CINE EN LA CPM Encontrarse con Alma
Este jueves 21 a las 19 hs se presenta en la casa de la Comisión Provincial por la Memoria el largometraje documental Yo soy Alma, de Mariana Bellone, que recorre la vida de una mujer trans nacida en Córdoba. A través de su archivo familiar y personal, la voz de Alma repasa el camino recorrido y dialoga con el presente.
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(Agencia Andar) Cuatro hijos, dos casamientos, viajes, mudanzas, trabajo. ¿Qué cosas definen una vida, una historia? ¿Cuáles atesoramos y qué hace con esos recuerdos el paso del tiempo? ¿Qué rasgos, objetos o experiencias describen quiénes somos? Yo soy Alma es un documental que recorre una vida: la de Alma Catira Sánchez, una mujer trans cordobesa que abrió su biografía y su archivo personal y familiar al registro de Mariana Bellone, la directora del film.
Un día Mariana realizó una convocatoria para hacer unos retratos. Alma le escribió un mail extenso e íntimo contando su historia y que hacía poco que había llegado a Buenos Aires. La amistad fue como un flechazo. “Quedamos para conocernos y empezamos un vínculo más allá de las fotos. La idea original era un ensayo documental fotográfico, que participó de algunas muestras y publicaciones, pero después de mucha reflexión y de otras cuestiones que me han hecho pensar sentí que eso requería de algo más”, cuenta Bellone.
“Después de unos años nos reencontramos en su casa y tuvimos una charla, una conversación que grabé en audio, sin intenciones de que luego fuera una película. Ahí me mostró su álbum familiar por primera vez y me fue contando anécdotas de cada imagen. Y al escuchar eso encontré lo que faltaba: la voz de Alma contando su propia historia. Y la forma de esa conversación fue muy espontánea, con una calidez especial y me hizo reflexionar mucho sobre esta idea de lo privado a lo público y lo político. Esta idea de que lo personal es político”, retoma la directora.
El archivo que Alma atesoraba sobre sí misma, su familia, sus vínculos y vivencias fue una revelación: “me impactó porque ella abrió un cajón una tarde y sacó un montón de álbumes de fotos, de distintas épocas hasta de su escuela secundaria, hay imágenes de su graduación y realmente me parecía fantástica esta idea de cómo conservar ese pasado, guardarlo; a veces siento que hay como una cosa que la vida nos encontró y ese material salió y forma parte de un archivo y memoria colectiva. Tiene imágenes increíbles que representan el camino de la masculinidad que Alma tuvo que recorrer. Parece un poco este cliché de que la realidad supera la ficción, a veces parece un falso documental porque no podía creer las imágenes que ella tenía en su archivo. Ni hablar de los VHS de la época en que ella estuvo en la policía, eso es un hallazgo y cuenta un montón de este recorrido”.
El paso del tiempo le dio a esas imágenes un valor distinto: “se pueden leer con otros ojos. Las imágenes familiares están siempre pensadas como algo que refleja momentos felices, como de conservar un status quo y con el paso de tiempo te permite desmenuzarlas, pensar qué cosas recordamos y qué cosas esconden. Esto de rever y contar es tan complejo como simple. Algo que construye una memoria del futuro para no repetirnos”, reflexiona la directora.
Esa dimensión de lo político-personal es la que interpela al público en cada función y Bellone apuesta siempre a la proyección en sala o en espacios culturales. “Las funciones son muy emotivas, me gusta ver a las personas en el espacio físico, ver qué pasa con sus cuerpos sus gestos, gente que sale muy conmovida porque esta historia interpela nuestras propias historias, nos hace indagar sobre nuestros vínculos con la familia, las instituciones, el deber ser, las apariencias. Es fuerte”.
“Detrás de cada persona hay una historia y no está bueno hacernos creer que todo el mundo vive de la misma manera, en un camino de consumo y nada más y para el resto hay hostilidad y violencia. El silencio no nos va a proteger”, agrega Mariana. Frente a este contexto la realizadora se ha preguntado “¿este es un buen momento para seguir difundiendo? Y la misma pregunta nos responde: sí por supuesto es un gran momento para hablar de memoria, de archivo, de un montón de cosas que nos interpelan. Siento que estamos ante una hostilidad muy grande socialmente y me parece importante encontrarse con estas historias que nos acercan a las personas. Estamos en un momento donde no nos acercamos al otre. Hacer cine es un poco una excusa para acercarse a las personas en un mundo que te lleva cada vez más a lo individualista”.