DÉCIMA JORNADA DEL JUICIO HOGAR CASA BELÉN “El día que dejó el tribunal la jueza Pons nos dijo ‘volveremos’, por su adhesión a la Junta Militar”
El pasado 9 de junio, durante una extensa jornada de debate oral y público en el que se ventilan los delitos de secuestro, apropiación, torturas y abusos sobre los hermanos Ramírez y el asesinato de su madre Vicenta Orrego Mesa y de otras cinco personas, declararon seis testigos, tres de los cuales fueron parte del personal profesional del Tribunal de Menores N°3 de Lomas de Zamora o de otras agencias auxiliares de la justicia. A partir de la lectura de una declaración previa suya, Jorge Armando Beauchamp recordó que la jueza Pons les dijo “Volveremos” el día que dejó su cargo y en relación a la última dictadura. Por su parte, la testigo María Cristina Fosatti dijo que la jueza “se manejaba de la peor manera posible”.
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(Agencia) El testigo Jorge Armando Beauchamp explicó a los jueces que ingresó en 1982 como auxiliar 4 en sector mesa de entradas del Tribunal de Menores 3 de Lomas de Zamora, y en ningún momento advirtió manifestaciones políticas por parte de la jueza Pons ni tampoco vio ni conoció irregularidades en el manejo de los expedientes sobre niñas y niños a su cargo.
No obstante, al finalizar su testimonio la fiscalía de juicio pidió que se leyera un fragmento de una declaración de Beauchamp realizada en la etapa de instrucción de esta causa. En ese extracto el testigo afirmaba no haber escuchado a la jueza opinar sobre el contexto político, excepto cuando dejó el tribunal. Al retirarse, y mientras los empleados se encontraban reunidos en el pasillo, ella se dirigió a todos con una palabra: “Volveremos”, haciendo alusión a que ella estaba con la gente de la Junta Militar. Y al oír el fragmento, el testigo recordó y ratificó sus dichos.
También confirmó su versión anterior respecto a que “muchísimas cosas tenían un manejo mucho más reservado por parte de la jueza. Dichas cuestiones quizá fueron conocidas por sus más cercanos colaboradores, es decir, sus secretarios, especialmente la doctora Pellicer que era su mano derecha y con quien compartía la oficina”. Pellicer fue secretaria de Pons y es actualmente la única civil que está siendo juzgada en este debate oral.
La extensa jornada del jueves 9 de junio contó también con el valioso testimonio de María Cristina Fosatti, quien se desempeñó en la Asesoría de Menores 2 de Lomas de Zamora durante 40 años: “Ingresé como auxiliar 4° en noviembre de 1972. Trabajé con el Tribunal a cargo de la doctora Pons, desgraciadamente. Gracias a Dios pude intentar, con el consentimiento de mis jefes, hacer las cosas bien”.
De acuerdo a la testigo, la jueza Pons “se manejaba de la peor manera posible porque intervenía aún cuando no era competente por jurisdicción. Inscribía a los NN -que decía que fueron abandonados- con el apellido de los guardadores. Yo gracias a Dios llevaba una lista… después, claro, teníamos los juzgados civiles, los de Familia, Laboral y de Menores por lo que no me daba para registrar todo, pero cuando yo veía cosas raras tomaba nota”.
En cuanto al personal de mayor confianza de la magistrada, los secretarios, explicó que cuando no querían que desde la Asesoría de Menores 2 vieran los expedientes se los enviaban, por orden de Pons, a la Asesoría 1 que convalidaba todo. Más tarde, incluso la jueza decidió promover a uno de sus secretarios a un cargo de la Asesoría para que directamente esa persona de extrema confianza fuera quien “convalidara todo lo que nosotros no hubiéramos dejado pasar. Esa persona se llamaba Raúl Donadío”.
Desde la fiscalía de juicio le preguntaron a Fosatti si desde el Tribunal de Pons, en casos de niños desamparados o de quienes no se conocía la identidad, se realizaba la búsqueda de la familia: “No, no. Los entregaban y los inscribían a nombre de quién se los pedía. Luego mandaba a notificar a la otra Asesoría, que le firmaba cualquier cosa. Chicos de otras provincias, de otras jurisdicciones… los inscribía igual”, afirmó, exasperada, la testigo.
“Se presentaba una persona, decía que el padre le había dado la criatura y que lo iba a pedir en adopción, y ella se lo dejaba en guarda. Los asistentes sociales eran los que ella ponía y hacían y escribían lo que ella pedía. Así, por ejemplo, una madre soltera con cinco hijos podía ser buena para cuatro pero para el quinto. Tengo las fotocopias de los dictámenes, de los casos, de los NN y los nombres con los que se los inscribía y en su oportunidad lo he mandado a la Procuración”, amplió.
Ante los magistrados del TOF 1 de La Plata José Antonio Michilini, Andrés Fabián Basso y Nelson Javier Jarasso –este último, conectado a la sala de manera telemática- también prestaron declaración el asistente social del Tribunal de Menores 3 de Lomas de Zamora, Alberto Manigrasso; las testigos Vanesa Andrea Sánchez y María Cristina Yahari; y Daniel Vitasse, quien vivía en el barrio San José del partido de Almirante Brown a una cuadra de la casa donde la madre de los hermanos Ramírez fue acribillada por el brutal y numeroso operativo policial en marzo de 1977.
“Yo era muy chico, recuerdo poco, tenía 14 años y hoy tengo 59. Hacíamos recorrido de basura con los carros. Ese día había llovido. Los militares o policías me pidieron los carros. Les dije que eran de mi papá y me los sacaron para llevar los cuerpos de las personas que habían matado. Me dieron la orden a mí de trasladar los cuerpos hasta un lugar en el que los pasaron a una camioneta. Y me fui. Estaba con mi cuñado. Éramos chicos pero no se me borró nunca lo que viví”, declaró Vitasse.
Datos sobre el juicio
El debate oral y público debía comenzar en diciembre de 2017 pero sucesivas dilaciones y postergaciones hicieron que se dilatara por más de cuatro años. Finalmente, el pasado viernes 4 de marzo comenzó el juicio en el que se prevé la declaración de 66 testigos en torno a las responsabilidades penales por los delitos de homicidio agravado, sustracción, retención u ocultamiento de menores de 10 años y supresión de estado civil de menores, además del asesinato de su madre Vicenta Orrego Mesa y de otras cinco personas.
Llegan sólo 9 imputados, ya que otros 10 murieron y 3 fueron sacados del proceso por incapacidad sobreviniente. En torno al caso de los hermanos Alejandro, María Ester y Carlos Ramírez, solo está sentada entre los imputados la ex secretaria del Tribunal de Menores de Lomas de Zamora, Nora Susana Pellicer, quien cumplió un rol secundario en la supresión de identidad de los niños y la niña.