ya citado Roberto Díaz- intentó reunirse con el funcionario pero solo llegaron hasta la puerta del despacho adonde hicieron entrega de un petitorio a nombre del pueblo de Lanús.
El mismo hecho histórico fue retomado en 2024 por parte de alumnos de la Escuela Secundaria 23 de Valentín Alsina, Lanús, en una producción a la que titularon “El Lanusazo (1982): crónica de un vecinazo”, y que lleva mayor presencia de relatos de los protagonistas que llevaron adelante aquella gesta popular.
Así, incorporaron los testimonios de Gregorio Apat y Omar Dalponte, otros dirigentes y miembros de la Sociedad de Fomento de Villa Obrera en aquella época, y también entrevistaron a Roberto Díaz: “El 24 de noviembre de 1982 salimos de la Sociedad de Fomento caminando. Seríamos 20. A medida que marchábamos la gente iba cerrando los negocios”.
“Y a pesar de que ya había habido cierta apertura política, igual estábamos en dictadura por lo que empezamos a asustarnos un poco de la magnitud que cobraba la manifestación. Y empezamos a notar en un momento que llegaba y cruzaba gente de todos lados, éramos muchos al llegar a la municipalidad”, describe Díaz.
Otra de las entrevistadas fue Ofelia Pais, de Villa Diamante, Lanús, quien se dio a la tarea de organizar a las mujeres del barrio y realizar las reuniones que culminarían con una masiva asamblea que sirvió para planificar la gran protesta contra el tarifazo y el hartazgo con la dictadura.
Fue Ofelia quien, tal como reconstruyeron los alumnos de la Escuela Secundaria 23, ideó una curiosa herramienta para difundir la convocatoria a la manifestación a través de todo el distrito: “Estábamos reunidas un grupo de mujeres para ver cómo difundir la convocatoria y justo se nos aparece un carro de un hombre que vendía sandías. Y ahí dijimos: ‘¡Este nos salva!’”.
Las mujeres le propusieron al vendedor ambulante que, a cambio de un pago determinado, las llevara con él para que pudieran recorrer el distrito anunciando por altoparlante sobre la acción de protesta que se llevaría a cabo el 24 de noviembre: “Entonces un poco hablábamos nosotras con el aparato y otro poco hablaba él, vendiendo las sandías”, dice a sus entrevistadores Ofelia Pais.
La enorme presión social de aquella jornada desbordó a las autoridades de Lanús y se desató una feroz represión que dejó un gran cantidad de heridos y detenidos. Sin embargo, el curso de los acontecimientos ya no se revertiría: el aumento exorbitante de tasas fue revertido y el intendente tuvo que renunciar, cerrando así una de las páginas más emblemáticas de lucha en aquél distrito bonaerense.