CUARTA JORNADA DEL JUICIO POR LA MASACRE DE MONTE “El patrullero frenó de golpe y un policía bajó en posición de tiro con un arma de fuego”
ANDAR en la Justicia
(Agencia Andar) “Aquella noche me estaba por acostar a dormir, estaba sentado en la cama a punto de sacarme la ropa. Era entre las 12:30 y la 1 de la madrugada del 20 de mayo cuando escuché un estruendo muy fuerte. Lo que primero pensé fue que había ocurrido un accidente en la ruta -la Nacional 3, distante a pocos metros de su casa- por lo que salí rápidamente para intentar ayudar a las posibles víctimas”, comenzó narrando Ignacio Catáneo este jueves 11 en el comienzo de la cuarta jornada del juicio por la Masacre de Monte.
Escuchó un disparo y lo primero que vio en la calle fue una enorme nube de polvo, el auto Fiat 147 partido a la mitad y un patrullero que frenó tan de golpe que derrapó sus ruedas durante varios metros. Del móvil bajó un policía en posición de tiro con un arma de fuego y el testigo entendió rápidamente que no se trataba de un accidente. Se cruzó a la otra vereda para ponerse a resguardo y volvió a escuchar otro disparo.
Instantes después llega otro patrullero y Catáneo le alcanza a preguntar a un policía qué es lo que estaba ocurriendo: “Me contestó que eran unos chorros que venían persiguiendo desde el barrio Montemar”. Cuando sintió que ya no corría riesgo se acercó hacia el lugar donde había impactado el Fiat 147 y se encontró con lo que describió como una montaña de fierros.
“El auto estaba literalmente partido a la mitad, con una parte a varios metros de distancia y una rueda suelta. En el medio de la calle vi dos cuerpos, de los cuales se movía uno solo. Eran dos chicas… una intentaba incorporarse levantando su torso con los brazos pero no podía. Ella gritaba algo así como ‘mi amiga’ pero la otra niña no respondía. En ese momento se acercó una mujer policía y le dijo a la chica que no se moviera. Otra de las agentes que llegó al lugar caminaba en estado de shock agarrándose la cabeza”, continuó Catáneo.
De a poco fueron llegando otros vehículos a la escena: en un Chevrolet Astra negro apareció el subcomisario Franco Micucci; de la primera ambulancia que llegó se bajó un enfermero que iba de un cuerpo a otro constatando los signos vitales de las víctimas; el personal de otra ambulancia -que no recuerda si del hospital o de bomberos- sacó a uno de los chicos que había quedado atrapado en una de las mitades del auto. Fue el comienzo de una larga madrugada que marcaría el fin de lo que Catáneo, y la mayoría de la población de Monte, creían hasta aquél día: que San Miguel del Monte goza de “una seguridad que es un privilegio”.
El segundo testigo, Rodrigo Masías, ingresó a la sala A de los tribunales platenses -en calle 8 entre 56 y 57- acompañado por su padre porque en los últimos años perdió la visión. Rodrigo vive en el barrio Juan Pablo Segundo y aquella noche se dirigía hasta lo de su primo pero nunca llegó a destino. A la altura de la colectora y la calle Almirante Brown vio pasar a un patrullero persiguiendo a un auto. El testigo siguió avanzando y antes de llegar a la calle Rojas sintió un silbido extraño… Era un disparo.
“Empecé a correr hacia el lugar de donde provenían los ruidos y finalmente escuché un gran estruendo: el choque del Fiat contra la parte trasera del acoplado. Empecé a filmar: medio auto había quedado separado de la otra mitad; lamentablemente vi los cuerpos tirados en la calle. A pesar de que la policía intentaba que yo me quedara frente a la trompa del camión, me asomé a mirar disimuladamente”, continuó Masías. Al primero de los cuerpos que reconoció fue al de Danilo Sansone a un costado del camión. Lo tenía visto de la plaza. También reconoció a Aníbal Suárez, que movía las piernas como intentando levantarse.
Además de estos dos testigos presenciales, resultó significativo el testimonio de Luciana Basi, de la División de Localización Vehicular del Ministerio de Seguridad Bonaerense. La declarante es una de las operarias del Sistema de Localización Automática Vehicular (AVL) que permite reconstruir trayectorias de desplazamientos de patrulleros en toda la provincia, velocidades, horarios y otros datos de interés, con una actualización permanente cada 23 segundos siempre que el vehículo esté en movimiento o cada media hora desde el momento en que detiene la marcha. En base a los reportes solicitados por la fiscalía que estuvo a cargo de la instrucción de la causa, se obtuvieron los registros de los dos patrulleros de la letal persecución, las calles de San Miguel del Monte por las que se desplazaron detrás -o en plan de interceptación- del Fiat 147, los horarios específicos y las velocidades a las que emprendieron el brutal operativo, llegando a máximos de 80 kilómetros por hora hasta el momento previo al impacto contra el acoplado.
Durante la jornada también declararon ante el jurado, el alférez Joel Castro, de la guarnición de Campo de Mayo de Gendarmería Nacional que realizó una pericia accidentológica y de comprobación de sistemas sobre los patrulleros utilizados durante la brutal persecución; y el alférez Facundo Czkajowski, también de Gendarmería Nacional.
El viernes 12 continuará la ronda de testigos desde las 10 de la mañana hasta las 18 aproximadamente, y tal como lo anunciara la jueza que dirige el presente juicio por jurados, la presidente del TOC 4 de La Plata Carolina Crispiani, la audiencia de debate se cerrará el próximo miércoles cuando se produzcan los alegatos finales de las partes y el veredicto que deberá pronunciar el jurado popular.
NOTAS ANTERIORES
Tercera audiencia: «Hablaba con una vecina sobre los disparos cuando el capitán García se acercó y nos dijo ‘yo no tiré’, como cubriéndose»
Segunda audiencia: “La misma policía que tenía que cuidar a mi hijo es la que lo mató”
Primera audiencia: Comenzó el juicio contra cuatro policías por la Masacre de Monte
La elevación a juicio: 24 imputados