NUEVOS TESTIMONIOS “Los comunistas sufrimos la represión con más de 200 desaparecidos y de 1500 detenidos”
La audiencia se inició con la acusación del Ministerio Público Fiscal al imputado Alberto Julio Candioti. Se completó con los testimonios del matrimonio conformado por Jorge Garra y Nora Feliz, sobrevivientes de la dictadura cívico militar.
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(Diario del juicio) El secretario del Juzgado Oral Federal Nº 1, Dr. Díaz, da lectura a las nuevas acusaciones formuladas a Alberto Julio Candioti, quien las escucha desde su domicilio. Los nuevos casos que se suman dan cuenta de hechos ocurridos en la Brigada de San Justo. El Dr. Basílico lo convoca a declarar pero Candioti se niega y define que hará una presentación acordada con el defensor oficial. Se presenta como militar retirado y abogado desde 1987.
“Hay necesidad de que esto se sepa”
Jorge Garra es el primer testigo, a quien la querella del CODESEH invita a reducir su testimonio ya formulado en extenso en una causa anterior, a los hechos relacionados con Alberto Candioti. Es así que inicia su relato con su secuestro y el de su esposa, el 30/12/77.
En dicha fecha una patota de la policía de la provincia de Buenos Aires allana la casa de su suegra, en Sarandí, partido de Avellaneda. Estaban durmiendo allí, ya que estaban alertados por el secuestro de otros compañeros de militancia en esos días. Encapuchados, fueron llevados en un Torino blanco a un lugar donde fueron separados y puestos en distintas habitaciones.
Durante cuatro días consecutivos Jorge sufrió distintos tipos de torturas con picana, golpes y submarino entre otras. La búsqueda de información relacionada con nombres y direcciones era el objetivo de los represores. Pasado dicho período fue interrogado en un patio por miembros de Inteligencia, en relación a su actividad política.
Allí reconoció al “Negro”, un militante de la Federación Juvenil Comunista, su fuerza política, muy maltratado, que fuera detenido en un transporte público y con cuyo secuestro se había iniciado el operativo. También vio a otros compañeros, y a sus hermanos que habían sido secuestrados en Quilmes, donde vivían. Era “una lista de 16/17 compañeros”.
Garra relata que desde su celda podía escuchar los interrogatorios en otros espacios como pasillos. Entre ellos, a quien los represores llamaban por “las 3 V”, Víctor Vicente Veneziano, una persona ligada al transporte.
En relación a los carceleros, Jorge destaca al conocido como “el Eléctrico”, quien después de los primeros días de torturas, lo sacaba al baño, le daba comida y permitió que viera a su esposa en el pasillo. Otros tenían nombres de animales como “la Jirafa”. Destacó a quien llamaban “Teniente”.
El testigo hizo un reconocimiento después de su declaración inicial y pudo identificar con claridad, a pesar de las transformaciones edilicias, que había estado en la Brigada de San Justo hasta el 13/1/78. Las celdas, el baño, permanecían iguales.
Para finalizar, Jorge Garra agradeció que el juicio se siga desarrollando. “Es necesario que esto se sepa” dadas las voces negacionistas que aparecen en el presente, remarcó. En particular repudió las declaraciones del ex fiscal Moreno Ocampo quien negó la represión a los militantes del Partido Comunista. El testigo afirmó “los comunistas sufrimos la represión, no solo en el caso mío sino de muchos otros compañeros; más de 200 desaparecidos, más de 1500 detenidos”. “Esta memoria como la de los 30 mil debe estar permanentemente vigente” para seguir en la búsqueda de la verdad, la memoria y la justicia, concluyó.
“No me quedó ninguna duda, ese era el lugar… eran esos calabozos”
Nora Feliz, esposa de Jorge Garra, narró las instancias del secuestro de ambos una mañana a fines del 77, en la casa de su madre en Sarandí. El saber que otros compañeros habían sido secuestrados, los llevó a dormir allí junto a su hijo pequeño.
En un auto blanco la pareja fue trasladada, tabicada, a un espacio donde se los separa. Se inician los interrogatorios y torturas. Después de unos días detenida, el procedimiento de interpelación lo llevan adelante personas de civil, llegadas de afuera, en un patio y luego en una oficina. Nora deduce que eran de Inteligencia de otro lugar, ya que no vestían como los de la Brigada. Sus pantalones y zapatos (lo que ella lograba ver) eran de vestir. La testigo recordó que los represores se dirigían a uno como “el Jefe”, y a otro como “Jirafa”.
Estuvo catorce días. Allí reconoció a un matrimonio del barrio, Jorge y su esposa Ana, de Lanús. También recordó a unas muchachas muy jovencitas, que a veces cantaban para resistir y que fueron muy solidarias con ella. Recuerda emocionada que, cuando fue su primer baño, a través del guardia, le acercaron “una bombachita”, para que estuviera limpia. Ella vestía “un camisoncito” que era con lo que estaba la mañana del secuestro.
Son liberados junto a su esposo, en un lugar descampado en Pompeya. Años después, fueron a hacer un reconocimiento al lugar con miembros del Tribunal donde habían declarado y pudo confirmar que era la Brigada de San Justo. “Eran esos calabozos, el patio enrejado, el baño”, afirmó Nora con convicción.
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El Dr. Basílico declara un cuarto intermedio hasta el 23 de mayo a las 8.30 con testigos que se darán a conocer oportunamente. El 16 de mayo el tribunal estará abocado a tareas ligadas a otro juicio de lesa humanidad.
*Cobertura a cargo de Adriana Redondo para Diario el Juicio. 9 de mayo de 2023. en https://diariodeljuicioar.wordpress.com/?p=1562